No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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martes, 27 de marzo de 2012

cernícalo primilla


De tanto ver los estupendos blogs extremeños dedicados a la fotografía de aves, no pude resistirme y hace unos días probé suerte al comprobar que en la torre de la iglesia mudéjar de Palomas (Badajoz) vive una colonia de cernícalos primillas. La verdad es que no sabía apenas nada sobre esta especie pero en la red hay abundante información sobre ella.

Según he podido leer, estas pequeñas rapaces suelen llegar a España, procedente de África, durante el mes de febrero. Después forman parejas y con frecuencia ocupan huecos o hendiduras en edificios abandonados, castillos e iglesias... En ellos la hembra pone los huevos y se produce la incubación. A principios de verano los polluelos cuentan ya con un mes y están dispuestos para volar. En septiembre regresan al continente africano...

Al parecer estos cernícalos se alimentan principalmente de saltamontes y otros insectos, pero también a veces de roedores. Comúnmente viven en colonias de hasta 100 parejas aunque en este iglesia debe haber 10 o 12 individuos, compartiendo espacio con palomas, cigüeñas y grajillas.

Extremadura es la región europea que más cernícalos primillas acoge. 
En la lejanía y a simple vista, hembras y machos son aparentemente iguales aunque hay bastantes diferencias entre ambos. Como podéis ver los machos tienen la parte superior del cuerpo de color marrón rojizo, mientras que las hembras presentan un moteado muy característico por todo su plumaje.

Macho de cernícalo primilla.
Hembra de cernícalo primilla.
Macho y hembra.
Incluso para un principiante como yo, los cernícalos primillas son relativamente fáciles de fotografiar, sobre todo cuando se posan en las cornisas y otros elementos constructivos. Más difícil resulta fotografiarlos en vuelo aunque a veces se quedan suspendidos en el aire durante unos segundos. Es el momento que hay que aprovechar para apretar el disparador ya que después se dejan caer a gran velocidad, haciendo increíbles piruetas. Es cuestión de paciencia y de hacer montones de fotografías. Alguna saldrá medianamente bien...

Una pareja a la entrada del nido.

viernes, 16 de marzo de 2012

ermita de alta gracia. higuera de la serena. badajoz.

Hay investigadores que afirman que ciertos lugares poseen un magnetismo especial y son elegidos por los hombres, desde antiguo, para adorar a sus dioses. Esto ocurre por ejemplo en la localidad asturiana de Cangas de Onis, donde existe una iglesia construida sobre un dolmen o en la basílica visigoda de Santa Lucia del Trampal (Alcuescar, Cáceres), en la que se han encontrado numerosos exvotos romanos en forma de cabras que representaban a la diosa indígena Ataecina, sincretizada posteriormente en Proserpina.


Esto viene al caso por que el pasado domingo visitamos la maltrecha ermita de Alta Gracia (Higuera de la Serena, Badajoz) donde me llamó poderosamente la atención la existencia de un contrapeso de una prensa olearia romana, parecida a la que aparece en la cercanías de la mencionada Santa Lucia del Trampal. Esto me hizo pensar que en el lugar escogido para levantar la ermita de Alta Gracia existió probablemente una villae romana, (núcleos agrícolas, por otra parte, muy frecuentes en la comarca de la Serena) y tal vez un centro de culto.

Contrapeso de prensa olearia en la ermita de Alta Gracia.
Contrapeso y bloques de granito.
La ermita de Alta Gracia fue fundada a finales del siglo XV por don Juan de Zúñiga y Pimentel, importante noble y señor de la Serena que se rodeó, en su palacio de la cercana Zalamea, de maestros y sabios entre los que destacaba Antonio de Nebrija, El lugar elegido para levantar dicha ermita fue un montículo cercano al río Guadamez, separado 4 Kilómetros de Higuera, en el supuesto lugar donde se aparecía la Virgen María.

Interior de las ruinas de la ermita.
Aspecto exterior de la antigua ermita.
Pronto la ermita se convirtió en un importante lugar de peregrinación y por ello hubo de construirse en sus inmediaciones un edificio para acoger a los numerosos peregrinos. De esta hospedería y del cercado de piedra que rodeaba el conjunto, todavía existen restos medianamente conservados. Nada queda, sin embargo, de los frescos que adornaban las paredes de la ermita ni del altar e imágenes que existían en su interior. Incomprensiblemente el santuario cayó poco a poco en el abandono hasta llegar al lamentable estado en que se encuentra en la actualidad.

