No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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domingo, 14 de enero de 2024

a cientos de kilómetros (revisando fotos en una tarde de lluvias de domingo...)

Revisando antiguas fotografías de mis archivos, he observado que hay pinturas rupestres del Calcolítico que se repiten incluso en estaciones separadas entre si cientos de kilómetros. Esto es un hecho que los especialistas conocen desde los primeros estudios que sobre estas manifestaciones se hicieron, no es nada nuevo. Pero de todas formas, quiero dar algún ejemplo de ello, en este caso viajando desde Vale de Junco, en Portugal, hasta Hornachos, pasando por Alburquerque. 

Los más entendidos reconocerán enseguida los tres abrigos a los que me voy a referir, ya que son bastante conocidos desde que fueron visitados, calcados y fotografiados por el abate Henri Breuil en su recorrido por Extremadura y otras regiones, siendo con posterioridad incluidos en el Volumen II de su famosa obra "Las pinturas rupestres esquemáticas de la Península Ibérica". Y precisamente, de esos mismos calcos, y de mis propias fotografías, me voy a valer para mostrar esta repetición de esquemas. 

Observando las imágenes siguientes, encontramos un esquema que se repite; un antropomorfo esquemático provisto de penacho. En él se distinguen los brazos, las piernas y un penacho, -tal vez plumas, cuernos o algún tipo de gorro-, diferenciándose también en algunos perfectamente su atributo masculino y en otras no. Sin embargo, en el abrigo del Risco de San Blas (Alburquerque) varias de estas figuras, muy abundantes, parecen presentar varias pares de brazos. 

Doscientos treinta kilómetros separan los abrigos de Vale do Junco y Hornachos...


Vale de Junco. Portugal. Calco de H Breuil.

Vale de Junco. Portugal.

Vale de Junco. Portugal.

Vale de Junco. Portugal.

Risco de San Blas. Calco de H Breuil.

La Sillá. Hornachos. Calco de H Breuil.

La Sillá. Hornachos. 

viernes, 12 de enero de 2024

arco iris/arcoíris



Casi todos tenemos fotografías del arcoíris -ese bonito fenómeno que a veces aparece en los días lluviosos de primavera- guardadas en nuestros móviles o en nuestros ordenadores. He leído que, en ocasiones, los arcoíris pueden ser dobles o incluso triples, aunque estos son más raros de ver. También he leído que se puede escribir arco iris o arcoíris, en cuyo caso la primera i lleva tilde. 

Tradicionalmente se ha aceptado que el arcoíris tiene siete colores, que siempre aparecen en el mismo orden, es decir, el rojo en la parte superior del arco y el violeta en la inferior. Como sabéis, a finales de los setenta del siglo pasado, fue adoptado como símbolo y bandera  por el colectivo LGBT, aunque el número de franjas de esa bandera ha cambiado a lo largo de las décadas. Así, este símbolo ha tenido siete, ocho y hasta nueve franjas, constando en la actualidad con seis. 

Desde siempre el arcoíris ha inspirado a numerosos poetas, entre ellos Antonio Machado o Mario Benedetti, y a pintores, como Pissarro o Rubens, pero tal vez la obra más conocida sobre este fenómeno es Somewhere Over The Rainbow, la canción que Judi Garland interpretó en la película El Mago de Oz. Precisamente, ese canto a la libertad, esa evocación al lugar donde los sueños se hacen realidad, es el causante de que fuera elegido como bandera por el colectivo citado anteriormente. 

Nada, curiosidades. 🌈








domingo, 7 de enero de 2024

el castillo de hornachos. badajoz.


Otrora fiel y poderoso guardián de los caminos entre la Córdoba más esplendorosa y la combativa alcazaba de Mérida, y más tarde ocupado por la Orden de Santiago, el castillo de Hornachos ofrece en la lejanía, a la caída de la tarde, un espectacular baile de torreones, remoto reflejo de lo que fue.
Sin embargo, el paso de los siglos no impide reconocer elementos constructivos propios de esa cultura musulmana, tantos años presente en la península ibérica, es decir, en Al-Andalus. La puerta en recodo, sus tapiales, los mechinales donde se instalaban los andamios de dichos tapiales y lo escarpado del emplazamiento, muestran bien ese pasado, a la vez que elementos cristianos superpuestos -como la sillería y la mampostería- nos recuerdan la presencia santiaguista. No en vano, a medida que las tropas castellanas y leonesas iban avanzando y tomando territorios, grandes extensiones de terreno eran repartidas entre las órdenes religiosas militares, como recompensa a su crucial ayuda.
Tras ello, una vez reducida la presencia musulmana al Reino de Granada, se sucedieron varios siglos de coexistencia -alterada en 1492 tras la derrota de los nazaríes- que finalizaría en 1642 con la expulsión de los moriscos. La conversión forzosa de los moriscos y el abandono de sus costumbres, su lengua, sus apellidos e incluso de sus hijos, es un penosa página de la Historia, una más, que dejaría muy mermada la población de Hornachos y supondría a buen seguro el declive del castillo, ahora irreconocible, pero antaño recio y amenazante desde lo alto del roquedo.