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martes, 28 de diciembre de 2010

la orden de alcántara. uno.

Estamos en el partido de la Serena, concretamente en el patio de armas del castillo de Magacela. Los freires, después de acudir a los rezos correspondientes a la hora prima, se entrenan para la guerra haciendo entrechocar sus espadas. A pesar del gélido y cortante viento del norte que mueve las capas blancas de los vigías que hacen guardia en las almenas, algunas gotas de sudor empiezan a aparecer en los rostros curtidos de los caballeros. Algunos de ellos han estado en la guerra y suelen mostrar orgullosos, las cicatrices que recorren sus torsos o sus brazos.

El novicio Nicolás de Ovando les observa atento mientras saca brillo a una armadura. Como ellos, Nicolás procede de familia noble pues es sabido que solo ingresan en la Orden de Alcántara los que tal condición tienen. Su padre, uno de los hombres más poderosos de Cáceres, le hizo ingresar en la orden unos meses antes sin apenas advertirle de la dura vida que le esperaba, pues estos caballeros, además de guardar votos de castidad, obediencia y pobreza, deben manejarse a la perfección en el arte de la guerra. Realmente, piensa el joven, nada de esto debe ser impedimento. Si acaso tantos rezos; maitines, la prima, completas...y los estudios. ¿Para que han de servir a un guerrero tantas letras?

En verdad hace frío hoy, y en la lejanía se pueden ver las crestas nevadas de las Villuercas, cubil de alimañas y refugio de malhechores. De cualquier modo, todos los habitantes del castillo atienden en silencio sus tareas pues un alcantarino nunca debe permanecer ocioso; en la tahona, en la cocina, en las caballerizas...Únicamente los relinchos de algún caballo, el ruido de los metales al chocar o los bufidos de los hombres cuando se embisten entre sí rompen el silencio que debe imperar en la vida de los freires.

Allá abajo, en la aljama, tan solo un puñado de casas donde viven los belicosos moriscos, la vida es muy distinta pero el silencio es el mismo. Un escalofrío recorre la espalda de Ovando cuando recuerda las hostiles miradas y los afilados puñales que dejaban ver bajo sus túnicas, mientras su comitiva, procedente de Brozas, subía la empinada calzada de acceso al castillo, aquél día que llegó a Magacela.

Nicolás se arropa con su capa y se esmera en su trabajo. Debe hacerlo por que quiere llegar lejos. Quien sabe si llegará a ser comendador de alguna encomienda tal y como había prometido a su padre. ¿La de Lares? ¿La de Castilnovo? Serían suyas de este modo enormes extensiones de aquellos pastizales tan codiciados por los dueños del ganado trashumante. Pero... ¡Qué altivos son los leoneses! ¡Y qué bravucones los cántabros!

O mejor, piensa el novicio, capitanear a estos hombres en la guerra y cabalgar a lomos de poderosas monturas bajo el estandarte que lleva prendida con hilos de oro la cruz verde de los alcantarinos...


sábado, 25 de diciembre de 2010

castillos de la serena.

A principios del siglo XIII los ejércitos del rey Fernando III, con la ayuda de las órdenes militares, conquistaron la comarca de la Serena, en poder de los musulmanes desde varios siglos antes. Uno tras otro fueron cayendo los bastiones de Magacela, Benquerencia, Zalamea... Como en toda Extremadura, los territorios conquistados fueron cedidos a las distintas ordenes, las cuales ocuparon las fortalezas que permanecían en pie y construyeron otras. Hoy día seis de aquellos castillos permanecen en pie, visibles desde la lejanía, como orgullosos del papel que la Historia les reservó. Otros, como Lares y Arsa, cayeron en el olvido...

Castillo de la Encomienda de Castilnovo. Villanueva de la Serena. Este castillo no es visitable por ser de propiedad privada. Su estado de conservación es bastante bueno. Es uno de los dos castillos de la zona que no es de origen árabe ya que fue construido, probablemente, allá por el siglo XIV. Muy cerca, en el cerro de Tamborrío (entre ambos ríos, Guadiana y Zújar) hubo una fortaleza árabe de la que apenas quedan restos.


