Ya tengo en mis manos un nuevo ejemplar de Extremadura en la Red, una magnifica publicación que desde hace años, gracias a la Fundación Xavier de Salas y a otras entidades, recoge numerosos artículos y fotografías con el nexo común del territorio extremeño, tan extenso y diverso, y sus múltiples atractivos. En esta ocasión la temática son las Noches Mágicas de Extremadura.
Como otras veces he tenido la suerte de participar, en este nuevo volumen en el que también participan algunos buenos amigos, con el siguiente articulo:
¿Veis
esta fotografía? Se trata de un grupo de estudiantes contemplando “El cielo de
Salamanca”, un fresco pintado por el salmantino Fernando Gallego entre 1480 y
1493 para decorar el techo de la primera biblioteca de la Universidad de
Salamanca. Sin embargo, en la actualidad se encuentra en una de las
dependencias del hermoso Patio de las Escuelas Menores de la Universidad ya que
fue trasladado desde su sitio original en la década de los cincuenta del siglo
XX.
Lógicamente,
esta maravillosa obra no solo tenía carácter decorativo, sino que también fue
concebida como instrumento para la enseñanza de la Astrología, ya que en esa
universidad esta disciplina contaba incluso con una cátedra desde 1460. Opinan
los expertos que el autor de este fresco utilizó los conocimientos y los
consejos que los docentes le proporcionaron para plasmar las constelaciones,
signos del Zodiaco y otros elementos de la esfera celeste.
Pero, ¿qué
relación existe entre esta obra salmantina sin igual y el cielo extremeño? Pues
que precisamente en el territorio que hoy conocemos como Extremadura hubo un
cielo de similares características al referido anteriormente. Al menos eso es
lo que nos dejó escrito el villanovense Alonso Torres y Tapia, cronista de la
Orden de Alcántara, allá por el año 1763, cuando da cuenta de que, en el Partido
de la Serena, entre finales del siglo XV y principios del XVI, se asentó un
noble plasentino que hizo levantar sendos palacios y que atrajo consigo varios
de los personajes más renombrados de la época en el terreno cultural. Estamos
hablando del mecenas don Juan de Zúñiga y, entre otros, del gramático Antonio
de Nebrija y del astrólogo Abraham Zacut:
"El judío Astrólogo Abasurto (Abrahm
Zacut) le leyó la Esfera y todo lo que era lícito saber en su arte; y era tan
aficionado que en un aposento de los más altos de la casa hizo que le pintasen
el cielo con todos sus planetas, astros y signos del Zodiaco. Ya hoy está esto
muy deslustrado con la antigüedad. En estos estudios y exercicios, y en el
gobierno de aquella provincia pasaba su vida el Maestre.”
Es
decir, existió -tal vez en el castillo de Arribalavilla de Zalamea de la
Serena, quizás en el palacio de Villanueva- un techo pintado con los elementos
del cielo mediante el cual, Juan de Zúñiga y sus maestros se iniciarían en los
rudimentos de la Astrología.
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Convento concepcionista de Villanueva de la Serena (Badajoz), en cuyo solar estuvo uno de los palacios que se “hizo labrar en la parte de poniente” el noble plasentino Juan de Zúñiga. |
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Interior del Castillo de Arribalavilla, (Zalamea de la Serena, Badajoz.), donde es muy probable según distintos estudiosos, que Antonio de Nebrija compusiera la primera gramática en castellano. |
Se da la circunstancia de que, según indican los expertos y estudiosos de la referida obra, el afamado astrólogo judío Zacut, -y en este punto es donde me baso para
señalar que ambos cielos, el de Salamanca y el del palacio de Zúñiga en La
Serena, tendrían bastantes similitudes- sería uno de los docentes que indicó al
pintor Fernando Gallego los elementos celestes que debían aparecer en el techo
de la biblioteca universitaria salmantina. Estos mismos elementos estarían
también presentes en “uno de los aposentos
de los más altos” de uno de los palacios de La Serena, ya que como dejó
escrito Torres y Tapia, este astrólogo, además de ocupar un lugar importante durante
un tiempo en la Universidad de Salamanca, estuvo también muy cerca de Juan de
Zúñiga. Tan estrecha fue esa relación que Zacut dedicó a su mecenas, que
previamente le había hecho el encargo, una de sus obras, compuesta durante una
estancia en Gata cuando corría el año de 1486:
“Ouo
por bien mandar a mi, Rabi abrahan zacut de Salamanca, astrologo, su criado,
que conpusiese un tratado breve en las ynfluencias del cielo para que con este
mas se ayudasen los médicos de su señoria sy fueren astrólogos.”
