El silencio era absoluto. De hecho, el punto kilométrico de la vía donde me encontraba está considerado como el tramo menos transitado de la región extremeña. Al día pasan dos coches y un camión pero en aquellos momentos yo desconocía ese dato y el silencio me parecía inusual.
Aquella mañana las fuertes lluvias habían provocado el corte de algunas carreteras y tuve que desviarme por la carretera Palomas-Almendralejo para llegar a mi destino. Entonces recordé que una amiga me había hablado en cierta ocasión de un curioso edificio cerca de Palomas que durante un tiempo había sido hospital de enfermos de tuberculosis. De modo, que cuando lo vi entre la espesa niebla, paré el coche y desde lejos, hice algunas fotos del fantasmagórico paisaje.
A la vuelta, por suerte, la niebla se había levantado y paré de nuevo. Por un momento estuve a punto de saltar la valla o de buscar algún agujero por donde entrar pero finalmente el angelito bueno pudo con el malo, tiré de zoom y a través del visor, pude observar mejor el bonito edificio que de lejos parecía un castillo. La verdad es que aquel palacete rodeado de palmeras me recordaba mucho el estilo mudéjar- modernista de los edificios de la Sevilla de la Exposición de 1929. Tal vez por eso, el conjunto parecía desentonar en mitad del duro paisaje extremeño de retamas y pastos.
Ya en casa, pude comprobar que, en contra de lo que yo pensaba, en la red hay bastante información sobre esta construcción. Así, pude averiguar que la finca y el palacete tienen por nombre Las Poyatas y que dicha construcción es atribuida al importante arquitecto sevillano Aníbal González, autor entre otras maravillas de la Plaza de España de Sevilla. En principio estaba destinado a lugar de recreo de una adinerada familia, pero después de la guerra civil, ante una grave epidemia de tuberculosis, fue cedido por los dueños para que fuera utilizado como sanatorio, al parecer hasta los sesenta del pasado siglo. Es de suponer que sus paredes encierran, por tanto, muchas historias de sufrimiento y dolor...
En el articulo Las Poyatas, un palacete rural acastillado con elementos eclécticos de fortificación de José Maldonado Escribano, podéis encontrar más datos sobre este curiosos edificio. Yo os adelanto algunos, como por ejemplo, la existencia de una capilla y de un cierto número de gárgolas en la fachada principal o de una serie de azulejos que representan escenas de caza y de luchas entre caballeros que todavía se conserva en su interior. En las imágenes se puede apreciar también un torreón central con almenas y la presencia de garitas en las esquinas, lo que da al conjunto un cierto aspecto de fortificación medieval En el diario ABC también se puede encontrar información referente a los sucesivos dueños que ha tenido esta finca.
Pero aquella tarde, mientras buscaba información sobre las Poyatas pude comprobar que a unos 15 km de allí, no muy lejos de Oliva de Mérida, existe un palacete con muchas similitudes que recibe el nombre de Las Zapateras, de manera que aprovechando que hace unos días me encontraba de nuevo por la zona, me acerqué hasta el lugar, y desde la distancia, pude hacer algunas fotos.
En las imágenes se puede apreciar que aunque existen algunas diferencias en cuanto a ciertos elementos constructivos, los dos palacetes presentan almenas, garitas y una torre central que demuestran que fueron diseñados por la misma persona o que al menos, uno sirvió de modelo al otro. De Maldonado Escribano, el mismo autor señalado anteriormente, podemos encontrar otro interesante articulo sobre esta y otras construcciones rurales en el entorno; Vivir en el campo extremeño. Destacados cortijos y palacetes rurales en Oliva de Mérida (Badajoz)
Logicamente no pude acceder a ninguno de los dos palacetes ya que son propiedad privada y tienen restringido el acceso pero eso me hizo pensar en cuantos tesoros puede haber, muchos todavía por descubrir, en las enormes fincas particulares que la mayoría solo podemos ver desde las ventanillas de nuestros coches...
No conocía estos edificios y merece la pena darlo a conocer.
ResponderEliminarEn la primera foto la niebla difuminó el edificio. Gracias a tu perseverancia hemos podido contemplar con detalle el exterior de estos hermosos palacios.
No conozco hasta ahora nada de Extremadura, cuestión que pienso subsanar en cuanto me sea posible.
Un beso
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
He pasado por allí y me pareció increible.
ResponderEliminarYo conocía el primer edificio. He pasado muchas veces por la carretera y el edificio, majestuoso en la cima de una pequeña loma da una visión increíble y espeluznante si pasas por allí una tarde oscura de tormenta. Más si ya sabes que se le conoce como el "hospital de los tuberculosos". En esas condiciones atmosféricas parece el escenario perfecto para una película de terror, pero es verdaderamente notable este edificio en un entorno tan yermo y apartado.
ResponderEliminarPerteneció a mi familia los pidal
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