las siete maravillas de la comarca sierra de montánchez y tamuja y algunas más.

Como tantas otras comarcas de Extremadura, la comarca de Sierra de Montánchez y Tamuja es relativamente desconocida para el gran público, incluso contando con atractivos más que suficientes. Hace unos años, como una manera de promocionar esta zona, se eligieron las siete maravillas de dicha comarca. Indudablemente, las escogidas tienen merecimientos para ocupar ese ranking, de manera que recorrerlas es una buena forma de acercarnos al rico patrimonio monumental y medio ambiental de este territorio. En las siguientes fotografías se pueden los siete lugares seleccionados.

Basilica de Santa Lucia del Trampal. Alcuéscar. 

Ermita del Cristo del Amparo. Benquerencia.

Ruta de los molinos. Entre Arroyomolinos y Montánchez..

Convento de San Agustín. Valdefuentes. 

Castillo de Montánchez.

Castro vetón de Villasviejas del Tamuja. Botija.

Encina la Terrona. Zarza de Montánchez. 

Sin embargo, como suele ocurrir en este tipo de cosas, otros muchos lugares quedaron atrás, quizás por no poseer la espectacularidad de los anteriores o por no ser tan conocidos. Yo me atrevo a rescatar algunos de estos lugares, corriendo el riesgo de dejar de lado otros igualmente interesantes, simplemente con la idea de complementar los siete mencionados anteriormente para todo aquel que le apetezca acercarse a conocer esta comarca.

Encina la Nieta. Torre de Santa María. 

Cruz de los Mártires. Salvatierra de Santiago.

Cementerio de Montánchez.

Arquitectura popular. Salvatierra de Santiago.

Esgrafiados de Valdefuentes.

Iglesia de Nuestra Señora de Consolación.
Arroyomolinos.

Plaza de España. Almoharín. 

Puente. Casas de Don Antonio. 

extremos del duero: diez años de blog.

Hace ya algo más de diez años, (que se dice pronto) me propuse mostrar en un blog el amplio material fotográfico y las numerosas experiencias que había acumulado en nuestras excursiones de fin de semana. Después, para alimentar ese blog, seguí recorriendo esta increíble tierra (para bien y para mal) que es Extremadura. De esta manera conocimos -con Anabel y las niñas siempre, otras muchas veces con algunos grandes amigos- castillos, árboles singulares, ermitas abandonadas, presas antiguas, hermosas sierras y dehesas, pinturas rupestres, molinos, altares rupestres, dólmenes, etc. 

Tantas idas y venidas durante todo ese tiempo, me permitieron ampliar mis conocimientos sobre Extremadura, escribir dos novelas, implicarme y participar en determinadas actividades culturales y vivir inolvidables experiencias. Estos diez años me han dado también para conocer gente fabulosa (blogueros, escritores, arqueólogos, investigadores, guías de naturaleza y patrimonio, y en general aficionados a este tipo de cosas), para hacer buenos amigos y ¿cómo no? para llevarme algunas grandes decepciones con ciertas personas. 

Pero me quedo con lo bueno, que es mucho...      

Presa. Zalamea de la Serena.

Ermita del Santo Cristo. Talaván.

Ermita de la Virgen del Ara. Fuente del Arco.

Grullas y nieve en Las Villuercas.

Ciervos en las proximidades del Hospital del Obispo.

Peonía. Salvaleón.

Roble de la Nava. Berzocana.

Castañar. Garciaz.

Castillo. Cabañas del Castillo.

Puente de la Mesta. Villarta de los Montes.

Nubes en Puerto Peña. La Siberia. 

Cueva del Castillo de Monfragúe.

Altar rupestre. Guareña.

Dolmen del Cerro de la Barca. Valdecaballeros.

Capilla. 

Murales. Romangordo.

Trujillo.

Lavadero. Trujillo.

Los Barruecos.
Malpartida de Cáceres.

San Martín de Trevejo.

Trevejo.

Sierra de Lares. La Siberia.

Relieve apalachiense. Las Villuercas.

Tormenta en Magacela.

Acueducto de las Herrerías. Campillo de Deleitosa.

un paseo por el berrocal de trujillo.

Un paseo por el berrocal de Trujillo te asegura unas vistas extraordinarias de esta ciudad, un buen número de fotografías -algunas de las cuales saldrán bien aunque solo sea por una cuestión de probabilidad- y numerosos vestigios de tiempos pasados; impresionantes altares rupestres, antiguos molinos de viento, pinturas esquemáticas, un precioso lavadero con más de cien pilas de granito, etc. 

A todo ello hay que sumar aire puro, cielos limpios, verdes paisajes y por supuesto, recortada en el cielo extremeño, la omnipresente figura azul de la Sierra de Santa Cruz, la montaña mágica llena de interrogantes y secretos. ¿Qué más se puede pedir?

Lavadero de finales del siglo XIX, (formado por más de cien pilas de granito)
 de impresionante valor etnográfico.

La Molineta. Molino de viento. Mantuvo sus aspas y maquinaria
hasta el siglo XIX. Probablemente fue construido sobre una
gran construcción anterior.

Altar rupestre. Gran bolo granítico utilizado como altar rupestre.
Calcolítico y Bronce Final. Los escalones tallados en dicho bolo
permiten acceder al punto más alto. Las vistas desde este punto son
 sencillamente, espectaculares. 

A la izquierda de ese gran altar se aprecia otro más pequeño,
provisto de estrías longitudinales en posición vertical. Es fácil apreciar
por todo el lugar numerosas lagaretas y otras intervenciones humanas
en la roca.

Y al sur, la inconfundible Sierra de Santa Cruz, poblada de
altares rupestres y otros muchos interesantes restos arqueológicos.

El paisaje berrocaleño, a veces duro y desprovisto de arboleda, muestra
sin embargo reductos de vegetación autóctona.

Extramuros de la ciudad amurallada de Trujillo, nos esperan imágenes
espectaculares, como esta. 

La Sierra de Santa Cruz se asoma entre los tejados trujillanos,
recordándonos siempre su presencia.

Más información en estos artículos de 2012  y 2015 respectivamente:


molinos de viento. trujillo. cáceres.

A primera vista podría parecer un torreón de origen árabe o medieval puesto que nada indica la utilidad que tuvo en su momento. Y tal vez lo fuera, ya que la construcción se eleva sobre una gran plataforma construida en piedra provista de enormes contrafuertes.

altares rupestres 

Los altares rupestres son manifestaciones del arte rupestre que habitualmente suelen pasar desapercibidas siendo, desde mi punto de vista, una de las más emocionantes; simplemente, me resulta sobrecogedor pensar que sobre esas piedras nuestros antepasados realizaban sus rituales, ceremonias y sacrificios en sus intentos de comunicarse con el más allá.