A principios del siglo XIII los ejércitos del rey Fernando III, con la ayuda de las órdenes militares, conquistaron la comarca de la Serena, en poder de los musulmanes desde varios siglos antes. Uno tras otro fueron cayendo los bastiones de Magacela, Benquerencia, Zalamea... Como en toda Extremadura, los territorios conquistados fueron cedidos a las distintas ordenes, las cuales ocuparon las fortalezas que permanecían en pie y construyeron otras. Hoy día seis de aquellos castillos permanecen en pie, visibles desde la lejanía, como orgullosos del papel que la Historia les reservó. Otros, como Lares y Arsa, cayeron en el olvido...
Castillo de la Encomienda de Castilnovo. Villanueva de la Serena. Este castillo no es visitable por ser de propiedad privada. Su estado de conservación es bastante bueno. Es uno de los dos castillos de la zona que no es de origen árabe ya que fue construido, probablemente, allá por el siglo XIV. Muy cerca, en el cerro de Tamborrío (entre ambos ríos, Guadiana y Zújar) hubo una fortaleza árabe de la que apenas quedan restos.
Castillo de Benquerencia de la Serena. Su estado es ruinoso. Apenas queda nada de lo que debió ser una fortaleza inexpugnable asentada sobre un lugar estratégico. Situado en la sierra de Tiros, desde él se puede observar gran parte de la comarca: al norte la estepa, al sur los olivares de Monterrubio y algunas manchas de dehesa. Bajo su ahora maltrecha silueta nació Benquerencia, pueblecito de estrechas y empinadas callejas con un inequívoco aire morisco e interesantes muestras de arquitectura popular. Pasear por sus calles, subir al castillo y respirar el aire limpio de la sierra es un ejercicio altamente recomendable para el cuerpo y para la mente.Curiosamente es posible observar, dentro del castillo, un búnquer de la Guerra Civil de 1936.
Castillo de Almorchón. Actualmente quedan pocos restos de esta fortaleza roquera que no es visitable por encontrarse dentro de una finca privada. De origen musulmán, posteriormente cayó en poder de la Orden del Temple y tras la desaparición de esta pasó a manos de la Orden de Alcántara. Durante un tiempo debió ser un lugar importante y estratégico, albergando en el interior de sus diferentes defensas un pequeño poblado. Después el abandono sumió al castillo en el estado de ruina progresiva en que ahora se encuentra.
Castillo de Arribalavilla. Zalamea de la Serena. Construido sobre los restos de una fortaleza musulmana, actualmente quedan en pie sus murallas y sus cuatro torres; Torre Mocha, Torre Oscura y las del Homenaje y de la Higuera, así como un aljibe. Su planta es cuadrangular. Lamentablemente este castillo solo es observable a cierta distancia ya que numerosas construcciones contemporáneas se apoyan sobre sus muros.
Adosado a este castillo estuvo el palacio donde Juan de Zúñiga estableció una corte literaria entre cuyos maestros destacó el gramático Elio Antonio de Nebrija. En este palacio se alojó también, en 1502, durante al menos 15 días la reina Isabel la Católica cuando se dirigía a Toledo desde Sevilla.
Castillo de Capilla. Este es uno de los castillos más desconocidos de la zona y sin embargo las vistas que desde sus deteriorados torreones se pueden observar son increíbles. Bajo la peña donde se asienta se extiende, desde el año 1989, el embalse de la Serena. Por el sur, la sierra de Tiros, agreste y hermosa pero desconocida para una gran mayoría. Como en muchos otros, en su construcción intervinieron alarifes mudéjares, tal y como se puede observar por el uso de ladrillos en los arcos de puertas y ventanas.
Castillo de Magacela. Desde mi punto de vista este castillo es, por su situación, por sus dimensiones y por la gran extensión de tierra que desde él se divisa, el castillo de la Serena. Su estado de conservación, sin embargo, dista mucho de ser el adecuado. A pesar de que ciertas estructuras, como la torre poligonal del Homenaje o la entrada en recodo, presentan un buen estado es difícil imaginar como sería esta fortaleza en sus momentos de esplendor. Durante años en Magacela estuvo el Priorato de la Orden de Alcántara pero después de su traslado a Villanueva, el castillo y la localidad fueron perdiendo importancia.
Preciosas fotografías.
ResponderEliminarA lo mejor, lo que voy a decir ahora no se entenderá mucho, pero a mi me gustan los castillos así, en ruinas, simples atisbos de lo que fueron, para que mi imaginación haga el resto, y me transporte a lejanos reinos y épicas batallas.
Un saludo y feliz Navidad.
