No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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domingo, 26 de noviembre de 2017

¡por tutatis! los cielos de extremadura.

Ayer sábado tuvimos un nuevo encuentro de blogueros de Extremadura, como siempre en el convento de la Coria de Trujillo, sede de la Fundación Xavier de Salas. Una vez terminadas las comunicaciones, por cierto muy interesantes, tuvo lugar la presentación de un libro confeccionado a partir de los artículos e imágenes de distintos blogueros y similares. Cielos de Extremadura, pues este es el título de la nueva publicación, incluye cerca de cincuenta artículos y decenas de espectaculares fotografías. El artículo que sigue a continuación, ¡Por Tutatis!, es mi aportación a esta publicación. Por cierto, enhorabuena una vez a Nacho y José Manuel, organizadores del encuentro. 





¡POR TUTATIS!

Decía Abraracúrcix, el jefe de la irreductible aldea gala, que ellos solo temían a una cosa;  que el cielo cayera sobre sus cabezas. Hoy nuestras preocupaciones son otras, mucho más prosaicas. No obstante, basta salir cámara en mano al campo extremeño, para darnos cuenta de que el jefe galo tenía motivos para estar temeroso de los muchos meteoros que los dioses pueden enviarnos.

Independientemente de esos miedos atávicos a los meteoros, los galos tuvieron suerte de que alguien se ocupara de inmortalizar de forma genial la pequeña y divertida aldea, y de que las andanzas del pequeño guerrero de rubios bigotes y de su inseparable e insaciable amigo, ocupen desde hace tiempo las estanterías de nuestras casas y bibliotecas públicas. Seguramente así lo quisieron sus deidades.

En el resto del planeta no hubo tanta fortuna. Sin embargo, esa obsesión por los astros y esos miedos ancestrales de los primeros hombres a ciertos fenómenos caídos del cielo, quedaron grabados en la piedra por todo el planeta, transmitiéndonos de alguna manera parte de sus inquietudes.

Utilizar como recurso turístico esos miedos y esas inquietudes aquí en Extremadura, es posible. Altares rupestres, pinturas esquemáticas, petroglifos, dólmenes o estelas decoradas esperan al excursionista curioso e interesado por los aspectos menos conocidos de nuestro patrimonio. Habitualmente, además, este patrimonio se encuentra en sierras y dehesas de belleza singular. 

En este sentido podemos empezar por recorrer alguna dehesa o berrocal en busca de algunas piedras caballeras. Bajo ellas es habitual encontrar altares rupestres o escalones tallados a modo de escaleras al cielo (Trujillo, Lácara o Salvaleón). Para algunos investigadores, las cavidades que aparecen en estos supuestos altares son simples lagaretas donde se molturaba la uva o la aceituna. Otros, sin embargo, afirman que estas cavidades fueron concebidas con la función de recoger líquidos, tal vez sangre animal, durante los sacrificios y otras ceremonias rituales. En este punto son de destacar las lagaretas excavadas en los alrededores de un supuesto menhir enclavado en la falda de la sierra de Santa Cruz.

Probable menhir. Santa Cruz de la Sierra.

Lógicamente, algunos autores otorgan a los altares o peñas sacras cierta función astronómica. Entre ellas no debería dejarse sin mención la presencia en el bonito paraje de Los Barruecos, de una curiosa figura antropomorfa excavada en la roca en la que el recientemente fallecido profesor Rosco Madruga (descubridor de la basílica de Santa Lucía del Trampal) creyó reconocer un observatorio astronómico. Según sus observaciones, esta figura antropomorfa tiene la particularidad de estar situada en el interior de una oquedad en cuya parte superior existe un agujero por el cual pasa la luz solar iluminando en su totalidad esta figura solo los días correspondientes a los equinoccios. (Fuente Diario HOY) Estaríamos por tanto ante un altar o santuario utilizado por los hombres del Calcolítico para determinar el momento exacto en que los días y las noches tienen la misma duración y el cambio de las estaciones, algo que podría ser de gran ayuda a la hora de establecer la fecha de siembra de los cultivos y otras prácticas agronómicas.

Observatorio astronómico. Los Barruecos.

