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miércoles, 16 de mayo de 2018

ranúnculos de agua en el río almonte.


Ranúnculos en el Almonte. Puente del Cardenal. Jaraicejo. 
Los ranúnculos son esas pequeñas florecillas que, a veces, sobre todo en primavera, podemos encontrar tapizando la lámina superior de agua de los arroyos y ríos que atraviesan las dehesas extremeñas, espectaculares ahora después de las abundantes lluvias. Uno de esos ríos es el Almonte, que como todos sabéis, nace en las Villuercas, concretamente en el término de Navezuelas y vierte sus aguas en el Tajo, tras 97 km de recorrido.

Afortunadamente, el Almonte es un río todavía salvaje, uno de los pocos que quedan en la península, sin presas reguladoras que impidan que sus aguas corran libres. Por eso, a medida que se aleja de su nacimiento, va conformando parajes verdaderamente singulares, a veces de gran valor natural, como las Apreturas o la Cascada de la Pesquera, cerca ya de Aldea del Obispo, donde hace un par de años vi por primera y única vez, los barbos remontando la corriente.

Otras veces, sin embargo, el paisaje ha sido alterado por el hombre, contribuyendo tal vez inconcientemente, con la construcción de molinos y puentes, a que patrimonio histórico, arquitectónico y etnográfico se mezclen en armonía con el valioso patrimonio natural que supone todavía un río salvaje. Es lo que se viene a llamar ahora paisaje cultural.





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