La verdad es que el pequeño farallón donde se encuentran los abrigos prometía bastante más, por varias razones. Una de ellas, por ejemplo, es que desde allí se domina un amplio territorio de extensas llanuras, debido a la ausencia de otras elevaciones cercanas. Además, la amplitud de las terrazas y la presencia de pulidas paredes muy semejantes a otros abrigos similares muy conocidos, presagiaba que íbamos a encontrar nítidos y variados esquemas rupestres. La realidad fue otra. Supongo que en su momento habría muchos más y que han desaparecido, pero al menos pudimos constatar que ese lugar, desde donde se divisan en primer término las fértiles vegas del Guadiana y también antiguos asentamientos prerromanos como Magacela, el Risco de San Gregorio o Medellín, estuvo ocupado por hombres del Calcolítico.
Como os decía, los esquemas no se han conservado bien, apreciándose solo alguna barra, un par de círculos y varias manchas, simples esbozos que no permiten concebir lo que debió ser el conjunto. En esta ocasión, ni siquiera el tratamiento digital de las imágenes, ayuda a clarificar algo. Sin embargo, es posible que en las cercanas elevaciones que desde allí se divisan, todavía queden maravillosos abrigos inéditos repletos de paneles que nos ayudarán a conocer mejor el enigmático Arte Parietal...
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