Si buscáis en internet una foto nocturna de la península ibérica realizada desde el espacio veréis que una gran parte de la superficie, sobre todo el interior, aparece a oscuras, mientras que en otras zonas, como en casi toda la linea de costas y las grandes capitales como Madrid, Zaragoza o Sevilla, se observa gran concentración de luces.
En Extremadura también se observa ese fenómeno, con la particularidad de que exceptuando Cáceres y Almendralejo, la mayor concentración de luminosidad se encuentra en el Valle del Guadiana, es decir en los regadíos de las Vegas Altas y las Vegas Bajas.
A mi juicio, analizar este tipo de fotografías es la mejor manera de comprender el alcance del fenómeno de la despoblación, aunque hay otras formas. Una es echar mano de las cifras. A grandes rasgos, se puede afirmar que solo el 10% de la población vive en el 80% de la superficie de España. Es decir, el 90 % de la población vive en el 20 % de la superficie.
La otra forma es alejarse de los grandes núcleos, recorrer en coche esas extensas zonas rurales y comprobar, paseando por las calles de los pueblos, que gran parte de sus habitantes son muy mayores. Algunas veces hemos hablado con ellos y siempre recuerdan con nostalgia tiempos pasados, cuando sus pueblos estaban llenos de vida.
Un problema de difícil solución, como veis, sobre todo teniendo en cuenta el desinterés en estas cuestiones de la clase política que tenemos; en estas zonas con índices demográficos tan bajos no se ganan elecciones.
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