No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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miércoles, 21 de septiembre de 2011

los pájaros.

Últimamente, a eso de las ocho menos diez de la mañana, cuando voy a trabajar y cruzo el río Zújar por el lugar conocido como El Badén, suelo ver la espectacular imagen de una garza real reflejada en el agua. La luz del amanecer y la majestuosidad del animal invitan a parar el coche y hacerle una foto pero las prisas y la ausencia de arcén me han impedido hacerlo hasta ahora. Hace un par de días me decidí a parar. Pero claro, estos animales no se dejan fotografiar por cualquiera, (cosa que yo no había tenido en cuenta) y la garza levantó el vuelo y se encaramó en la copa de un árbol.

Ese mismo día, cuando volvía a Villanueva la vi de nuevo, en el mismo lugar, mientras su pareja sobrevolaba la arboleda y volví a intentarlo. Nuevamente preparé la cámara pero el resultado fue el mismo. Asustada, el ave abrió las alas y moviéndolas pesadamente se elevó en el aire hasta perderse entre el follaje.

Por fin, el pasado sábado, tras extraer el traje de explorador de un viejo baúl olvidado en el sótano y desempolvarlo, me acerqué al río. Una vez allí, escondiéndome entre la maleza me aproximé silenciosamente, cual tigre de Bengala acechando a su presa, e hice algunas fotos sin molestar a la bonita ave.




Por la tarde, ya en casa, recordé que tenía guardadas algunas fotografías de pájaros y tras echar un vistazo encontré algunas que tal vez puedan pareceros interesantes. Estas que siguen a continuación, tomadas en el embalse de Orellana, muy cerca de la ciudad romana de Lacimurga, muestran a un cormorán posado en una piedra. En la segunda de estas imágenes se puede ver a esta ave con las alas abiertas para secarlas al sol, después de sumergirse en el agua para conseguir su ración de pescado.


Y esto, si no me equivoco, es la hembra de un faisán. La curioso es que esta fotografía la hice en pleno centro de Villanueva de la Serena mientras el ave revoloteaba de la acera a los tejados y viceversa, ante la incrédula mirada de los viandantes.


Otra curiosidad. Hace años que una enorme bandada de pájaros negros planea a sus anchas por Villanueva. Creo que son grajillas, córvidos de menor tamaño que los cuervos, pero no estoy seguro. Aparecen y desaparecen sin motivo aparente, posándose de vez en cuando en la torre de la iglesia. He observado que cada vez que el reloj señala la hora, es decir, cada quince minutos, se produce una escandalosa desbandada general y los pájaros abandonan la iglesia para volver al cabo de cierto tiempo. Siempre que los veo, posados sobre la torre, inmediatamente me viene a la cabeza la magistral película de Alfred Hitchcock...



Y por último, grullas y cigüeñas, dos especies de aves que no podían faltar por ser tan representativas de Extremadura. Las primeras ya no emigran, entre otras cosas, porque encuentran con facilidad su alimento en los vertederos y se quedan aquí todo el año.



Las segundas hacen cada año su increíble viaje desde el norte de Europa y permanecen por aquí durante varios meses, llenando el cielo con su ruidoso cru cru y su elegante silueta.



jueves, 15 de septiembre de 2011

la ventana indiscreta.



Tengo que confesarlo. A veces, durante esos interminables fines de semana que, bien por las altas temperaturas, bien por las lluvias, no se puede salir al campo y estoy que me subo por las paredes, cojo la cámara y me pongo a hacer fotos desde la ventana. Ocurre que el paisaje, como es lógico, siempre es el mismo. Afortunadamente la iglesia de la Asunción y la plaza dan juego y la cosa cambia según la estación en que nos hallemos.

Algunas veces es el arco iris el que me permite matar el gusanillo. Otras veces es la luna...O las nubes rojas del atardecer...O las cigüeñas..






