Hervás es arquitectura imposible, intrincados callejones, barro y madera, cal y piedra, breves atardeceres y balconadas oscuras. Agua que corre, calma y sierra.
No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río. Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.