Castillo de Benquerencia de la Serena. Su estado es ruinoso. Apenas queda nada de lo que debió ser una fortaleza inexpugnable asentada sobre un lugar estratégico. Situado en la sierra de Tiros, desde él se puede observar gran parte de la comarca: al norte la estepa, al sur los olivares de Monterrubio y algunas manchas de dehesa. Bajo su ahora maltrecha silueta nació Benquerencia, pueblecito de estrechas y empinadas callejas con un inequívoco aire morisco e interesantes muestras de arquitectura popular. Pasear por sus calles, subir al castillo y respirar el aire limpio de la sierra es un ejercicio altamente recomendable para el cuerpo y para la mente.Curiosamente es posible observar, dentro del castillo, un búnquer de la Guerra Civil de 1936.



Castillo de Almorchón. Actualmente quedan pocos restos de esta fortaleza roquera que no es visitable por encontrarse dentro de una finca privada. De origen musulmán, posteriormente cayó en poder de la Orden del Temple y tras la desaparición de esta pasó a manos de la Orden de Alcántara. Durante un tiempo debió ser un lugar importante y estratégico, albergando en el interior de sus diferentes defensas un pequeño poblado. Después el abandono sumió al castillo en el estado de ruina progresiva en que ahora se encuentra.


Castillo de Arribalavilla. Zalamea de la Serena. Construido sobre los restos de una fortaleza musulmana, actualmente quedan en pie sus murallas y sus cuatro torres; Torre Mocha, Torre Oscura y las del Homenaje y de la Higuera, así como un aljibe. Su planta es cuadrangular. Lamentablemente este castillo solo es observable a cierta distancia ya que numerosas construcciones contemporáneas se apoyan sobre sus muros.

Adosado a este castillo estuvo el palacio donde Juan de Zúñiga estableció una corte literaria entre cuyos maestros destacó el gramático Elio Antonio de Nebrija. En este palacio se alojó también, en 1502, durante al menos 15 días la reina Isabel la Católica cuando se dirigía a Toledo desde Sevilla.


Castillo de Capilla. Este es uno de los castillos más desconocidos de la zona y sin embargo las vistas que desde sus deteriorados torreones se pueden observar son increíbles. Bajo la peña donde se asienta se extiende, desde el año 1989, el embalse de la Serena. Por el sur, la sierra de Tiros, agreste y hermosa pero desconocida para una gran mayoría. Como en muchos otros, en su construcción intervinieron alarifes mudéjares, tal y como se puede observar por el uso de ladrillos en los arcos de puertas y ventanas.


Castillo de Magacela. Desde mi punto de vista este castillo es, por su situación, por sus dimensiones y por la gran extensión de tierra que desde él se divisa, el castillo de la Serena. Su estado de conservación, sin embargo, dista mucho de ser el adecuado. A pesar de que ciertas estructuras, como la torre poligonal del Homenaje o la entrada en recodo, presentan un buen estado es difícil imaginar como sería esta fortaleza en sus momentos de esplendor. Durante años en Magacela estuvo el Priorato de la Orden de Alcántara pero después de su traslado a Villanueva, el castillo y la localidad fueron perdiendo importancia.

sábado, 18 de diciembre de 2010

grullas.

Ha llegado el momento. En muchas zonas de la provincia de Badajoz puedes disfrutar ahora del incomparable espectáculo de las grullas, que venidas del norte de Europa huyendo del frío invierno, alegran los cielos extremeños durante unos meses con sus grisáceas figuras y su sonoro grú-grú. Ya no hay excusas, por tanto, para perderse por las pistas de tierra de los arrozales extremeños en busca de estas magníficas aves y ¿por qué no? en busca de la fotografía que siempre hemos soñado hacer.

sábado, 11 de diciembre de 2010

entrelobos.

No. No me refiero a la sensación de ir por la autovía mientras montones de BMWs y Mercedes se adueñan del carril de la izquierda...

"Entrelobos" es el título de una magnifica, dura y a la vez tierna película estrenada hace unos días, que cuenta la historia de un niño que tras ser abandonado a su suerte en Sierra Morena permaneció durante doce años conviviendo con una manada de lobos. Rodada en el Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro, esta película ofrece paisajes espectaculares e imagenes de una Naturaleza vibrante e inhóspita, a la vez que muestra la peor cara del hombre, es decir, la cara ambiciosa del que no se detiene ante nada.

