En Romangordo han tenido la feliz idea de pintar paredes y puertas con preciosas escenas de la vida cotidiana. Curiosa iniciativa que hace de este municipio un lugar peculiar y muy agradable de recorrer. Algunas de estas escenas son ya irrepetibles e imposibles de ver en la vida real (el vendedor de gaseosa o la siega del cereal con hoces). Otras, sin embargo, (la saca del corcho, el llenado de los chorizos o el herrado de un caballo) son escenas todavía frecuentes en muchos pueblos extremeños. Son, en definitiva, imágenes que marcan la identidad de un pueblo...
Una maravilla.
ResponderEliminarMuy logradas las pinturas. Preciosas
ResponderEliminarEs precioso e estado varias veces y es precioso
ResponderEliminarEs precioso e estado varias veces y es precioso
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