Días atrás, buscando información sobre ciertos aspectos de la comarca de la Serena, encontré un detallado artículo escrito por el inquieto arqueólogo e investigador Diego Sanabria ("El yacimiento arqueológico de El Parral (Quintana de la Serena, Badajoz) Una ocupación rural de época visigoda en la comarca de la Serena extremeña.") del que me llamó poderosamente la atención su introducción, muy didáctica e instructiva. Por eso, me ha parecido conveniente traerla a este blog y acompañarla con algunas fotografías realizadas en los últimos años, porque creo que a través de una lectura detenida de esa introducción se pude entender fácilmente, a grandes rasgos para un público generalista entre los que me incluyo, las distintas etapas desde la Prehistoria hasta la finalización del periodo islámico de esta extensa y desconocida comarca, tan rica en Historia.
La comarca de La Serena se identifica históricamente con una encrucijada de
caminos, algo que tiene su reflejo desde un punto de vista arqueológico en la
gran diversidad y abundancia de yacimientos de distintas cronologías repartidos
por todo su espacio geográfico. Así pues, como referentes más remotos cabe citar las manifestaciones de arte rupestre, tanto en abrigos como al aire libre,
ejemplos que desde el Neolítico-Calcolítico se han perpetuado hasta época moderno-contemporánea. A este respecto, destacar los ejemplos pictóricos de la
Sierra de Tiros, y más cercanas al proyecto se ha de señalar las pinturas rupestres
de Magacela.
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Pintura rupestre. Abrigo del Águila. Magacela. |
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Pintura rupestre. Cueva de San José. Quintana de la Serena. |
A estas manifestaciones hay que sumar la presencia de enterramientos colectivos o dólmenes, como el de Sierras Gordas (Valle de la Serena) o el de Magacela.
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Dolmen. Magacela. |
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Dolmen. Valle de la Serena. |
El territorio se jerarquiza paulatinamente con la génesis de las sociedades de
jefatura, alcanzando éstas su máximo apogeo durante el Bronce Final, y así algunos emplazamientos en altura se ocupan y fortifican, como el cerro de Magacela (Rodríguez Díaz, 2004). Esta jerarquización del territorio y de la sociedad
tiene su principal reflejo en las estelas de guerrero, y es en La Serena donde se
concentra la gran mayoría de ellas (Celestino Pérez, 2001), en un espacio conocido como el “corredor de la Serena” jalonado por el curso del Zújar, y que sirve
de vía de comunicación entre el Guadiana y el Valle Medio del Guadalquivir.
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Estelas del Suroeste. Museo Arqueológico de Badajoz. |
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Estela. Esparragosa de Lares. Museo Arqueológico de Badajoz. |
Este Bronce Final, inmerso en la órbita tartésica de influencia atlántica, con
el tiempo irá asimilando nuevas formas, lo que producirá hacia el siglo VIII a. C.
una orientalización de la cultura indígena. Centros como Medellín, ahora gestionarán los recursos, hasta que en el siglo VI a. C. el colapso del comercio mediterráneo propicie un cambio de las pautas económicas, y por tanto de las culturales, sociales y políticas en Tartessos. En este punto tendrán su ascenso las élites
rurales de base agraria, representadas a su vez en la arquitectura de prestigio.
Así, Cancho Roano (Zalamea de la Serena) y La Mata (Campanario) se erigen
como nuevos centros de poder, en un contexto de atomización y retroceso del
mundo urbano. En este sentido, el poblamiento postorientalizante se presenta
muy bien definido a raíz de los estudios de los túmulos de “La Mata” (Rodríguez
Díaz, 2004) y “Cancho Roano” (Celestino Pérez, 1996), y las pequeñas ocupaciones, como la de “Media Legua II” o “La Carbonera” (Campanario, Badajoz)
(Rodríguez Díaz y otros, 2007; Sanabria Murillo, 2008; Sánchez et al., 2013).
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La Mata. Campanario. |
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Cancho Roano. Zalamea de la Serena. |
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Sala Tarteso. Museo Arqueológico de Badajoz. |
Este sistema perdura hasta el siglo IV a. C., cuando el territorio experimenta
una reestructuración a todos los niveles, abandonándose estos enclaves, reocupándose los antiguos centros urbanos -como Medellín- y rurales –caso de El
Espadañar (Quintana De la Serena, Badajoz) (Sanabria Murillo et al., 2013)- u
ocupándose sitios ex novo, como el Cerro de Entrerríos, verdadero capitalizador
del poblamiento prerromano en la zona tras el ocaso tartésico, e incluso el Castro de la Tabla de Las Cañas (Capilla, Badajoz) (Domínguez de la Concha y
García Blanco, 1992).
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Castro de la Tabla de Las Cañas. Enfrente Capilla y su castillo. |
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Castillo de la Encomienda o de Castilnovo y Cerro Tamborrío. |
Con la conquista romana, se produce en La Serena el llamado “fenómeno de
los recintos torre”, edificaciones de clara raigambre militar que en algunos casos
tienen su origen a principios del siglo I a. C., en el contexto de las guerras sertorianas, vinculadas al control del territorio y de los recursos mineros de la zona.
Se trata de un auténtico corredor fortificado, tanto en el llano como en altura, en
la vía natural que une el Valle Medio del Guadiana con el Guadalquivir. En este
punto, Magacela se levanta como un importante oppidum desde el que se habría
coordinado la zona (Ortiz Romero, 1991). Esta serie de fortificaciones, que hunde sus raíces en el contacto de Roma con la población indígena, parece estar en
funcionamiento hasta el cambio de era, e incluso construyéndose algunas de
ellas a inicios del siglo I d. C. (Mayoral y Celestino, 2010), hecho que habría que
relacionar con las tensiones inherentes a la implantación de un nuevo orden en la
zona.
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Recinto torre. Hijovejo. Quintana de la Serena. |
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Recinto torre. Hijovejo. Quintana de la Serena. |
Pacificado el territorio, y al amparo de la calzada que unía Emérita con
Córduba se produce una notable ocupación romana, que tiene sus principales
referentes urbanos en las ciudades de Iulipa (Zalamea de la Serena), Metellinum
(Medellín) o Miróbriga (Capilla), mientras que en el ámbito rural se experimenta
una intensa colonización agraria con base en las villae, de las que se conocen
numerosos ejemplos en la zona de actuación. Estos emplazamientos parecen ser ocupados en muchos casos sin solución de continuidad desde el Alto Imperio
hasta la Tardoantigüedad.
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Dístilo romano. Zalamea de la Serena. |
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Teatro romano de Medellín. |
Con la dominación islámica, La Serena nuevamente se fortifica y resultado
de ello son los castillos de Magacela, Benquerencia, Almorchón (y posiblemente
el de Zalamea). El origen musulmán de la primera, por tratarse de un enclave
inmediato a la zona en estudio, debe situarse al menos hacia el siglo XI, cuando
es citada en las fuentes, y será en época almohade cuando se acometan las principales obras en el conjunto de su fortificación (Gibello Bravo, 2006). El principio del fin de la dominación islámica sobre La Serena tiene lugar con la toma de
Magacela por Fernando III el Santo en 1232, actuando ésta como cabeza de
puente para la reconquista cristiana de la zona, lo que propicia la caída de Zalamea y Almorchón en 1234, cerrándose el proceso tras la toma de Benquerencia
en 1236.
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Castillo de Almorchón. |
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Castillo de Castilnovo. Villanueva de la Serena. |
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Castillo de Capilla. |
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Castillo de Arribalavilla. Zalamea de la Serena.
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Castillo de Benquerencia de la Serena. |
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