cambio de vida.

¿Veis esa preciosa furgoneta verdiblanca asomada a esos espectaculares acantilados de la costa portuguesa?  Es nuestra furgoneta. Lo hemos dejado todo y hemos invertido parte de nuestros ahorros en ella. A partir de ahora nos dedicaremos a recorrer mundo, a mirar el mar, a pintar al oleo y a tocar la guitarra. Pero no os preocupéis, de vez en cuando volveremos por Villanueva e iremos a visitaros. 

De momento, nos quedaremos unos días en estos acantilados de Porto Covo, enfrente de la Ilha do Pesseguiero, donde están tomadas las fotos. Después tenemos previsto recorrer el norte de África. 

Se admiten donativos para distintos gastos. 

Feliz año. 

sin rumbo por los alrededores de aldea del cano, cáceres.

Como otras veces, íbamos sin rumbo, aunque no nos costó encontrar hermosos lugares donde desentumecer las piernas, esta vez en los alrededores de Aldea del Cano. El coqueto puente de Santiago de Bencáliz, al pie de la Vía de la Plata, nos dio la bienvenida a la vez que la niebla dejaba paso a un esplendido pero frio día.

Después hermosas dehesas, salpicadas de antiguas construcciones ganaderas y caprichosas formaciones graníticas que se nos antojaron muy posiblemente altares rupestres -o al menos lugares con cierta magia- utilizados por los pueblos prerromanos que habitaron estas tierras.

Y ya más cerca del núcleo urbano, un antiguo lavadero constituido por decenas de desgastadas pilas de granito, interesantísimos ejemplos de incalculable valor etnográfico, y sin embargo escasamente apreciados.

la ruina es bella

 

Molino. Rio Ortiga. Badajoz. 

Ermita. Sierra de Lares. Badajoz. 

                                              

Convento. Garrovillas de Alconetar. Cáceres.

                              

Han sido muchos los que han sucumbido ante la rara belleza que emana de los restos de antiguas castillos, iglesias, molinos o acueductos, dejándonos de esta forma bellas paginas. Así, en el siglo XVI el lebrijano Antonio de Nebrija o el utrerano Rodrigo Caro ya poetizaron ante las otrora grandiosas ciudades de Emerita o de Itálica. Siglos más tarde, otro andaluz, Gustavo Adolfo Bécquer cayó rendido ante misteriosos castillos o desoladas ermitas en ruinas, situándolos como escenario de muchas de sus leyendas. 

Sin embargo, a veces estas ruinas son objeto de agresivas restauraciones, sustrayendo gran parte del encanto que estas poseen. Hormigón, hierro y aluminio entran a saco en escena desluciendo hermosos conjuntos. Otras veces, la desidia e incompetencia de las autoridades, interminables tramites burocráticos o litigios con los propietarios se enredan en una espesa madeja que ni el mismo Alejandro Magno sería capaz de cortar, como hiciera con el nudo gordiano que le impedía la entrada a Asia. 

El caso es que, afortunadamente, todavía existen lugares singulares y escondidos, sin apenas intervenciones posteriores al abandono que causaron las desamortizaciones, las guerras civiles o la ocupación napoleónica. Esas son para mí las ruinas más atrayentes; las que invadidas por los matorrales desaparecen lentamente, de forma natural, mostrando la belleza del paso del tiempo...

Molino. La Cumbre. Cáceres.

Instalaciones ganaderas. Aldea del Cano. Badajoz. 

Construcción agroganadera. Magacela. Badajoz. 

Convento. Puebla de Alcocer. Badajoz. 

Castillo. Torreorgaz. Cáceres. 

Convento. Santa Cruz de la Sierra. Cáceres.

contado ovejitas en medellín.

Como otras muchas cosas, fue por casualidad. Nos acercamos a Medellín sin otra intención que estirar un poco las piernas por los alrededores del castillo y nos encontramos con el espectáculo de miles de ovejas merinas recorriendo sus calles. Se estaba celebrando la I Fiesta de la Trashumancia y por ello, numeroso publico esperaba el paso de la singular comitiva, formada por más de cuatro mil cabezas y un buen número de experimentados pastores y perros. Un precioso espectáculo, con la fortaleza y las tres iglesias de fondo, que nos retrotrajo a otros tiempos, ofreciendo al gran publico escenas tradicionales difíciles de contemplar y acercando una forma de vida que aún perdura en gran parte del territorio extremeño. Enhorabuena. 

donde quiero perderme, otra vez.

Existen lugares donde te dan los buenos días cuando te cruzas con alguien y donde los únicos sonidos proceden del tolón de los cencerros o del revoloteo de algún pájaro que sale de los matorrales para beber en un charco. Lugares donde los buitres vuelan debajo de ti y ves el río alejándose hacia la penillanura, dejando detrás apreturas y sierras. Lugares donde huele a chimenea. Lugares para quedarse allí. 

 

pequeños detalles que dicen mucho. portugal.

No dejes nada más que nostalgia.

Cerca del mar somos felices, cuídale. 

Di no al plástico. 

Cada  vez estoy más convencido de que tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos portugueses. Hace unos días las noticias nos han contado que un político portugués, António Costa, se ha visto envuelto en un caso de corrupción y ha dimitido. Aquí nuestros políticos creen todavía que Dimitir es el nombre del portero ruso del Rayo Vallecano. 

Pero no solo eso. Este verano pude apreciar en territorio luso algunos pequeños detalles que dicen mucho. Por ejemplo, en las playas y paseos marítimos disponen de vitrinas para depositar las colillas, contenedores de reciclaje o expendedores de bolsas gratuitas para las caquitas de las mascotas. Por supuesto, cualquier playa, merendero o mirador por insignificante que sea, dispone de servicios limpios y cuidados. 

Lo dicho, nos iría mejor si dejáramos de mirar por encima del hombro a nuestros vecinos y tomáramos notas de "sus cosas". 

 

Deposite sus colillas aquí. 

villanueva de la serena desde la torre.

Hace años que estaba interesado en subir a la torre de la iglesia de la Asunción de Villanueva de la Serena, -uno de los monumentos más importantes y bonitos de esta localidad- y por fin, hace unas semanas y gracias a su párroco titular, llegó el momento. Así, desde la gran altura que alcanza dicha torre, mientras el sol se ocultaba detrás de la Sierra de Montánchez, pudimos recrearnos en las sierras que rodean la localidad serona; la ya citada sierra montanchega, la Sierra de Pela, la Sierra de Rena y otras elevaciones como Magacela y Tamborríos. Incluso en la lejanía asomaban las Villuercas y el pico de la sempiterna Sierra de Santa Cruz. Y bajo nosotros, el entramado de calles, edificios, plazas y parques que conforman el casco urbano; la Plaza de España, el Parque de la Constitución, la Casa de los Bolos... 

Tuvimos la suerte además de que esas esplendidas vistas estuvieran acompañadas por las detalladas explicaciones que don Nicomedes Silos nos dio sobre la maquinaria del reloj, la procedencia y año de fabricación de cada una de las campanas, las numerosas obras de arte que hay en el interior de la iglesia y un sinfín de curiosidades más. Una tarde muy instructiva y bien aprovechada, sin duda.