No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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martes, 28 de febrero de 2012

san pedro y san pablo. dos.

San Pedro. Parroquia de la Asunción. Malpartida de Cáceres.
San Pablo. Parroquia de la Asunción. Malpartida de Cáceres.

Hace unos días publiqué una entrada en la que mostraba los bustos, esculpidos en piedra, de San Pedro y San Pablo, ya que me había parecido un hecho curioso que estos aparecieran en las portadas de dos iglesias extremeñas separadas entre sí casi doscientos kilómetros. 

Pero al parecer, la inclusión de los dos santos en las portadas de los templos es más común de lo que yo pensaba, según me ha hecho saber Samuel Rodriguez Carrero, autor del interesantísimo blog Extremadura; caminos de cultura. Por ello me ha enviado una serie de fotografías en las que aparecen los medallones de San Pedro y San Pablo en distintas iglesias, dos de las cuales se encuentran en Cáceres, una tercera en Brozas y la cuarta en Malpartida de Cáceres.

He de decir que no conozco estas dos últimas pero ambas están consideradas por los especialistas como de gran mérito artístico. Las otras son la iglesia de San Mateo y el convento de San Francisco de Cáceres, dos de los edificios religiosos más importantes de esta ciudad.

Iglesia de Santa María la Mayor de la Asunción. Brozas. Cáceres.
Medallones de los dos santos en San Francisco (Cáceres)
San Pablo. Iglesia de San Mateo. Cáceres.
San Pedro. Iglesia de San Mateo. Cáceres.

Y por último, además de dar las gracias a Samuel por enviarme esta fotografías, quiero mostraros que fuera de Extremadura también es posible encontrar este tipo de medallones. Hace unos días estuvimos en Granada y paseando por la Carrera del Darro, al pie de la Alhambra, topamos con la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Y como no... Allá que estaban los dos. Pablo de Tarso con la espada en la zurda y un libro en la mano derecha. Simón Pedro, como siempre, agarrando  con fuerza la gran llave del cielo...

San Pablo. Granada.
San Pedro. Granada.

martes, 21 de febrero de 2012

cuatro iglesias mudéjares en la comarca de tierra de barros.

Por toda la región existen importantes muestras de mudéjar extremeño, siendo el monasterio de Guadalupe el edificio más representativo de este arte y también el más conocido. Pero hoy quiero mostraros las iglesias mudéjares de cuatro localidades enclavadas en la comarca pacense de Tierra de Barros.

Palomas, Alange, Puebla de la Reina y Hornachos, se hallan muy próximas entre si y tienen en común, además de su vocación agrícola y ganadera, la herencia morisca o mudéjar que la Historia les dejó. Es de suponer que estas iglesias fueron construidas por alarifes de Hornachos, lugar que poseía una de las morerías o aljamas más importantes de Extremadura y en el que todavía se pueden encontrar algunas de las huellas que los moriscos, tras siglos de permanencia, dejaron allí.

Iglesia de Santa Olalla. Puebla de la Reina. Dedicada a la mártir Eulalia de Mérida, esta iglesia del siglo XV destaca por la abundancia de ladrillo visto en su exterior y por los numerosos elementos ornamentales que adornan el edificio; azulejos, falsas almenas y arcos. Así mismo destacan las columnas que recorren los distintos cuerpos de la torre en toda su longitud. Esta abundancia de adornos recuerda al mejor mudéjar andaluz o toledano, tan rico en elementos decorativos.

Torre de la iglesia de Puebla de la Reina.





Ladrillos y azulejos.
Puerta, mampuesto y ladrillos.
Arte mudéjar.

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia. Palomas.
Esta iglesia, considerada por los expertos como una joya de la arquitectura mudéjar fue construida en la primera mitad del siglo XVI. Está construida en mampuesto y ladrillo y consta de una sola nave con almenas en su parte superior. La torre, restaurada recientemente, posee numerosos elementos constructivos con función únicamente ornamental. Según reza en la cartelería, "está decorada en sus cuatro frentes con semicolumnas que rematan en pináculos". Así mismo posee "tres portadas abocinadas con arquivoltas rematadas en conopio y enmarcadas en alfiz."

Torre y cigüeñas.






Arabescos.







