No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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lunes, 19 de octubre de 2009

dolmen de lácara. badajoz.

Es, a decir de los entendidos, unos de los dolmenes de mayor tamaño que se conocen en la peninsula e incluso en Europa. Desgraciadamente, tras el paso del tiempo y tal vez también a causa de los expolios, actualmente se encuentra muy deteriorado, sobre todo en lo que se refiere a la camara mortuoria. Esta, a juzgar por las piedras que todavía se mantienen en pie, debió ser impresionante. Sin duda el viajero que las contempla no puede dejar de preguntarse como pudieron mover dichas piedras, hace tantos miles de años y con tan escasos medios, los constructores del dolmen de Lácara. Algunos ortostatos han desaparecido así como la gran losa que cubría la cámara y que estaría situada a más de 5 m. de altura. Por suerte, el corredor, de varios metros de longitud, se encuentra en mejor estado de conservación y permite recrear el monumento y la importancia que debió tener el personaje que en él fue sepultado. A medio camino entre Aljucén y La Nava de Santiago, pero en el término municipal de Cordobilla (este dato no lo he podido confirmar) y en una finca privada, cuyo dueño mantiene el portillo abierto (cosa que es de agradecer) se encuentra esta joya megalítica. Pero esta no es la única joya que posee dicha finca; hermosos berruecos, piedras de granito que a causa de la erosión han quedado al descubierto, salpican el paisaje adehesado de encinas y retamas. Uno de estos inmensos bolos presenta una escalera tallada en la roca que un vez más hace que la imaginación del viajero se dispare. ¿Cuando, porqué y quien talló estos escalones? No muy lejos, una semiderruida zahurda de piedra espera, impaciente sin duda, a algún etnólogo que la haga objeto de su estudio.
Mientras, a orillas del río Lácara, centenarios y esplendidos alcornoques muestran sus torcidos troncos, desnudos ya tras el descorche. En espera de las ansiadas lluvias, pues el verano ha sido largo y el otoño se ha iniciado seco, los alcornoques parecen bailar imitando tal vez las danzas de los primeros habitantes de estas tierras de dolmenes, de bellotas y de olivos. Existen por la zona otros dolmenes, como los de la la Roca de la Sierra o el de Carmonita, más modestos pero igualmente interesantes para el viajero, ávido de descubrir los tesoros que guarda esta tierra extremeña, aspera a veces, pero siempre sorprendente.







"Semillas
del majuelo "



"El baile de los alcornoques"

2 comentarios:

  1. La belleza de este monumento funerario no radica tanto en su estructura, que también, como en su antigüedad, más de 4.500 años. Sencillamente impresionante.
    Por cierto, en un libro que tengo sobre Extremadura dice que pertenece al término municipal de Mérida.
    Saludos.

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  2. Gracias por tu aclaración, Josito. Me fue imposible encontrar ese dato.

    Hasta pronto

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