No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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lunes, 15 de abril de 2024

el cielo de extremadura.

Ya tengo en mis manos un nuevo ejemplar de Extremadura en la Red, una magnifica publicación que desde hace años, gracias a la Fundación Xavier de Salas y a otras entidades, recoge numerosos artículos y fotografías con el nexo común del territorio extremeño, tan extenso y diverso, y sus múltiples atractivos. En esta ocasión la temática son las Noches Mágicas de Extremadura.

Como otras veces he tenido la suerte de participar, en este nuevo volumen en el que también participan algunos buenos amigos, con el siguiente articulo:




¿Veis esta fotografía? Se trata de un grupo de estudiantes contemplando “El cielo de Salamanca”, un fresco pintado por el salmantino Fernando Gallego entre 1480 y 1493 para decorar el techo de la primera biblioteca de la Universidad de Salamanca. Sin embargo, en la actualidad se encuentra en una de las dependencias del hermoso Patio de las Escuelas Menores de la Universidad ya que fue trasladado desde su sitio original en la década de los cincuenta del siglo XX.

Lógicamente, esta maravillosa obra no solo tenía carácter decorativo, sino que también fue concebida como instrumento para la enseñanza de la Astrología, ya que en esa universidad esta disciplina contaba incluso con una cátedra desde 1460. Opinan los expertos que el autor de este fresco utilizó los conocimientos y los consejos que los docentes le proporcionaron para plasmar las constelaciones, signos del Zodiaco y otros elementos de la esfera celeste.

Pero, ¿qué relación existe entre esta obra salmantina sin igual y el cielo extremeño? Pues que precisamente en el territorio que hoy conocemos como Extremadura hubo un cielo de similares características al referido anteriormente. Al menos eso es lo que nos dejó escrito el villanovense Alonso Torres y Tapia, cronista de la Orden de Alcántara, allá por el año 1763, cuando da cuenta de que, en el Partido de la Serena, entre finales del siglo XV y principios del XVI, se asentó un noble plasentino que hizo levantar sendos palacios y que atrajo consigo varios de los personajes más renombrados de la época en el terreno cultural. Estamos hablando del mecenas don Juan de Zúñiga y, entre otros, del gramático Antonio de Nebrija y del astrólogo Abraham Zacut:

"El judío Astrólogo Abasurto (Abrahm Zacut) le leyó la Esfera y todo lo que era lícito saber en su arte; y era tan aficionado que en un aposento de los más altos de la casa hizo que le pintasen el cielo con todos sus planetas, astros y signos del Zodiaco. Ya hoy está esto muy deslustrado con la antigüedad. En estos estudios y exercicios, y en el gobierno de aquella provincia pasaba su vida el Maestre.” 

Es decir, existió -tal vez en el castillo de Arribalavilla de Zalamea de la Serena, quizás en el palacio de Villanueva- un techo pintado con los elementos del cielo mediante el cual, Juan de Zúñiga y sus maestros se iniciarían en los rudimentos de la Astrología.

Convento concepcionista de Villanueva de la Serena (Badajoz), 
en cuyo solar estuvo uno de los palacios que se
“hizo labrar en la parte de poniente” el noble plasentino
Juan de Zúñiga.

Interior del Castillo de Arribalavilla, (Zalamea de la Serena,
 Badajoz.), donde es muy probable según distintos
estudiosos, que Antonio de Nebrija compusiera la
primera gramática en castellano.


