No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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domingo, 4 de octubre de 2009

puebla de guadalupe. cáceres.




Situado en la agreste comarca de las Villuercas y entre bosques de castaños y robles se encuentra la Puebla de Guadalupe. Y es que, de esta manera se conoce al dédalo de calles que a la sombra del célebre Monasterio surgió para albergar a los primeros pobladores y posteriormente, para alojar a los peregrinos que en gran número acudían para venerar a la que es actualmente Patrona de Extremadura, de la isla de la Gomera y de México. Pasar bajo los arcos medievales que aún se conservan o caminar por las calles repletas de macetas, cuidadas primorosamente por los vecinos, hace evocar al viajero los tiempos en que la Puebla era una populosa villa a la que llegaban gentes de todos los confines.


La Puebla fue muy frecuentado por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, puesto que allí, dentro de los muros del Monasterio encontraba la reina la paz y el recogimiento que en otros sitios similares faltaba. El aragonés, sin embargo, tenía otras aficiones más mundanas. (Muy cerca, en Madrigalejo, le sorprendió la muerte debido a un uso continuado de un afrodisíaco extraído de un escarabajo verde cuando, dicen las malas lenguas, iba a reunirse con una de sus amantes.)

Y como no. Si allí estaba Isabel, allá que se presentaba un oscuro navegante de origen incierto, para encontrar quien sufragara su arriesgado viaje. A la vuelta de su primer viaje a las Indias, Colón dirigió sus pasos a Guadalupe para agradecer a la Virgen Morena el éxito de su aventura.

En la Puebla estuvo también Miguel de Cervantes para dejar sus grilletes en la Ermita del Humilladero (templete de estilo mudéjar que se puede apreciar en una de las fotografías) tras ser liberado de su cautiverio de Argel.



Afortunadamente, como en otros muchos lugares de Cáceres, en Guadalupe se conservan preciosas muestras de su arquitectura tradicional: piedra, adobe, madera, soportales y balcones conforman un hermoso entramado que ha merecido ser declarado Conjunto Histórico-Artístico. Durante el recorrido por sus empinadas calles el olor a pueblo antiguo, a leña y a humo envuelve al viajero que, cohibido quizás ante el majestuoso Monasterio y los tesoros que guarda dentro (y tras haber saboreado el vino de Cañamero y la sabrosa morcilla que ofrecen en cualquiera de las casas de comidas que alrededor del Monasterio hay) dirige sus pasos hacia el río Guadalupejo para pasear por su ribera.


2 comentarios:

  1. Para mi es uno de los lugares más especiales de España. Ya lo creo que sí.
    Y debe serlo para muchos porque cada vez que voy encuentras ambiente, da igual qué dia sea.
    Saludos.

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  2. No sólo son bellas las fotografías, sino también el texto,... y muy instructivo.
    Felicidades !!!

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