Semicolumnas en las esquinas, acabadas en pináculos.
Portada abocinada.
Ventana y azulejos.
Almenas.

Iglesia de la Purísima Concepción. Hornachos. Bajo el castillo de origen árabe se levanta, dominando las casas blancas de tejados rojos y la extensa llanura, la iglesia de la Purísima Concepción. Fue construida por orden de los Reyes Católicos durante su campaña para convertir a la mayoría morisca de la localidad, muy remisos a abandonar su religión y sus costumbres. Dentro de la monumentalidad del conjunto, situado en un terreno bastante irregular, destaca la esbelta torre y su doble cuerpo de campanas. A ella van a parar las callejuelas con más encanto de la localidad.

Bajo el castillo...
...y sobre los tejados rojos.
Torre y olivo centenario.

Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros. Alange. La iglesia de esta localidad, en las que también destacan su famoso balneario de origen romano y el castillo árabe que desde el cerro de la Culebra domina gran parte del territorio, está encuadrada por los especialistas dentro del estilo gótico mudéjar. Al parecer fue construida durante la primera mitad del siglo XVI. Su torre es de planta cuadrada y tiene cinco cuerpos, estando el último rematado con un sencillo pináculo piramidal. Creo que este elemento es un añadido bastante posterior, circunstancia que se da en numerosas iglesias mudéjares extremeñas.

Puerta de la Epístola. Alange.
Torre de la Iglesia de Alange.

domingo, 5 de febrero de 2012

la república de las dos orillas o los piratas moriscos de hornachos.

Siempre me había llamado la atención la historia de los moriscos de Hornachos y había leído algo sobre ellos, pero no fue hasta hace unas semanas cuando cayó en mis manos un precioso libro que hizo que esta historia me atrapara definitivamente. El mencionado libro, "La senda de los moriscos. En busca de los otros españoles", está escrito por José Manuel Fajardo, el autor de "El converso", y cuenta con las estupendas fotografías de Daniel Mordzinski. En él se narra la desgraciada y apasionante historia de los moriscos hornachegos: Desgraciada por tener que dejar su patria tras siglos de estancia y apasionante porque, tras asentarse en Rabat, crearon una república independiente y se convirtieron en los piratas más temibles del Mediterráneo. Cuenta Fajardo en su libro que disponían de una flota de cincuenta  barcos de distintos tipos y que con ellos llegaron a las lejanas costas de Inglaterra, Gales y de Islandia, donde sembraron el terror y practicaron el pillaje. Incluso planearon entrar en Cádiz y apoderarse de sus ingentes riquezas, cosa que felizmente no ocurrió.

A continuación voy a atreverme a describir a grandes rasgos su historia (aunque espero que los más eruditos me perdonen, porque seguramente estará plagada de errores e incorrecciones): Como sabéis, la actual Extremadura fue conquistada por los ejércitos leoneses y castellanos durante la primera mitad del siglo XIII. Mal que bien los descendientes de los árabes, se quedaron por estas tierras, practicando su religión, hablando su idioma, viviendo según sus costumbres... Magacela, Benquerencia de la Serena, Hornachos, Valencia de Alcántara, Plasencia o Trujilo poseían importantes morerías. Al abrigo de sus fortalezas sus habitantes persistieron durante generaciones, ejerciendo los oficios más humildes aunque entre ellos también se encontraban artesanos, tenderos, alarifes o médicos.

Hornachos, bajo el castillo.
Fuente de los Moros. Hornachos.
En Hornachos todo iba relativamente bien, a pesar de los vanos intentos por parte de las autoridades eclesiásticas de cristianizar a los musulmanes con métodos más o menos duros, hasta que el reino nazarí de Granada fue definitivamente conquistado por los Reyes Católicos. A partir de ese momento empezaron a torcerse las cosas para los mudéjares, remisos a abandonar sus costumbres y su religión. Especialmente duro y activo fue el Tribunal de la Inquisición de la cercana Llerena, que no se andaba por las ramas cuando de reconvertir infieles se trataba. Finalmente, en 1609, Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Al menos 3000 hornachegos tuvieron que dejar su localidad y viajaron hacia Sevilla, adonde llegaron tras una semana de viaje.