Las desventuras de Marcos Rodríguez comenzaron en 1954 y se prolongaron durante una docena de años. Por aquellos años las crestas de las sierras no estaban coronadas por las antiestéticas antenas de telefonía que ahora "adornan" dichas sierras ni sus pedregosas veredas estaban salpicadas de bolsas ni de latas de coca-colas. Por contra, la vida de las personas no valía nada, en Sierra Morena el hambre era el azote de las clases más desfavorecidas y había gente que entregaba a sus hijos para saldar viejas deudas. Según narra la película fueron los lobos los que salvaron la vida de este niño.

Pero, ¿existen todavía lobos en Extremadura? Para deleite de los ganaderos y desesperación de los naturalistas, la respuesta es no. El lobo ha dejado de atemorizar a niños y mayores. Parece ser que las carrancas, collares de cuero con púas de hierro que protegían el cuello de los mastines del ataque de los lobos, se oxidan en doblaos y corralones o quizás en las vitrinas de algún museo etnográfico. Así mismo es cada vez menos frecuente observar a estos somnolientos perros vigilar el ganado y no creo que ninguno de nosotros haya escuchado, al calor de la lumbre, cuentos sobre feroces lobos que atemorizaban a pueblos enteros. Finalmente el hombre, al menos por aquí, acabó con el lobo cumpliendo así uno de sus sueños más antiguos...

Es cierto que de vez en cuando, sobre todo cerca de los límites de Castilla-León donde existe una considerable población, se han visto algunos lobos, pero según afirman los estudiosos de esta especie, son simples incursiones de caza. De cualquier forma, afirman estos mismos estudiosos, existen factores, como la pérdida de población humana de algunas zonas y la regeneración del monte por la disminución del pastoreo, que indican que tal vez el aullido del lobo vuelva a oírse por las serranías extremeñas.
Hace algunos años, alguien me regaló un cachorro de raza indefinida al que puse por nombre Betis. Lo habían arrebatado a una perra que cuidaba el ganado y que acababa de parir debajo de las adelfas que crecen a orillas del Guadalete, muy cerca de la Sierra de Cádiz. La crié con biberones y cuando creció, resultó ser muy parecida a un husky. Como sabeís estos perros son muy similares a los lobos. Y efectivamente, Betis tenía más de loba que de otra cosa: su forma de rugir, de pelear, su pelaje...y sobre todo su ansia de libertad y de correr por el campo. Fue una magnifica compañía y por ello, sin caer en el error de considerar mejor a un animal que a una persona, quiero ahora recordarla. Es una manera de agradecerle el tiempo que vivió a mi lado.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

el mudéjar extremeño.

Como sin duda sabéis, hace unos días el flamenco y la dieta mediterránea fueron proclamados por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La influencia árabe en ambos es, a mi juicio, casi tan definitiva como la impronta que dejaron en los pueblos de empinadas callejas y casas blancas, en la toponimia de nuestra geografía o en la piel morena y cabello rizado de algunos de nosotros... Y como no, en la arquitectura de muchos de los palacios, fortalezas e iglesias que embellecen nuestros pueblos y que han llegado a nuestros días en desigual estado de conservación.

Llerena, Zafra, Guadalupe, Galisteo, Hornachos, Alía, Capilla, Azuaga, Puebla de Alcocer...La lista de poblaciones extremeñas que aun conservan, en mayor o menor medida, muestras de Arte Mudéjar sería casi interminable. Este Arte se caracteriza, a grandes rasgos, por el uso para la consecución de los edificios del yeso, de la escayola y sobre todo del ladrillo, y por estar hecho por los mudéjares, más tarde llamados moriscos, que no eran otros que los habitantes de origen musulmán que habían permanecido en territorio cristiano tras la ocupación de estos.

Dicho estilo constructivo permaneció en la península durante varios siglos y nos dejó joyas como los Reales Alcázares de Sevilla o el Monasterio de Guadalupe e incluso viajó a través del Atlántico de la mano de alarifes moriscos que se fueron a hacer las Américas.

