No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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miércoles, 5 de septiembre de 2018

la ermita de nuestra señora del salor. torrequemada. cáceres.



Un simple paseo por el campo puede deparar un sinfín de agradables sorpresas. Eso me ocurrió hace años cuando una tarde me topé de casualidad con la preciosa presa de la Charca de Zalamea de la Serena o cuando allá por el año 2012 nos acercamos al desconocido y espectacular acueducto de las Herrerias de Campillo de Deleitosa, después de que una amiga nos hablara de él. 

Una sensación parecida tuvimos hace ya algún tiempo (primavera de 2016) cuando haciendo una ruta circular que transcurre por una muy bien conservada dehesa en las inmediaciones de Torrequemada, llegamos a la ermita de Nuestra Señora del Salor. Sabíamos que habitualmente permanecía cerrada y que había que pedirle las llaves a una vecina, cosa que no tuvimos la precaución de hacer. Ese día sin embargo tuvimos la suerte de que una pareja de senderistas estuvieran visitando el templo, pudiendo acceder a su interior. Una vez dentro permanecimos un buen rato observando la pinturas que adornan sus paredes, sorprendidos por las dimensiones de las columnas que sostienen los arcos apuntados y por la belleza del conjunto.

La ermita, situada en la ribera del río Salor, data del siglo XIV y es de estilo gótico mudéjar. En el estupendo artículo de José Antonio Ramos Rubio, La pintura mural de la Ermita de Nuestra Señora del Salor de Torrequemada (del que he obtenido la mayor parte de la información que vais a encontrar aquí) podéis encontrar una detallada descripción de la construcción del templo y de sus peculiaridades arquitectónicas. Recomiendo por tanto una detenida lectura de ese artículo, al que accederéis en pdf pinchando en el enlace.

Tumbas antropomorfas, al parecer del siglo VII.
Aspecto exterior de la ermita. 
Interior de la ermita.

Como decía, lo más sorprendente del interior de la ermita son las pinturas murales, mediante las cuales se pretende narrar principalmente algunos de los últimos momentos de la vida de Jesús. Como es lógico no voy a entrar en detalles puesto que en el artículo indicado, José Antonio Ramos Rubio las describe magistralmente. Sin embargo, si quiero señalar la peculiaridad de una de ellas, La Última Cena, en la cual aparece junto a Jesús una figura femenina (la Virgen María o María Magdalena), algo al parecer bastante inusual, como así nos cuenta el autor del artículo:

En la Ultima Cena, los discípulos de Jesús vestidos con indumentaria de la época en la que se ha realizado la obra histórica, se encuentran sentados en la mesa en una composición en la que curiosamente solamente aparecen nimbados Jesucristo -en el centro de la misma- y una figura femenina al lado de Jesús que bien pudiera tratarse de María Magdalena o la propia Virgen María, que el artista anónimo ha incorporado a la escena como si se tratase de un apóstol más. Por tanto, no solamente Leonardo Da Vinci incluye en La Última Cena la figura femenina en el año 1495-1497, sino que en el siglo XVI se repite la misma escena –en este panel pictórico de Torrequemada- con los mismos personajes. 


Detalle de La Última Cena. Destaca la inusual presencia de una figura
femenina nimbrada junto a Jesús. 
No es frecuente la presencia de una mujer en La última Cena. Para los
estudiosos más atrevidos la figura tradicionalmente atribuida a San Juan
que aparece en el famosos cuadro de Leonardo da Vinci, corresponde en
 realidad a María Magdalena, lo cual nos lleva a recordar la polémica obra
de Dan Brown, Código Da Vinci. El velo con que cubre su cabello
esta figura de la ermita del Salor, no deja lugar a la duda. 
Curiosamente, la figura situada junto a la Virgen María también tiene
rasgos femeninos e incluso luce en la frente una diadema. Estamos por tanto,
ante una versión de La Última Cena bastante peculiar, puesto que en ella se
representan dos figuras femeninas cuando lo habitual es que todas los
personajes correspondan a hombres. 

Una curiosidad más, por tanto, de las muchas que podemos encontrar a lo largo y ancho de la vasta Extremadura; una ermita en la llanura cacereña, lejos afortunadamente de las rutas turísticas, que guarda secretos solo al alcance de los más curiosos.

Jesús camino del Calvario.
Diversas escenas de la vida de Jesús. 
Jesús crucificado en el Calvario. 

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