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martes, 25 de abril de 2017

lorera de la trucha



Poco de puede decir ya de la Lorera de la Trucha porque muchos de vosotros habéis estado allí y sabéis por tanto que es un bosquete relicto de loros que ocupa ambos márgenes de la garganta de la Trucha. Pero ¿donde radica la importancia de esta agrupación de loros situadas en el término municipal de Alía (Cáceres)? Pues precisamente, en su singularidad, pues los loros, según los expertos  muy escasos hoy en día, eran  árboles muy abundantes hace tres millones de años, cuando la humedad y la temperatura en la zona eran más elevadas que actualmente. Después poco a poco fueron desapareciendo hasta casi extinguirse, llegando a nuestros días solo unos cuantos miles. De ellos, la mayoría se encuentran principalmente en las gargantas y zonas más húmedas de las Villuercas, donde han encontrado un ambiente propicio para su supervivencia.



El loro (Prunus lusitánica) a menudo adopta forma de arbusto y no es un árbol espectacular. De hecho apenas llama la atención al senderista que pasea por los senderos que conducen al charco de la Trucha, un precioso paraje que combina saltos de agua con imponentes árboles de ribera y donde se ha formado una profunda y sorprendente hendidura debido a la erosión provocada por el agua que baja impetuosa de la sierra. Sin embargo, a pesar de que este humilde árbol que no es especialmente vistoso, en la actualidad está considerado Árbol Singular de Extremadura, por su rareza y su elevado valor.





Un paseo excepcional, por tanto, entre loros, tremendos árboles de ribera y saltos de agua el que se nos ofrece en la Lorera de la Trucha. Dicen que en la época de la berrea es fácil observar manadas de ciervos y corzos. Nosotros no pudimos observar ninguno, pues al parecer en esta época del año están escondidos entre la vegetación en zonas más altas de la sierra. Sin embargo, cerca ya de Guadalupe, pasado ya el Hospital del Obispo, tuvimos la suerte de ver y fotografiar un grupo de ciervas que discretas nos observaba entre la arboleda...





algunos lugares que hay que conocer en las villuercas Hace años que, por fortuna, el geoparque de las Villuercas no deja de proporcionarnos agradables sorpresas. No es que seamos unos asiduos del citado geoparque pero de vez en cuando, dos o tres veces al año, nos gusta hacer senderismo por su interior para conocer la diversidad de sus paisajes, disfrutar de la valiosa arquitectura popular que conservan sus pueblos o seguir los rastros que la Historia nos dejó.

los doce apostoles La ruta senderista de los Doce Apóstoles es una ruta que discurre entre dehesas, tremendas ahora tras las preciadas lluvias primaverales. Esta ruta une las poblaciones pacenses de Salvaleón y Nogales, y toma el nombre de doce grandes alcornoques que se podían encontrar a medio camino entre las dos poblaciones (hoy solo quedan siete), aunque la realidad es que a lo largo del recorrido existen suficientes atractivos igual o más interesantes que los referidos árboles.


Recordemos que se consideran árboles singulares aquellos ejemplares o formaciones vegetales que sean representativos por su rareza numérica, dimensiones excepcionales o pro su interés histórico o cultural.
encina la nieta. torre de santa maría. cáceres.   La Nieta está viva, aunque presenta irreparables y evidentes daños tras aquella noche de fuertes vientos. Además, se ha instalado una valla de madera alrededor de su perímetro para evitar el pisoteo de los curiosos. Igualmente se han eliminado los matorrales que tanto afeaban el entorno del monumental ejemplar y algunos restos de vallas de alambre de espino, que impedían acceder a la parcela.           
Hay un jardín en Mérida, escondido y desconocido por la mayoría de los turistas, que recibe el sugerente nombre de "jardín de las antigüedades". Este lugar fue creado a principios del siglo XVIII por el historiador Agustín F. Forner y Segarra y por fray Domingo, un fraile del Convento de Jesús, para preservar las numerosas muestras arqueológicas que ofrecía el subsuelo emeritense.


Pero yo me quedo unos segundos observando sus gruesos y tortuosos troncos, los huecos que el paso del tiempo ha ido socavando en ellos, las rugosidades de la corteza y las caprichosas formas que esta ha ido adquiriendo...


Atendiendo a la definición expuesta anteriormente está claro que la Encina La Terrona tiene bien merecido pertenecer a este grupo puesto que supera con creces las características exigidas. Lo más llamativo sin duda es la edad que se le atribuye, 800 años, convirtiéndola en la encina más longeva. En cuanto a su tamaño, resulta espectacular.

 
roble de la nava. El Roble de la Nava es un monumental ejemplar de Quercus pyrenaica que se encuentra en una preciosa dehesa situada en la bonita y estrecha carretera que une Berzocana y Logrosán. Según la cartelería próxima este roble melojo o rebollo tiene una edad aproximada de 400 años, un diámetro de copa de 29 m. y un perímetro de tronco de 4.55 m. La altura total es de 19 m.
el olivar de orellana de la sierra.
Hace unas semanas, sin embargo, tuve la oportunidad de pasear por uno de estos viejos olivares centenarios, de enormes y torcidos troncos, en ocasiones huecos, incluido en el año 2014 en la lista de Árboles Singulares de Extremadura. Me estoy refiriendo al olivar que, según aparece en el Decreto que declaró en el citado año 17 nuevos árboles singulares, ocupa las Parcela 299 del Polígono 2 y la Parcela 334 del Polígono 8 del término municipal de Orellana de la Sierra (Badajoz)





Algunas como la flor de la jara o del cantueso son muy comunes y por lo tanto fáciles de observar. Otras son, al menos para mí, autenticas rarezas. Me refiero a las peonias, plantas desconocidas también para la mayoría de la población.








3 comentarios:

  1. Una entrada que me ha encantado. Saludos.

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  2. Si alguien visita la lotería de la trucha, en Cáceres. Que me escriba.
    a.diaz.alarcon58@gmail.com

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  3. La lorera de la trucha, que me escriba, porque quiero visitarla. En Cáceres

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