Subir a la sierra y trepar hasta algún abrigo para admirar las pinturas rupestres que guardan, es otra de las opciones. Una vez ante ellas no es difícil  buscar esos signos de la influencia que la esfera celeste ejercía sobre los hombres del Calcolítico, puesto que sus autores solían dejar esquemas de algo muy semejante a lo que hoy visualizamos como soles o estrellas. Recuerdo haber visto estos símbolos en los abrigos de las Calderetas (Benquerencia de la Serena), de la Calderita (La Zarza) o del Águila (Magacela). Muy próximo a este último abrigo, los restos de un dolmen muestran todavía en uno de sus ortostatos un soliforme grabado junto a otros esquemas de difícil  interpretación.

Ídolos oculados. Arroyo de San Serván.

Soliforme. Benquerencia de la Serena. 

En realidad, gran parte de los esquemas rupestres que acompañan a los referidos soles o estrellas, son símbolos cuyo significado para nosotros es desconocido pues probablemente representan ideas. Por ello, los especialistas los llaman ideomorfos. Del mismo modo, las figuras que representan animales reciben el nombre de zoomorfos, mientras que los esquemas en los que aparece la figura humana se denominan antropomorfos.

En Monfragüe, la Serena, las Villuercas o en las sierras centrales situadas en las proximidades de Mérida nos esperan multitud de abrigos, algunos bien conocidos y otros todavía inéditos, donde deleitarnos con estas representaciones y a la vez, misión algo más complicada, interpretarlas.

Pero si volvemos al tema central que nos ocupa, no se puede olvidar la aparición por todo el territorio extremeño de numerosos ídolos placa, coincidentes algunos de ellos en el tiempo con los esquemas rupestres antes citados y con cierta semejanza, por ejemplo, con los idolillos esquemáticos del abrigo de las Palomas, situado en la sierra de San Serván. En concreto, la similitud entre ambos radica en la presencia de círculos, interpretados por los estudiosos como ojos, motivo por el cual son conocidos también como ídolos oculados. Estamos, por tanto, ante divinidades con rasgos humanos. Estamos, por tanto, ante manifestaciones nacidas de la necesidad del hombre de creer en un mundo extraterrenal en el que habitar después de la muerte. Quién sabe entonces el poder que aquellos hombres otorgaron a los dioses que ellos mismos crearon. ¿Dioses de la fertilidad de los hombres, los animales y los bosques? ¿Dueños de las lluvias y los ciclos agrícolas? ¿Creadores de las tormentas y responsables de los movimientos de los planetas…?

En tono de broma podríamos decir incluso que en cierta ocasión uno de esos antiguos dioses, o tal vez un simple enviado, bajó del cielo y anduvo entre los pobladores que ocupaban las llanuras próximas al Cáceres actual. Prueba fidedigna de esta fugaz visita es la estela conocida como el Astronauta del Casar, una estela granítica que ha merecido ocupar un hueco en los principales medios audiovisuales especializados de misterio. Actualmente esta estela, encontrada en el cementerio de la citada población, se encuentra en el Museo de Cáceres, siendo quizás una de sus piezas más conocidas.

Astronauta del Casar. Museo de Cáceres.

En definitiva, salir a las extraordinarias dehesas o sierras extremeñas, observar y fotografiar el cielo y preguntarse qué sentirían los pobladores de la Antigüedad ante un arcoíris, ante un eclipse o ante una tormenta eléctrica, es inevitable. Yo inclusive me he llegado a preguntar en alguna ocasión que hubiera dicho Obelix al presenciar la estela de un avión “rozando” la luna.  Tal vez hubiera exclamado con cara de asombro; ¡Están locos estos humanos!






                                                               EXTREMADURA TURISMO

martes, 21 de noviembre de 2017

séptimo encuentro de blogueros de extremadura



Un año más nos vemos en Trujillo, en concreto en la espectacular sede de la Fundación Xavier de Salas. Tendremos por tanto la ocasión de saludar otra vez a viejos amigos y de intercambiar experiencias y proyectos. 

En esta ocasión el encuentro girará en torno a los cielos extremeños. Como siempre, la jornada promete...



miércoles, 8 de noviembre de 2017

más sobre el alfabeto tartesio.