Como podéis suponer, las veces que por aquí nieva son contadas y por eso mismo salimos en tropel a la calle, a tirarnos bolas de nieve y a hacer esas cosas que solemos hacer la gente del sur cuando esto ocurre. Pero mientras Anabel busca en algún armario los guantes y los gorros de lana de las niñas yo, impaciente, pego la nariz en el cristal. Después aprieto el disparador porque por ahora es gratis...Y este es el resultado. Refrescante. ¿Verdad?




viernes, 2 de septiembre de 2011

el constructor de catedrales. dos.

Hace aproximadamente un mes publiqué una entrada sobre Francisco Becerra, cantero y maestro de obras trujillano que, además de realizar importantes encargos en su Trujillo natal, viajó con su esposa al Nuevo Mundo e intervino al menos en tres catedrales del continente americano. A la hora de publicar esta segunda parte logicamente me topé con la dificultad de que no disponía de fotos de Cuzco, Lima o La Puebla para ilustrar el texto.

Todas las ilustraciones que podéis ver en esta entrada han sido realizadas por José María Sáenz Almeida, que no dudó en ponerse manos a la obra cuando le pedí que hiciera algunos dibujos de la obra americana de Francisco Becerra. Cierto es que jugué con ventaja porque sabía que no se iba a negar...Gracias de nuevo, Pepe...


Efectivamente, Francisco Becerra Hernandez y Juana Gonzalez de Vergara, tras dejar bien zanjado que ambos procedían de notorios hidalgos mediante el pertinente informe de limpieza de sangre, se trasladaron a Sevilla alrededor de 1573, de donde partieron para atravesar el Atlántico. Dos años después Becerra ya estaba trabajando en la construcción de la Catedral de Puebla de los Ángeles (la actual Puebla de México) como Maestro Mayor de dicha catedral.

Detras había dejado importantes obras en su Trujillo natal y alrededores. Así, se sabe con certeza que Francisco Becerra construyó o al menos intervino en algunas de las fases de construcción de las Iglesias de Valdetorres, Herguijuela, y Orellana la Vieja. Además dirigió o participó en las obras de numerosos edificios en Trujillo, tanto civiles como religiosos: los conventos de San Francisco y San Miguel, la iglesia de Santa María, o los palacios de Isabel de Mendoza y Gonzalo de las Casas.

Hay que tener en cuenta que, como sabéis, levantar iglesias y palacios no era tarea fácil y tal empresa llevaba años ya que, con frecuencia, las obras se detenían durante largo tiempo por falta de presupuesto o por la muerte del impulsor. Por ello podemos encontrar según las fuentes a distintos maestros como autores de la misma construcción. ¡Que decir entonces de las catedrales construidas en el Nuevo Mundo, afectadas además por terremotos, tan frecuentes en aquellas tierras!

Además de la catedral de Puebla en México, nuestro héroe fue artífice de la construcción de la catedral de Lima y al parecer, de la de Cuzco y de un gran número de iglesias y conventos. El mismo afán constructivo que años atrás se había desarrollado en su tierra de procedencia se había trasladado ahora a la Nueva España donde brotaban por doquier nuevos barrios y ciudades.

En cualquier caso, Becerra desarrolló en México, Ecuador y Perú, una importante labor profesional, convirtiéndose en el más importante constructor de la época del continente americano, donde puso en práctica todo lo aprendido de su padre, de su abuelo y de otros maestros trujillanos. Dicen los especialistas que la influencia de los maestros de Trujillo fue fundamental en el desarrollo de la arquitectura hispana-americana ya que cuando viajaron a este continente llevaron consigo los conocimientos que habían adquirido durante la construcción de los numerosos edificios que todavía hoy se pueden contemplar cuando paseamos por sus calles... O cuando llegamos a la Plaza Mayor de Trujillo y tras levantar la vista nos quedamos admirados ante tanta belleza como el hombre es capaz de crear.