No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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miércoles, 18 de diciembre de 2019

ciudades y recintos abaluartados. cádiz.





(Este artículo está dedicado a mi padre, a mi madre, a mi prima Conchi, a Anabel y a todos los que me enseñaron a amar esta ciudad...)


Siempre me he preguntado cómo de la arquitectura militar, diseñada para contrarrestar los peores instintos del hombre, puede emanar tanta belleza. Si tenéis la suerte de conocer Cádiz y habéis recorrido su perímetro entenderéis a que me refiero. La situación tan expuesta de la ciudad, saqueada en varias ocasiones desde el mar por vikingos, holandeses e ingleses, hizo que durante siglos se fueran construyendo diversos sistemas defensivos, muchos de los cuales, afortunadamente, han llegado a nuestros días. En este punto hay que recordar que las ciudades de Cádiz y San Fernando se encuentran situadas en una isla, la Isla de León, separada de la península por las aguas del Atlántico, de la Bahía y del Caño de Sancti-Petri.

Imprescindible también mencionar que estas defensas, junto con el arrojo de los sitiados, propiciaron que la Isla de León fuera el único lugar de toda la península donde las tropas napoleónicas no pudieron poner sus pies y sus ansias de pillaje, muerte y destrucción. Diversas circunstancias hicieron también que, mientras la ciudad era bombardeada por la artillería francesa desde el fuerte de Matagorda, dentro de sus muros fuera concebida y promulgada la Constitución liberal de 1812.

Actualmente, como decía, es posible recorrer la ciudad sin perder de vista murallas, baluartes y otros elementos defensivos, destacando quizás entre todos, la Puerta de Tierra, las Murallas de San Carlos, el Castillo de Santa Catalina, el Baluarte de la Candelaria y el Castillo de San Sebastián. Y extramuros, algo más alejado, el Fuerte de La Cortadura, construido sobre un cordón de dunas de gran interés geológico y botánico, para impedir un posible acceso por tierra de las tropas francesas procedentes de San Fernando.

Murallas de San Rafael y San Miguel. Al fondo, las dos catedrales. 
Castillo de San Sebastián
Baluarte de San Roque y Catedral. 
Baluarte de la Candelaria. 
Castillo de Santa Catalina.
Baluarte de los Mártires. 
Baluarte del Orejón y Playa de la Caleta.
Baluarte de Bonete. En segundo plano, el castillo de San Sebastián.
Baluarte de La Bomba. Al fondo, la Bahía de Cádiz y
El Puerto de Santa María. 

Este impresionante y hermoso recinto amurallado, asomado casi en su totalidad a las aguas atlánticas, no debe hacernos olvidar los otros tesoros que la ciudad guarda ya que Cádiz ejerció, durante varias décadas del siglo XVIII y gracias al monopolio comercial indiano, como una de las ciudades más próspera, dinámica y cosmopolita del mundo, en cuyas calles y plazas convivían comerciantes, políticos, militares, religiosos, artistas, intelectuales, pícaros y buscadores de fortuna de todos los confines del mundo. Como consecuencia, hoy nos ofrece un ingente legado monumental y una destacable herencia cultural y del conocimiento. Esto es fácil de comprobar recorriendo y visitando sus calles rectilíneas, sus torres miradores, sus iglesias barrocas, sus casas y palacios recubiertos de piedra ostionera o sus plazas, luego exportadas mil veces al otro lado del océano.

De visita obligada son también el Museo de Cádiz, donde se exponen dos singulares sarcófagos fenicios, los restos del Teatro romano o el barrio de origen medieval del Pópulo, a través de las cuales podremos constatar que esta ciudad, además de ser tres veces milenaria, es el lugar ideal para impregnarte de Historia, de América, de Cultura y de Arte...


Sarcófagos fenicios. Museo de Cádiz. Los descubrimientos de ambos
sarcófagos se produjeron con casi noventa años de diferencia y en distintos
lugares. 
Teatro Romano de Cádiz. Se considera el más antiguo de la península.
Sobre sus restos se levantó la ciudad medieval, siendo descubierto en 1980.
Torres miradores. Construidos por ricos comerciantes
como símbolo de poder, aunque servían  también de
observatorio desde los cuales se divisaban
las flotas que entraban en el puerto.
Nos han llegado 126 torres de este tipo.
Playa de la Caleta. Balneario y castillo. El Balneario de la Palma, de
 influencia modernista e historicista, fue inaugurado en 1926. El castillo
de San Sebastián está construido sobre un islote que acogió,
según la tradición, un templo de época fenicia.
Fuentes:

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