Los alarifes o albañiles tuvieron bastante movilidad por todos los territorios que forman la actual Extremadura e iban con sus familias allá donde un noble quisiera hacerse su palacio o estuviera prevista la construcción de una iglesia. Por ser mano de obra barata y eficiente y por los resultados estéticos que ofrecían sus edificios, los alarifes no serían tan mal vistos y tan mal tratados por los cristianos como el resto de los mudéjares. Eso si, como la mayoría de ellos, se aferrarían con uñas y dientes a sus costumbres, a su religión, a su música o a su modo de vestir...Hubo momentos en que fueron respetados, siempre formando parte de las clases más inferiores, pero a partir de 1502 se intentó por todos medios la cristianización de los moriscos. El siguiente fragmento refleja bien la situación:

"... y si con fingida humildad usaban de algunas buenas costumbres morales en sus tratos, comunicaciones y trajes, en lo interior aborrecían el yugo de la religión cristiana, y de secreto se doctrinaban y enseñaban unos a otros en los ritos y ceremonias de la secta de Mahoma. Esta mancha fue general en la gente común, y en particular hubo algunos nobles de buen entendimiento que se dieron a las cosas de la fe, y se honraron de ser y parecer cristianos, y destos tales no trata nuestra historia. Los demás, aunque no eran moros declarados, eran herejes secretos, faltando en ellos la fe y sobrando el baptismo, y cuando mostraban ser agudos y resabidos en su maldad, se hacían rudos e ignorantes en la virtud y la doctrina. Si iban a oir misa los domingos y días de fiesta, era por cumplimiento y porque los curas y beneficiados no los penasen por ello. Jamás hallaban pecado mortal, ni decian verdad en las confesiones. Los viernes guardaban y se lavaban, y hacían la zalá en sus casas a puerta cerrada, y los domingos y dias de fiesta se encerraban a trabajar. Cuando habían baptizado algunas criaturas, las lavaban secretamente con agua caliente para quitarles la crisma y el oleo santo, y hacian sus ceremonias de retajarlas, y les ponían nombres de moros; las novias, que los curas les hacían llevar con vestidos de cristianas para recibir las bendiciones de la Iglesia, las desnudaban en yendo a sus casas y vistiéndolas como moras, hacían sus bodas a la morisca con instrumentos y manjares de moros..."

Luis del Mármol Carvajal.

Finalmente, en abril de 1609, Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Muchos de ellos tuvieron que marchar. Pero otros, los que se habían cristianizado y habían adoptado nombres y apellidos castellanos, permanecieron aquí, entre nosotros. Y aquí quedaron también, el uso del aceite de oliva ante la grasa de cerdo que usaban los cristianos, o su música, que siglos después daría paso al flamenco al mezclarse con la música popular y con la de los gitanos. Y por supuesto, quedaron retazos de su arquitectura, de la cual afortunadamente todavía podemos disfrutar, distribuida a lo largo y ancho de Extremadura y de amplias zonas de la península ibérica.

Monasterio de Guadalupe.
Castillo de Nogales
Alía. Cáceres.
Ermita del Humilladero. Guadalupe. Cáceres.

Castillo de Capilla.
Portada de la iglesia de Santa Ana. Magacela.
Castillo de Puebla de Alcocer.








martes, 16 de noviembre de 2010

¿menhires? santa cruz de la sierra. cáceres.


Meses atrás, cuando todavía el campo estaba verde y la breve pero intensa primavera extremeña lucía en todo su esplendor, tuve la oportunidad de subir al pico de San Gregorio, puesto que tenía la curiosidad de observar los restos de la fortaleza que los árabes construyeron en dicha cumbre. Esta, al contrario de lo que ocurrió con otras fortalezas árabes de la zona, tras la conquista de estas tierras por los monjes guerreros de Alcántara, pronto cayó en el olvido. Como consecuencia de ello, actualmente apenas quedan algunos restos de lo que debió ser un lugar estratégico debido a la altura donde estaba situada y al extenso terreno que desde él se puede divisar. No obstante se pueden observar, esparcidos por el suelo, numerosos restos de tejas de barro rojo y vasijas y algunas trazas de muros. (Algunas latas y botellas, esparcidas por el suelo y graffitis sobre las piedras indican que este lugar no solo es frecuentado por senderistas y aficionados a la Naturaleza. En fin...)

