No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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martes, 4 de mayo de 2010

encina la terrona. cáceres

Actualmente existen en Extremadura más de 30 árboles declarados cono Árboles Singulares, considerados así por que poseen "unas características destacables que los hacen especialmente representativos en cuanto a su edad, tamaño, historia o valor cultural, belleza, ubicación u otras caractéristicas análogas." Entre ellos once pertenecen al género Quercus, género que se encuentra muy bien representado por estas tierras y que incluye encinas, alcornoques, robles, y quejigos. El resto incluye algunas especies no auctóctonas como el platano o el cipres de pantano, aunque la mayoría son autóctonas (castaños,olivos, madroños...)

Atendiendo a la definición expuesta anteriormente está claro que la Encina La Terrona tiene bien merecido pertenecer a este grupo puesto que supera con creces las carácteristicas exigidas. Lo más llamativo sin duda es la edad que se le atribuye, 800 años, convirtiendola en la encina más longeva. En cuanto a su tamaño, resulta espectacular. No voy a cansar a nadie con la altura de esta, el volumen de copa, o el perímetro del tronco ya que ni los números ni las fotografías pueden hacer imaginar a quien no lo ha visto antes la espectacularidad de este árbol.

El lugar donde se ubica tampoco desmerece. En plena sierra de Montánchez, concretamente en el Camino Real, ya muy cerca de Zarza de Montánchez y entre dehesas se encuentra este ejemplar que nació aproximadamente cuando los castellanos conquistaron esta comarca.

Ochocientos años no son nada pero a pesar de ello la Encina La Terrona, ha necesitado de algunos retoques presentando desde no hace mucho unos soportes verticales donde se asientan sus gruesas y largas ramas con el fin de evitar el desgaje de estas.


No hay que alejarse mucho, para disfrutar de otros muchos parajes, menos conocidos y fotografiados, pero igualmente interesantes. Tanto en Zarza como en Robledillo de Trujillo, pequeña y curiosa localidad, no es dificil encontrar lugares desde donde observar como la dehesa, dura en ocasiones, ofrece en primavera lo mejor de sí misma.

1 comentario:

  1. Como siempre, no sé si me gustan más las fotografías o el texto.
    Chapeau !!

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