No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

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domingo, 8 de mayo de 2016

los doce apostoles


La ruta senderista de los Doce Apóstoles es una ruta que discurre entre dehesas, tremendas ahora tras las preciadas lluvias primaverales. Esta ruta une las poblaciones pacenses de Salvaleón y Nogales, y toma el nombre de doce grandes alcornoques que se podían encontrar a medio camino entre las dos poblaciones (hoy solo quedan siete), aunque la realidad es que a lo largo del recorrido existen suficientes atractivos igual o más interesantes que los referidos árboles.

Uno de ellos, partiendo desde Salvaléon, es sin duda el espectáculo que supone la dehesa en sí, repleta de grandes y viejos árboles de retorcidos troncos que nos salen al encuentro en los primeros tramos del recorrido. Bajo las enormes copas rumian pacíficamente las vacas. Por cierto, a alguna de ellas no parece gustarle mucho nuestra presencia. De alguna manera no somos más que intrusos que rompen la paz y la tranquilidad que impera en el bosque adehesado del sur de Badajoz, por el que avanzamos durante un buen rato. 

La ruta de los Doce Apostoles discurre por dehesas de belleza singular.

Viejs alcornoques se asoman al sendero...

Nuestro paso interrumpe la tranquilidad de la dehesa.

Seguimos caminando. La dehesa extremeña se extiende ante nosotros. Una piedra caballera parece un lugar para tomar un trago de agua, reponer fuerzas y disfrutar del paisaje. A lo lejos creemos divisar la silueta de Barcarrota. A nuestros pies percibo que este lugar ya fue especial para la comunidad que hace miles de años habitaron estas tierras; varias lagaretas, tal vez altares rupestres, aparecen talladas en la roca. (Sorprendentemente no he encontrado nada referente a este lugar en Internet, aunque supongo que ya ha sido convenientemente descrito por arqueólogos e historiadores) Una vez más me invade una extraña sensación al tener la certeza de hallarme ante un lugar sagrado donde se celebraban rituales, sacrificios y ofrendas dedicadas a unos dioses y fuerzas desconocidas para el hombre actual.


Un interminable paisaje se extiende ante nosotros.

Esta piedra caballera guarda varios secrtetos.

¿Altar rupestre? Sin duda este lagar recuerda mucho los altares rupestres
descritos por los investigadores.

Otro lagar. Tal vez su función era recoger líquidos empleados en
los sacrificios.

Pero los restos de la presencia humana no acaban aquí. Desde la piedra caballera vemos un conjunto de antiguas zahúrdas, lógicamente mucho menos antigua que los huecos llenos de agua de lluvia que dejamos atrás, y hasta allí nos acercamos. El abandono y el lógico deterioro que este ha provocado no nos impide disfrutar durante un buen rato de esta preciosa muestra de arquitectura vernácula que languidece en medio del bosque humanizado del sur de Badajoz.

Arquitectura vernácula.

Continuamos, esta vez por un estrecho sendero que desciende por un paisaje cada vez más sombrío. El sol aprieta y quema la piel y agradecemos que la senda discurra bajo la sombra. A ambos lados se asoma la flor de la jara blanca, que curiosamente tiene flores rosas y también la de la peonía. Esto merece un alto para fotografiar una y mil veces esta espectacular flor. Hasta ese momento solo había visto algún ejemplar aislado de peonía silvestre en las Villuercas. En esa ocasión esta especie perenne se nos muestra mucho más abundante, creciendo en pequeñas agrupaciones y ofreciendo su polen a la multitud de insectos que revolean entre los arbustos.


Abeja dandose un festín en la flor de la jara blanca.

Peonía. También es conocida como Rosa de los Montes o de Alejandría.

Esta bonita planta también es conococida como Rosa Albardera

 La Peonía Silestre tiene uno de sus habitats en las umbrias ocupadas por
robles, encinas y alcornoques.

Un último esfuerzo antes del bocadillo. Los Doce Apóstoles parece un buen lugar para ello. El hecho de que solo queden siete es lo de menos. Nada es inmutable. Un cantautor ya dejó dicho que nada se pierde, que todo se transforma. Solo espero que la desaparición de los otros cinco gigantes no se deba al mismo estúpido y salvaje impulso que llevó a un insensato provisto de motosierra y un tarro de herbicida a acabar con un roble tricentenario en el Valle del Jerte. 

Pero no hay tiempo que perder, ni siquiera para lamentos y disquisiciones. Tras un recodo se divisa el caserio blanco que resbala por la falda del promontorio y la silueta del castillo de Nogales, levantado por el Duque de Feria para vigilar y defender sus enormes posesiones... 

Los Doce Apostoles. Un buen lugar para el bocadillo.

Nogales. La iglesia, el cementerio y el castillo nos esperan en el alto.

Interior del castillo de Nogales. El uso del ladrillo nos
recuerda la intervención de los alarifes moriscos.





encina la nieta. torre de santa maría. cáceres.   La Nieta está viva, aunque presenta irreparables y evidentes daños tras aquella noche de fuertes vientos. Además, se ha instalado una valla de madera alrededor de su perímetro para evitar el pisoteo de los curiosos. Igualmente se han eliminado los matorrales que tanto afeaban el entorno del monumental ejemplar y algunos restos de vallas de alambre de espino, que impedían acceder a la parcela.           
Hay un jardín en Mérida, escondido y desconocido por la mayoría de los turistas, que recibe el sugerente nombre de "jardín de las antigüedades". Este lugar fue creado a principios del siglo XVIII por el historiador Agustín F. Forner y Segarra y por fray Domingo, un fraile del Convento de Jesús, para preservar las numerosas muestras arqueológicas que ofrecía el subsuelo emeritense.


Pero yo me quedo unos segundos observando sus gruesos y tortuosos troncos, los huecos que el paso del tiempo ha ido socavando en ellos, las rugosidades de la corteza y las caprichosas formas que esta ha ido adquiriendo...


Atendiendo a la definición expuesta anteriormente está claro que la Encina La Terrona tiene bien merecido pertenecer a este grupo puesto que supera con creces las características exigidas. Lo más llamativo sin duda es la edad que se le atribuye, 800 años, convirtiéndola en la encina más longeva. En cuanto a su tamaño, resulta espectacular.




Recordemos que se consideran árboles singulares aquellos ejemplares o formaciones vegetales que sean representativos por su rareza numérica, dimensiones excepcionales o pro su interés histórico o cultural.




   
roble de la nava. El Roble de la Nava es un monumental ejemplar de Quercus pyrenaica que se encuentra en una preciosa dehesa situada en la bonita y estrecha carretera que une Berzocana y Logrosán. Según la cartelería próxima este roble melojo o rebollo tiene una edad aproximada de 400 años, un diámetro de copa de 29 m. y un perímetro de tronco de 4.55 m. La altura total es de 19 m.




el olivar de orellana de la sierra.
Hace unas semanas, sin embargo, tuve la oportunidad de pasear por uno de estos viejos olivares centenarios, de enormes y torcidos troncos, en ocasiones huecos, incluido en el año 2014 en la lista de Árboles Singulares de Extremadura. Me estoy refiriendo al olivar que, según aparece en el Decreto que declaró en el citado año 17 nuevos árboles singulares, ocupa las Parcela 299 del Polígono 2 y la Parcela 334 del Polígono 8 del término municipal de Orellana de la Sierra (Badajoz)

1 comentario:

  1. Interesante blog. Hermosa ruta la de los Doce Apóstoles, gracias por compartirla. Saludos.

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