Hace unas semanas publicaba un artículo en el cual señalaba las grandes coincidencias entre algunos esquemas rupestres y ciertas letras de alfabetos indígenas y tartesios. Quizás no sean más que eso, simples coincidencias. Sin embargo, si observamos el siguiente mapa, en el que están señalados los abrigos donde se han conservado estos esquemas y los principales yacimientos tartesios que se conocen hasta la fecha en territorio extremeño, podemos concluir que ambos ocupan el mismo espacio geográfico.




Señalados en verde, se muestran los yacimientos tartesios o post orientalizantes, enclavados en los valles de dos grandes ríos, como el Guadiana y el Zújar. Como excepción, Aliseda o Talavera la Vieja, situados más al norte, ya en la provincia de Cáceres.

Por otro lado, señalados en rojo, se encuentran algunos de los abrigos que muestran esquemas con gran parecido a ciertas letras de los citados alfabetos. Como se puede observar, estos abrigos también se sitúan en los valles del Guadiana y el Zújar, lo cual puede significar dos cosas. La primera, que los fenicios ejercieron una influencia sobre la población autóctona mucha más temprana que la establecida hasta hoy. Esto explicaría que sea posible encontrar, por ejemplo, bitriangulares e ídolos oculados en distintos abrigos fechados en el Bronce Final, que en realidad serían letras.

Y la segunda, en contraposición con lo expuesto anteriormente, que algunas de las pinturas rupestres se realizaron en una fecha bastante tardía, cuando en todo el territorio se había asentado una cultura floreciente con escritura propia capaz de construir santuarios y otros complejos edificios. En este caso, las élites vivirían en Cancho Roano, la Mata o el Turuñuelo, situadas en la fértil campiña, mientras que la población autóctona, tal vez más desfavorecida, habitaban en las partes altas de las sierras, mucho menos productivas. Allí seguirían ocupando, tal vez ocasionalmente, los abrigos donde sus antepasados habían pintado en las rocas, algunas de sus inquietudes, miedos o creencias...

Correspondencia entre algunos esquemas rupestres y ciertas letras de los alfabetos
ibéricos y tartesio. Tabla extraída de la web Promotora Española de Lingüística.

Arcoriforme en negro que presenta un gran parecido con la quinta letra 
de la  columna de la izquierda de la tabla anterior. Sierra de Magacela.


el alfabeto tartesio. Es decir, dicho de la manera más sencilla; los bitriangulares, escaleriformes, ramiformes, ídolos oculados y otros grafemas presentan muchas similitudes y por tanto pueden identificarse con algunas letras de diversos alfabetos prerromanos. En la siguiente imagen se puede comprender mejor lo expuesto.





la extremadura tartesia Hace unas semanas apareció en El País un artículo sobre los trabajos que un grupo de arqueólogos están realizando en el yacimiento de El Turuñelo (Guareña) y que están desenterrando, para sorpresa de muchos, los restos de un gran edificio tartesio, coetáneo a Cancho Roano o La Mata. Estamos hablando por tanto de un descubrimiento excepcional.

edificio protohistórico de la mata. campanario. badajoz.
Hace dos mil quinientos años llegaron a estas tierras gentes procedentes del antiguo reino de Tartesos... Probablemente habría que hablar de una aristocracia procedente de las costas del sur, que protagonizó un fenómeno o unidad cultural.



Este yacimiento últimamente ha adquirido más importancia si cabe, sobre todo para el gran público, a raíz de que National Geographic lo citara en un documental como posible destino de los supervivientes de la Atlántida.



El origen  de Cancho Roano, según algunas hipótesis, podría ser el túmulo o enterramiento de un importante guerrero, a juzgar por los restos encontrados y por la estela funeraria que se encuentra formando parte de la escalera de acceso



Esta estatuilla formaría parte de un conjunto de caballo y jinete dispuestos sobre una plataforma representando una escena de caza. Según estos mismos investigadores, no se ha encontrado ninguna otra pieza similar, ni dentro de la península ni fuera de ella.



Parece ser, por los restos encontrados, que en este lugar existió ya un asentamiento prerromano que fue habitado a partir del siglo V a.C. Pero los momentos de mayor esplendor debieron alcanzarse posteriormente, cuando los romanos se asentaron por toda la zona.