No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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jueves, 17 de agosto de 2023

más verracos

En los últimos tiempos he tenido la oportunidad de contemplar y fotografiar algún verraco vetón para añadir a mis archivos de esculturas zoomorfas prerromanas. Así, a los ya mostrados en otras ocasiones en este blog (verracos del museo de Cáceres, de Segura de Toro, de Villar del Pedroso, etcétera.) hay que añadir tres más. 



Como veis uno de ellos es muy conocido ya que fue citado en la fabulosa novela pícara El Lazarillo de Tormes, en un episodio que sin duda recordaréis. Andaba el infeliz protagonista de la magistral obra por Salamanca sirviendo a un ciego, cuando este le invitó a acercarse al pétreo animal. 

"Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí puesto, me dijo:  

-Lázaro: llega el oído a ese toro y oirás gran ruido dentro dél.

Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:  

 -Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo. 
Y rio mucho la burla. Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño dormido, estaba."   

Cruel episodio que sin embargo ayudaría mucho al niño que pronto dejaría de serlo y que daría paso a la venganza fría cuando un lluvioso día, este propuso al ciego que saltara un arroyo encontrándose con un recio pilar de piedra. 

Los otros dos verracos a los que hacía referencia se hallan en tierras portuguesas, no muy lejos de la frontera luso-española, concretamente en Castelo Mendo, una preciosa aldea amurallada en cuya puerta principal, Porta dos Berroes, encontramos dos de estas esculturas. Bonita manera de dar testimonio del pasado vetón -pueblo prerromano de marcada vocación ganadera- de esta parte de Portugal, que como bien sabéis se extendió también por las actuales provincias de Salamanca y Ávila y en algunas zonas de las provincias de Zamora, Toledo y Cáceres.







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