Los crómlechs (en realidad ignoro como se construye el plural de crómlech) son tal vez la manifestación más inusual del megalitismo. De hecho no tengo noticias de que en Extremadura exista algún monumento de este tipo, ya que por alguna razón que desconozco no ha llegado ninguno a nuestros días. Sin embargo, en Portugal son relativamente frecuentes.
Estos crómlechs que os muestro hoy están en el Alentejo (Portugal), pero muy cerca de territorio extremeño. Por tanto, sin entrar en mucha profundidad, pertenecerían al mismo marco geográfico y al mismo movimiento cultural que dejó los abundantes dólmenes que podemos encontrar, por ejemplo, en los términos municipales de Barcarrota o en Valencia de Alcántara.
El primero de ellos, quizás el más impresionante, recibe el nombre de Crómlech de los Almendros (Cromeleque dos Almendres) y está situado en una preciosa dehesa de alcornoques centenarios cercana a Nossa Senhora de Guadalupe, pequeña población de los alededores de Évora.
Según la cartelería existente en sus proximidades, cuando fue descubierto en los años sesenta del siglo XX la mayoría de las piedras estaban tumbadas. La disposición que presentan actualmente la centena de menhires que conforman el monumento se basa en los estudios realizados entre las décadas de los setenta y los noventa, que establecieron que dicho monumento fue levantado entre seis y siete mil años a. C. perteneciendo por tanto al Neolítico. Para estos investigadores el recinto tendría una función sagrada relacionada con los movimientos del Sol y la Luna, como así parece demostrar la orientación al sol naciente del cromlech, situado a media ladera.
El primero de ellos, quizás el más impresionante, recibe el nombre de Crómlech de los Almendros (Cromeleque dos Almendres) y está situado en una preciosa dehesa de alcornoques centenarios cercana a Nossa Senhora de Guadalupe, pequeña población de los alededores de Évora.
Según la cartelería existente en sus proximidades, cuando fue descubierto en los años sesenta del siglo XX la mayoría de las piedras estaban tumbadas. La disposición que presentan actualmente la centena de menhires que conforman el monumento se basa en los estudios realizados entre las décadas de los setenta y los noventa, que establecieron que dicho monumento fue levantado entre seis y siete mil años a. C. perteneciendo por tanto al Neolítico. Para estos investigadores el recinto tendría una función sagrada relacionada con los movimientos del Sol y la Luna, como así parece demostrar la orientación al sol naciente del cromlech, situado a media ladera.
Cromeleque dos Amendres. |
Cromeleque dos Almendres. |
El otro gran crómlech cercano a territorio extremeño, el Crómlech de Xarez, se encuentra muy cerca de Monsaraz. Según la web História Aberta, en la que se puede encontrar una detallada información sobre este monumento, fue trasladado en 1972 desde su ubicación original al lugar donde hoy se puede ver, para evitar su desaparición bajo las aguas del gran embalse de Alqueva. Sin embargo la disposición cuadrangular de los menhires (en lugar de haber sido colocados en círculo) en base "a criterios pouco explicitos e alguo duvidosos" produjo cierta polémca entre los investigadores. Actualmente presenta 55 menhires graníticos, algunos en forma de almendras y otros con forma fálica, dispuestos alrededor de un gran menhir.
Cromeleque do Xarez. |
Cromeleque do Xarez. |
Pero estos no son los únicos megalitos que se pueden encontrar en el Alentejo. Muy al contrario, esta amplia región es muy rica en monumentos de este tipo, entre los cuales destaca especialmente el Anta Grande do Zambujeiro, un dolmen de corredor de dimensiones realmente espectaculares construido en las inmediaciones de Évora. Según la cartelería, está considerado como el mayor monumento funerario megalítico del que se tiene noticia en la península ibérica y fue erigido entre 4000 y 3000 años a.C, siendo utilizado probablemente hasta cerca de 1500 años a.C.
Como digo, las dimensiones de este anta son grandiosas. Admirando la altura de su cámara funeraria no es difícil llegar a la conclusión de que la construcción de un dolmen de estas características requería una perfecta planificación, en cuanto a medios humanos y tecnológicos. Parece increíble que hace seis mil años hubiera culturas capaces de tallar estas enormes piedras, transportarlas y colocarlas después, perfectamente alineadas, en el lugar exacto. Hay que tener en cuenta que cada uno de los siete ortostatos que componen la cámara mortuoria mide 8 metros desde la supeficie del suelo y que esta gran cámara tenía una cubierta compuesta por una sola piedra plana de granito de varios metros de diámetro, actualmente rota y desplazada de su lugar original. Antes de las excavaciones realizadas en los años setenta, todo el conjunto aparecía escondido bajo un túmulo de 25 metros de diámetro.
Lamentable, las imagenes que siguen son de mala calidad por estar realizadas casi al anochecer. Espero tener la oportunidad de volver a este dolmen y de poder tomar fotografías mejores.
Anta Grande do Zambujeiro. Interior de la espectacular cámara funeraria. |
Anta Grande do Zambujeiro. En la actualidad protegida con una antiestética pero necesaria cubierta que atenúa los elementos meteorológicos adversos. |
Anta Grande do Zambujeiro. Estela-menhir a la entrada del dolmen. |