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Gata, Cáceres, localidad en la cual se hallaba Abraham Zacut cuando escribió, por encargo de su mecenas, “Tratado de las influencias del cielo", obra dedicada “al muy magnifico y de grand linaje yllustre,
mi señor el maestre de alcantara don juan de çuñiga.” |
Además,
según podemos ver en la capital salmantina e intuir, gracias al cronista Torres
y Tapia, que ambos constaban de los mismos motivos, los cuales serían
transmitidos por Zacut a sus alumnos, primero en Salamanca, luego en el Partido
de la Serena y posteriormente en Portugal, donde el astrólogo tuvo que
refugiarse tras la expulsión de los judíos en 1492. Así, los doce signos del
Zodiaco, las constelaciones, los planetas e incluso los vientos, adornarían los
altos de las nobles estancias bajo cuyos techos se ilustrarían discípulos y
maestros tal vez en amables discusiones.
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"Y era tan aficionado que en un aposento de los más altos de la casa hizo que le pintasen el cielo con todos sus planetas, astros y signos del Zodiaco" |
Por
desgracia, del cielo extremeño no queda nada. Ya estaba “muy deslustrado” cuando Torres y Tapia lo describió a mediados del
siglo XVIII. “El cielo de Salamanca” tuvo mejor suerte, aunque solo nos ha
llegado un tercio de la obra concebida por los sabios salmantinos. Ambos hechos
son, sin embargo, suficientes para relacionar ambos cielos y sobre todo, para
poner de manifiesto que en un rinconcito de la actual comarca de La Serena se
desarrolló un movimiento cultural todavía muy desconocido para el gran público
y propio del Renacimiento más floreciente y esplendoroso.
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Antonio de Nebrija, en uno de los medallones de la Plaza Mayor de Salamanca. El gramático coincidió con el astrólogo Abraham Zacut en la universidad salmantina, y posteriormente, formando parte ambos del grupo de sabios que el noble Juan de Zúñiga quiso tener consigo. |
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Los Reyes Católicos. Fachada de la Universidad de Salamanca. Es muy probable que Abraham Zacut fuera uno de los sabios que aconsejó en Salamanca a la reina Isabel sobre la conveniencia de sufragar el viaje de Cristóbal Colón a las Indias. Después Zacut marcharía a tierras extremeñas donde se puso bajo el mecenazgo de Juan de Zúñiga. En 1492 se vería obligado a trasladarse a Portugal tras la expulsión de los judíos decretada por estos mismos reyes. |
BIBLIOGRAFÍA Y
WEBGRAFÍA:
La medicina en un
manuscrito de Astrología del siglo XV. José M Cobos Bueno. Universidad de
Extremadura.
La corte literaria
de Juan de Zúñiga y Pimentel (Plasencia, 1459-Guadalupe, 1504) Fernando
Villaseñor Sebastián. Universidad de Cantabria.
Astronomía en la
Universidad de Salamanca a finales del s. XV. Lo que nos cuenta El Cielo de Salamanca. Carlos Tejero
Prieto. Universidad de Salamanca.
Zacuto, Abraham.
Daniela María López-Torrijos Moya. Universidad San Pablo-CEU.
https://sac.usal.es/patrimonio/exposiciones/el-cielo-de-salamanca/