Sentado en un banco de la plaza de un pueblo extremeño cualquiera, desenfoco y enfoco en primer plano las flores y yemas de un ciruelo ornamental que anuncian una primavera que se hace esperar. En un segundo plano, las cigüeñas de la torre se esmeran en arreglar su nido. Mientras, dos ancianas aprovechan que el sol se asoma tímidamente entre las nubes cargadas de lluvias para dar su paseo matinal.
Lo que antes se conocía como Extremadura deshabitada o despoblada y ahora llaman vacía o vaciada.
¡Que bonita Extremadura!
ResponderEliminarDigo lo mismo, que bonita es. Saludos.
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