Con toda probabilidad las desamortizaciones y las guerras tuvieron mucho que ver y hoy día apenas quedan cuatro paredes construidas en mampuesto con las esquinas de cantería y algunos ladrillos rojos en los huecos de puertas y ventanas, lo cual indica que quizás los moriscos de Magacela o Benquerencia intervinieron en su construcción.

Pero realmente, lo que me resultó más llamativo de esta ermita fue la existencia, al igual que en Santa Lucia del Trampal, de una prensa olearia en sus inmediaciones... ¿Coincidencia?

Basílica visigoda de Santa Lucia del Trampal y olivo centenario.
Contrapeso de prensa olearia en Santa Lucia del Trampal.

martes, 6 de marzo de 2012

molinos de viento. trujillo. cáceres.


El Berrocal de Trujillo es un lugar mágico, hermoso, abandonado y maltratado donde se pueden encontrar interesantes restos de las diferentes culturas que han ocupado estas tierras, entre ellos, dos de los pocos molinos de viento de los que se tiene constancia en Extremadura.

El primero de los molinos recibe el nombre de la Molineta. Está muy cerca de la autovia Madrid-Lisboa y desde él se pueden contemplar las panorámicas más completas de la ciudad de Trujillo. A primera vista podría parecer un torreón de origen árabe o medieval puesto que nada indica la utilidad que tuvo en su momento. Y tal vez lo fuera, ya que la construcción se eleva sobre una gran plataforma construida en piedra provista de enormes contrafuertes. Quizás, una vez perdida la función defensiva, fue reconvertido en molino.

La Molineta
Interior del molino.
Torreón y contrafuertes.

Interior del lavadero.
Entre este y el segundo molino un agradable paseo muestra el duro y verdadero paisaje del Berrocal; canchos de granito de caprichosas formas, retamas, algunas encinas y pastos para el ganado bovino son algunos de los elementos que componen este paisaje. A ellos hay que añadir muestras del pasado de un valor etnográfico incalculable, como el Lavadero Municipal. Como podéis ver en las imágenes, el interior de esta curiosa construcción acoge decenas de pilas de granito y una alberca o depósito para almacenar agua. Aunque la techumbre ha desaparecido, todavía se mantiene en pie la arcada construida a base de bloques y ladrillos cocidos. Es tan lamentable la basura que se acumula por los alrededores como incomprensible que no haya algún cartel explicativo sobre esta muestra del patrimonio extremeño.

Arcos y pilas.

Escalera al cielo.

Muy cerca, en un gran bolo de granito, unos escalones tallados hace miles de años en la roca permiten contemplar de nuevo desde una situación privilegiada, la silueta de torres, iglesias y palacios que nos ofrece Trujillo en la lejanía.  ¿Una escalera hacia el cielo? Probablemente este enorme cancho fue utilizado como un altar para ceremonias religiosas desde donde un hechicero se dirigía a los demás miembros del grupo. En realidad, por toda la zona es posible encontrar marcas y hendiduras en las piedras, aunque es difícil identificar cuales son producto de procesos naturales y cuales fueron realizadas por los antiguos pobladores. De la misma manera algunos autores asignan un caracter totémico a algunos de los canchos diseminadas por todo el berrocal.


El paisaje berroqueño.
¿Ídolos o piedras?
Y por fin, alejado unos cientos de metros de este monumento megalítico y situado en un bonito paraje se encuentra el Molino de Viento. Nada queda de la estructura ni de la maquinaria que antaño convertía el grano en harina pero es emocionante imaginar las aspas girando, chirriantes, movidas por el viento. La verdad; la basura acumulada y la cercanía de un campo de tiro, no son los mejores acompañantes para demasiadas ensoñaciones pero ante ello siempre se puede echar la vista al frente y contemplar como el sol se oculta en la infinita y recia penillanura cacereña...

El Molino de Viento.
El molino y la llanura.
Y la luna.