Josito, si te gusta transportarte a tiempos lejanos, te gsstará la próxima entrada.(espero)
ResponderEliminarHasta pronto.
Hace tiempo estuve haciendo estas ruta que nos propones y me parecio muy interesante, creo que después de ver tus fotos voy a volver hacerla.
ResponderEliminarSaludos y Felices Fiestas
Vaya buen recorrido por esta zona. Queda como referencia para propios y extraños lo que cuentas, siempre tan interesante.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por vuestros comentarios. Ana, estoy deseando ver las fotos que harás cuando recorras la Serena.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Jesús! Excelente entrada, es un recorrido magistral por los castillos más representativos de La Serena y con interesante información. Como buen villanovense, el castillo de Magacela ha sido siempre mi preferido y recuerdo gratamente las excursiones que hacíamos de pequeños a pie o en bici hasta allí. Sin embargo, uno de los castillos que para mi ofrece una vista más espectacular de La Serena es el de Puebla de Alcocer, con el Zújar a sus pies, los ondulados relieves de los pastizales y las montañas que la encierran por el sur, con la Sierra de Tiros y la de Peñalsordo...coronadas también por sus castillos! Bueno, la verdad es que mentiría si no dijese que me emociono cuando paso al lado del castillo de Almorchón, encaramado en esa enorme peña asilada! Un saludo!
ResponderEliminarHola Atanasio. Me alegra "verte" de nuevo.
ResponderEliminarTienes razón. El castillo de la Puebla es impresionante, se mire como se mire. Pero no lo he incluido en esta entrada por que está en la difusa frontera de la Serena y la Siberia, aunque la mayoría de las fuentes que he consultado lo situan en esta última.
Pero bueno, da igual. Como tu dices las vistas desde la torre del Homenaje son espectaculares. Y pasear por sus almenas es tremendo (tengo un poco de vertigo.
Y el castillo de Almorchón es precioso. Una pena que no se pueda visitar.
Gracias por tu visita ¡y hasta pronto!
Yo por añadir algo, reseñaría la fortaleza de Lares. Cierto es que apenas quedan restos de lo que fue el convento, pero los lienzos del castillo templario siguen ahí, con unas vistas magníficas sobre Masatrigo y las sierras circundantes.
ResponderEliminarMil saludos para todos
Gracias Warlock, ¿pero donde está Lares? He leido que quedan algunos restos y que está muy próximo al castillo de Puebla pero desconozco el sitio exacto . ¿Me podrías indicar la situación exacta?
ResponderEliminarSaludos.
La continuación de la sierra del Castillo, en cuyas laderas están Esparragosa y Puebla de Alcocer, es la sierra de Lares, que nace a partir de la bonita aldea de Galizuela, jalonando por la derecha la carretera de Cabeza del Buey, justo antes de cruzar el Zújar en el embalse de la Serena. Hay unos bonitos escarpes con varias parejas de buitre y desde allí hay una vista extraordinaria del cerro Masatrigo y en días claros se pierde la vista en la lejanía. Muy aconsejable. Para llegar, se parte de Galizuela por una pista que corre paralela a las aguas del embalse. El coche se deja a media ladera y luego toca hacer patas. 15 minutillos de subir cuesta y ya estás arriba. El lugar es magnífico.
ResponderEliminarMil saludos
Gracias por tu valiosa información, Warlock. Espero ir pronto a visitar los restos de ese castillo templario. Ya te contaré...
ResponderEliminar¡Hasta pronto!
Todos las narraciones anteriores al igual que las excelentes fotos, son apreciadas; elecciones de historia no obtenidas de otra forma. Continue estos temas...muy apreciadas.
ResponderEliminarGracias por visitarme y por tu comentario, José.
ResponderEliminarMe encantan todos, mi preferido es el de Magacela: porque es mío, porque desde allí se divisa la eternidad, porque los campos y el cielo que nos ofrece su altura son siempre diferentes, porque se convirtió, en los años que pasé por allí, en un referente de la felicidad y la paz. Soy del mar, pero en otra vida he debido ser de la Serena, pues su paisaje me parece lo mejor que me ofreció la vida. Vuelvo desde Galicia cuando puedo y siempre me llena de energía.
ResponderEliminarGracias Anónimo por mostrar tu sentimientos y por que has reflejado muy bien lo que se siente cuando estás allí en lo alto. Espero que la vida, allá en Galicia, te siga sonriendo igual que cuando estabas por la Serena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosas fotos, Jesús.
ResponderEliminarMuy bien explicado la historia de los castillos, su origen y su historia.
¡Lo comparto! ;)