En dicha cumbre, además del monolito que señala un punto geodésico se encuentra también un aljibe, construido con objeto de surtir de agua a un convento del siglo XVII. El preciado líquido era conducido, aprovechando las fuertes pendientes, por medio de unas tuberías de piedra de las que se pueden observar todavía algunos tramos. Este convento, a juzgar por las dimensiones del mismo y de la iglesia aneja a sus muros, tuvo cierta importancia en su momento pero en la actualidad está abandonado. Aún perdura en la memoria de los más mayores que los vecinos, cansados de los atropellos e injusticias que sufrían por parte de los agustinos, se alzaron contra estos e hicieron que dejaran la villa, pero probablemente fue la Desamortización la causante de que se produjera el abandono.

Aparte de lo ya citado es posible encontrar también los restos de una pequeña alquería que creció al amparo de la fortaleza e incluso las murallas que defendían un poblado prerromano. Como se ve, la Sierra de Santa Cruz constituye un verdadero tesoro para los aficionados a la Arqueología pero también, según comentan sus habitantes, para los expoliadores del Patrimonio que han actuado durante años con total impunidad.


Pero ¿y esas piedras colocadas de forma vertical en algunos picachos de la sierra? ¿Son obra de la Naturaleza o fue más bien el hombre el que las dispuso de esa manera para cumplir con algún ritual? Cuesta trabajo creer que estén ahí de forma casual y gusta pensar que los hombres que poblaron este territorio hace miles de años las levantaron a modo de símbolo de fecundidad, como monumento o con cualquier otra intención imposible de descifrar por nosotros.

He leído en algún sitio que existe también en esta sierra algún bolo de gran tamaño que se mueve mediante leves empujones y que probablemente estos, junto con las piedras de formas más caprichosas fueran objeto de adoración de nuestros antepasados. ¿Alguien puede demostrarlo? No importa, la imaginación es libre.

Conducciones de agua.
Restos del poblado árabe.
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jueves, 11 de noviembre de 2010

herrera del duque. badajoz. bípedos y cuadrúpedos


Hace algunos semanas, gracias a las indicaciones de Tomás, (compartódromo.blogspot.com) nos acercamos al Mirador de la Berrea con objeto de disfrutar de la berrea de los ciervos. Dicho mirador está situado en la Reserva de Caza de Cijara, extensión de 25.000 hectáreas que acoge gran variedad de especies y que forma parte de varios términos municipales. Así, es posible encontrar dentro de sus limites a ciervos, gamos, jabalíes, buitres negros, águilas reales, etc.

Como sabéis, durante la época de celo, los ciervos machos salen de los bosques y luchan entre ellos para conseguir el mayor número de hembras. Desde el mirador, con ayuda de unos buenos prismáticos, es posible observar como los ciervos van bajando al comedero y como los...

Pero... ¡no me lo puedo creer! ¡Un grupo de bípedos que visten camisetas de chillones colores, ellos, y calzan zapatos de tacón, ellas, han abandonado el mirador y caminan por el monte en dirección a los animales para verlos mejor! La desbandada de ciervos es general, claro, y corren a esconderse entre la maleza ante los homo- ¿sapiens? que se dirigen a ellos sin el más mínimo cuidado. El estupor entre los presentes es mayúsculo pero, pardiez (como diría Pérez-Reverte) ¿que hacer sino jurar en arameo y ciscarse en la...?

Bueno, bueno. Pasan los minutos y parece que los bípedos, conscientes de la solemne tontería que acaban de hacer, vuelven al redil y aunque ya empieza a anochecer tenemos la esperanza de que los ciervos vuelvan a bajar al claro y podamos verlos de nuevo. Finalmente eso ocurre y aunque la luz es escasa, podemos disfrutar algo más de la escena, hacer algunas fotos y escuchar (entre el escape libre de una moto que pulula por el monte y las voces de algunos de los presentes) la berrea.

Pardiez de nuevo y como conclusión: todo el dinero y esfuerzo que se emplee en Educación (y no es arrimar el ascua a mi sardina) me parece poco...

Nota: Mi cámara no es la más adecuada para hacer fotos de animales a cierta distancia medianamente decentes y mi pericia es escasa en este tipo de fotos. Si queréis ver fotografías de ciervos y gamos y conocer mejor toda la zona no hay mejor sitio que el blog citado anteriormente.

sábado, 6 de noviembre de 2010

jazz en don benito. badajoz.