El puerto de Sevilla era por entonces un lugar multitudinario frecuentado por todo tipo de gente. Atraídos por el oro de las Indias, aventureros, marinos, soldados, curas, comerciantes, ladronzuelos, prostitutas y pícaros, pululaban por el puerto en busca de un futuro mejor... En aquel abigarrado ambiente, los moriscos fueron subiendo poco a poco a los barcos mientras se oían los desgarrados gritos que pedían que se les devolviera a sus hijos, puesto que los menores de siete años les habían sido arrebatados.

La torre almohade del puerto de Sevilla.
El río Guadalquivir, a su paso por Sevilla, y la calle Betis.

Tras algunos días de estancia en Sevilla partieron hacia el norte de África en busca de algún lugar que les acogiera. Ese lugar fue Salé, separado de la actual Rabat por el río Bouregreg. Allí se instalaron pero, ironías del destino, fueron tachados de no seguir convenientemente su religión y de practicarla de forma relajada, cuando habían sido expulsados de España precisamente acusados de lo contrario.

Diecisiete años después los moriscos hornachegos proclamaron la República de Salé o República de las Dos Orillas y fueron haciéndose de una gran flota con la que se dedicaron a la piratería. Renegados de las más diversas procedencias llegaron hasta allí para enrolarse en las naos moriscas y convertirse en el terror del Mediterráneo y de lugares aún más alejados. Tan incómodos se volvieron los corsarios andalusies que en distintas ocasiones las potencias del momento, España, Inglaterra o Francia, enviaron sus barcos a cañonear las defensas del emporio comercial recién  creado.

En 1666, debido principalmente a desavenencias internas que provocaron una guerra civil, la ya casi desintegrada República fue absorbida por el sultanato del alauita Muley er-Rachid. Cuenta José Manuel Fajardo que todavía es posible encontrar en Rabat apellidos tan castellanos como Vargas/Bargach, Toledano/Tredano, Piro, Blanco, Carrasco/Carrakcho o Ronda aunque realmente seguir su rastro es cada vez más difícil ...

jueves, 2 de febrero de 2012

san pedro y san pablo.


Hace unas semanas fuimos con unos amigos a pasar un fin de semana a Valencia de Alcántara con la intención de conocer un poco la zona, visitar los famosos dolmenes y por qué no, de tener una toma de contacto con la gastronomía de la zona. Por cierto, muy positiva esta última aproximación...

El sábado, siempre bajo los paraguas que nos protegían de la intensa y necesaria lluvia, dimos una vuelta por el bonito e interesante barrio judío de Valencia. Salíamos ya del casco antiguo cuando caí en la cuenta de que en la portada de una iglesia había dos personajes esculpidos en piedra que me resultaban muy conocidos por estar también presentes en una de las tres puertas de la Parroquia de la Asunción de Villanueva de la Serena; San Pedro y San Pablo.

El primero, con rostro serio, aparece portando una enorme llave en su mano derecha; la del Cielo, claro. Como sabéis, así es como la Iglesia representa al impetuoso discípulo que negó tres veces a su maestro y que años después, según la tradición, sería cruxificado boca abajo.

San Pedro. Valencia de Alcántara.
El segundo, Pablo de Tarso, representado con una espada, el arma con la que al parecer fue decapitado. Por alguna extraña razón, esta imagen está mucho más deteriorada que la anterior.

San Pablo. Valencia de Alcántara.
Dias después, ya en Villanueva me picó la curiosidad, me acerqué a la mencionada Parroquia de la Asunción e hice las fotografías que véis bajo estas lineas. Como se puede apreciar ambas esculturas son más toscas que las de Valencia de Alcántara y seguramente también más antiguas. Además no ocupan la misma posición. En la portada de Villanueva, San Pedro aparece a nuestra derecha, y San Pablo a nuestra izquierda. En la de Santa Clara de Valencia, justo al contrario...

Puerta del Perdón. Villanueva de la Serena.
San Pedro. Villanueva de la Serena.
San Pablo. Villanueva de la Serena.
Por lo demás, San Pedro aparece también como un anciano con una enorme llave en la mano que nos mira fijamente, mientras que San Pablo muestra su espada desenvainada.

Pues eso, curiosidades que nos deja la Historia...