Cuacos de Yuste es una de las cinco poblaciones de la comarca cacereña de la Vera que están consideradas Conjunto Histórico Artístico. Y ya sabéis lo que eso significa. Arquitectura tradicional de madera, adobe y piedra, rincones de singular belleza, plazas y fuentes de agua clara, petunias y geranios en los balcones... Lo mejor por tanto es coger el coche y acercarse, cámara en mano, hasta Cuacos para pasear por sus callejuelas. O para sentarse en la escalinata de la plaza donde se encuentra la casa que el todopoderoso Carlos V ordenó levantar para su hijo ilegitimo Juan de Austria. Recordemos que, en realidad, Juan de Austria se llamaba Jerónimo, y era conocido como Jeromín.
La historia de Cuacos y de los pueblos de alrededor cambió para siempre cuando el hijo mayor de Juana la Loca eligió un monasterio cercano a la localidad para retirarse del mundo porque, junto a él, llegaron un gran número de sirvientes y de nobles. Ello significó la construcción de casas palaciegas donde acogerlos, ademas de posadas y prostíbulos, algunos de los cuales todavía perduran.
Eso sí. Si después de recorrer el bonito casco urbano de Cuacos pretendéis visitar el Monasterio de Yuste, ni se os ocurra hacerlo el 1 de mayo porque se encuentra cerrado. ¿A quien se le ocurre aprovechar un puente para visitar un lugar tan conocido? Así que, (como muchos otros incautos que no habían podido visitar el lugar) volvimos al día siguiente, dispuestos a conocer el interior del monasterio elegido por Carlos V para pasar sus últimos días.
Mucho se ha escrito sobre el retiro verato de un emperador cansado, triste y enfermo.
Manuel Fernández Álvarez en los últimos capítulos de su obra
Carlos V, el César y el hombre narra con maestría
la vida cotidiana en el retiro de Yuste. Así, para este autor la jornada de Carlos V, cuando sus dolencias se lo permitían, estaría dedicada en gran parte a la vida religiosa y a su gran afición, la música. Es poco conocido que los frailes jerónimos con mejor voz de aquella época, fueron llamados a Yuste, para deleite del Emperador.
Otra de las ocupaciones de Carlos de Gante eran los cuidados del jardín y platicar sobre política y temas profanos. Igualmente, en ocasiones gustaba de practicar la pesca en el estanque situado delante del palacete. Tal vez fueran los mosquitos que se reproducían en aquel estanque los causantes de el paludismo que acabó con la vida del Emperador. En 2004 el análisis de la falange de su dedo meñique concluyó que esta enfermedad, mal endémico en Extremadura durante muchos siglos y causante de miles de muertes, fue la responsable principal del fallecimiento de Carlos. (Sobre la curiosa historia del dedo menique, que incluye una fotografia de un soldado miliciano fotografiado junto a la momia del Emperador, hay mucha información en distintos blogs y webs)
Igualmente eran muy numerosas las visitas que recibía el monarca. Entre ellas, el autor Manuel Fernández Alvarez destaca las de San Pedro de Alcántara, San Francisco de Borja y sobre todo, la de Jeromín, que al parecer le produjo gran alegría. Sin embargo, las malas noticias que llegaban desde los distintos puntos del imperio, en forma de derrotas militares y de conflictos religiosos, iban minando la moral de Carlos V. A ello había que sumar el fallecimiento de su hermana Leonor, la diabetes y una gota cruel para la que entonces no había remedios.
Finalmente, el 21 de Septiembre de 1558, las señaladas fiebres palúdicas acabaron con la vida del Emperador, cuando contaba con cincuenta y ocho años de edad. Fue enterrado bajo la iglesia del monasterio, donde permaneció hasta que su hijo Felipe II, decidió trasladarlo al Escorial...
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Busto de Carlos V, situado en la entrada del palacete de Yuste.
Curiosamente, en Enero de 2000 (justo 500 años después de su nacimiento)
fue robado por un desconocido que lo devolvió, bajo secreto de confesión
al prior del Monasterio, cinco años después. |
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El lugar que escogió Carlos V para pasar sus últimos años fue un monasterio
perdido en la Sierra de Tormanto, en la actual comarca de la Vera. |
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Aledaño al monasterio, Carlos V ordenó construir un palacete de traza
renacentista, según los especialistas, bastante modesto. Hay que tener en
cuenta que dicho edificio se construyó para albergar al hombre más
poderoso de la tierra. |
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El monasterio jerónimo constaba de dos claustros y una iglesia, comunicada a través de una
ventana con las estancias del Emperador. De esta manera, el nieto de los Reyes Católicos
podía oír misa sin moverse de su habitación. En la imagen, el claustro renancentista. |
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Otro de los palacios de Carlos V se encuentra en pleno corazón de la Alhambra. En contraposición al palacete de Yuste, el palacio de Granada es un edificio majestuosos y de grandes dimensiones. Para muchos, un verdadero despropósito. Otros, sin embargo, realzan el hecho de haber mantenido los palacios nazaries. Hay que señalar que Carlos V intercedió a favor de la construcción de un templo cristiano en el interior de la Mezquita de Córdoba. |
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Bajorrelieve de Carlos V en la fachada del palacio que el mismo mandó
construir en la Alhambra de Granada. Como en el famoso lienzo de
Tiziaano, Carlos aparece a caballo y protegido por armadura. Durante
su reinado, gran parte de las riquezas procedentes de las Indias
Occidentales financiaron las numerosas guerras en las que participó Castilla. |
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No muy lejos del monasterio, se encuentra el cementerio alemán, donde
descansan los cuerpos de casi 190 soldados fallecidos en territorio español
durante las dos guerras mundiales. Un lugar muy adecuado para reflexionar
sobre la inutilidad de las guerras y la estupidez del que las provoca. |
De todos es conocida la relación de Carlos V con Extremadura durante los últimos años de su vida, cuando ya enfermo y envejecido decidió retirase a un monasterio situado en una inaccesible sierra. Aquejado de gota, temeroso de Dios, deprimido y tal vez con remordimientos, el emperador buscó en la vertiente extremeña de la sierra de Gredos recogimiento para sus últimos días.
Si no me equivoco estos son los únicos reyes enterrados en Extremadura ya que Carlos I, el nieto de Isabel, estuvo enterrado en Yuste por deseo expreso, hasta que su hijo hizo llevar sus restos al Monasterio del Escorial, donde permanecen en la actualidad.