Se da la circunstancia de que, según indican los expertos y estudiosos de la referida obra, el afamado astrólogo judío Zacut, -y en este punto es donde me baso para señalar que ambos cielos, el de Salamanca y el del palacio de Zúñiga en La Serena, tendrían bastantes similitudes- sería uno de los docentes que indicó al pintor Fernando Gallego los elementos celestes que debían aparecer en el techo de la biblioteca universitaria salmantina. Estos mismos elementos estarían también presentes en “uno de los aposentos de los más altos” de uno de los palacios de La Serena, ya que como dejó escrito Torres y Tapia, este astrólogo, además de ocupar un lugar importante durante un tiempo en la Universidad de Salamanca, estuvo también muy cerca de Juan de Zúñiga. Tan estrecha fue esa relación que Zacut dedicó a su mecenas, que previamente le había hecho el encargo, una de sus obras, compuesta durante una estancia en Gata cuando corría el año de 1486:

“Ouo por bien mandar a mi, Rabi abrahan zacut de Salamanca, astrologo, su criado, que conpusiese un tratado breve en las ynfluencias del cielo para que con este mas se ayudasen los médicos de su señoria sy fueren astrólogos.”

Gata, Cáceres, localidad en la cual se hallaba
Abraham Zacut cuando escribió, por encargo de su mecenas,
 “Tratado de las influencias del cielo", obra dedicada
“al muy magnifico y de grand linaje yllustre,
                     mi señor el maestre de alcantara don juan de çuñiga.”


Además, según podemos ver en la capital salmantina e intuir, gracias al cronista Torres y Tapia, que ambos constaban de los mismos motivos, los cuales serían transmitidos por Zacut a sus alumnos, primero en Salamanca, luego en el Partido de la Serena y posteriormente en Portugal, donde el astrólogo tuvo que refugiarse tras la expulsión de los judíos en 1492. Así, los doce signos del Zodiaco, las constelaciones, los planetas e incluso los vientos, adornarían los altos de las nobles estancias bajo cuyos techos se ilustrarían discípulos y maestros tal vez en amables discusiones.  

"Y era tan aficionado que en un aposento de los más altos de la casa
hizo que le pintasen el cielo con
todos sus planetas, astros y signos del Zodiaco"

Por desgracia, del cielo extremeño no queda nada. Ya estaba “muy deslustrado” cuando Torres y Tapia lo describió a mediados del siglo XVIII. “El cielo de Salamanca” tuvo mejor suerte, aunque solo nos ha llegado un tercio de la obra concebida por los sabios salmantinos. Ambos hechos son, sin embargo, suficientes para relacionar ambos cielos y sobre todo, para poner de manifiesto que en un rinconcito de la actual comarca de La Serena se desarrolló un movimiento cultural todavía muy desconocido para el gran público y propio del Renacimiento más floreciente y esplendoroso.

Antonio de Nebrija, en uno de los medallones de la Plaza
Mayor de Salamanca. El gramático coincidió con el astrólogo
Abraham Zacut en la universidad salmantina, y posteriormente,
formando parte ambos del grupo de sabios que
el noble Juan de Zúñiga quiso tener consigo.

 Los Reyes Católicos. Fachada de la Universidad de Salamanca.
Es muy probable que Abraham Zacut fuera uno
de los sabios que aconsejó en Salamanca a la reina Isabel
sobre la conveniencia de sufragar el viaje de Cristóbal Colón a las Indias.
Después Zacut marcharía a tierras extremeñas donde se
puso bajo el mecenazgo de Juan de Zúñiga.
En 1492 se vería obligado a trasladarse a Portugal
tras la expulsión de los judíos decretada por estos mismos reyes.



BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:

La medicina en un manuscrito de Astrología del siglo XV. José M Cobos Bueno. Universidad de Extremadura.

La corte literaria de Juan de Zúñiga y Pimentel (Plasencia, 1459-Guadalupe, 1504) Fernando Villaseñor Sebastián. Universidad de Cantabria.

Astronomía en la Universidad de Salamanca a finales del s. XV. Lo que nos cuenta El Cielo de Salamanca. Carlos Tejero Prieto. Universidad de Salamanca.

Zacuto, Abraham. Daniela María López-Torrijos Moya. Universidad San Pablo-CEU.

https://sac.usal.es/patrimonio/exposiciones/el-cielo-de-salamanca/

1 comentario:

  1. Hay cosas que las damos como únicas pero como parece ocurrir en este caso en ocasiones encontramos algo igual o semejante, aunque ahora por desgracia desapareció.

    Saludos.

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