¿Qué mejor en un soleado día de otoño que salir a la calle y dejarse llevar por el ritmo del jazz? Cuatro grupos extremeños han deleitado hoy con su música a los amantes del jazz en distintos espacios abiertos de Don Benito. Por unos momentos parecía que la cultura y el buen gusto habían vencido a la vulgaridad que, a través de los medios de comunicación, nos invade colándose por todas las rendijas. Gracias.

lunes, 1 de noviembre de 2010

extremadura en la red: blogs y fotografía de naturaleza.

El pasado domingo tuvo lugar en Trujillo un encuentro de blogueros cuyos blogs están relacionados de alguna manera con la Naturaleza de Extremadura.

Este encuentro, bajo el titulo "Extremadura en la Red: Blogs y Fotografía de Naturaleza", se produjo en el Convento de la Coria, sede de la Fundación Xavier de Salas. Allí tuve la oportunidad de conocer personalmente a los autores de algunos de los blogs que más frecuento y comprobar el altísimo nivel de los fotógrafos que participaron en este encuentro.

Tras un acto interesante, ameno y en ocasiones divertido se presentó una pequeña pero bonita publicación en la que aparecen muchos de estos blogs y las estupendas fotografías que estos autores son capaces de realizar. "Extremos del Duero" no es un blog específico de Naturaleza y las fotografías que lo ilustran no alcanzan ni mucho menos el nivel del resto de los participantes, pero curiosamente aparece en la publicación.

Por todo ello quiero dar las gracias a la Fundación Xavier de Salas y especialmente, al organizador del encuentro, José Manuel López Caballero. Por supuesto, quiero animarle también para que este encuentro no sea el último.

lunes, 25 de octubre de 2010

trujillo. cáceres. rostros en piedra.

Como recordarán mis sufridos lectores, el pasado 17 de octubre hacía un esbozo de la vida de Francisca Pizarro Yupanqui y hacía referencia también al deteriorado palacio de los Pizarro situado en la pequeña población de Conquista de la Sierra. El tiempo y los avatares de la Historia han sido, sin embargo, más benévolo con el palacio que esta controvertida familia mandó levantar en la impresionante Plaza Mayor de Trujillo. E incluso nos han proporcionado la posibilidad de poder contemplar los rostros en piedra de algunos miembros de esta. No resulta dificil verlos ni fotografiarlos. Están situados en el historiado balcón esquinado que preside la entrada al edificio, junto a escudos y alegorías de las conquistas, de la siguiente manera:

Según miramos el edificio, a nuestra derecha podemos ver a Francisca Pizarro y a su marido y tío, Hernando. A nuestra izquierda su padre, Francisco Pizarro y su esposa, la princesa inca Quispe Sisa Yupanqui. En este orden aparecen en las imagenes que siguen a continuación.

Estos rostros, por haber sido tallados en vida de algunos de los afectados, deben ser bastante aproximados a la realidad. Al menos así lo afirman los especialistas en la materia.

En cualquier caso esto no es más que una curiosidad o anécdota. Como sabeís muchos de vosotros, pasear por las callejas de Trujillo es encontrar rincones que antes habían pasado inadvertidos. Palacios, iglesias, conventos y puertas mediavales se ofrecen, a cada paso, al visitante. Este solo tiene que poner un poco de su parte para descubrir los pequeños secretos que guardan las viejas piedras...

miércoles, 20 de octubre de 2010

d.o. aceite de monterrubio.

Cuando consumimos productos con Denominación de Origen, ya sean extremeños o de cualquier otro punto de la peninsula, estamos consumiendo productos hechos aquí y por tanto estamos ayudando a la preservación del medio rural y natural, a la vez que consumimos productos sanos y naturales y creamos riqueza...

Extremadura, además de insólitos paisajes, recónditos pueblos y monumentales ciudades cuenta con un buen número de Denominaciones de Origen. Algunas, como las cerezas del Jerte, el jamón Dehesa de Extremadura o el pimentón de la Vera ocupan las mesas de los más selectos restaurantes y siempre tiene sitio en las despensas de los más exigentes a la hora de comer. Otras, sin embargo, son menos conocidas a nivel nacional aunque no por ello tienen menos calidad.

El aceite de oliva de Monterrubio de la Serena, tal vez por que en España existen un gran número de D.O. de este producto, es quizás menos conocido que los alimentos citados. No obstante el gran esfuerzo que se está haciendo por parte de olivareros y cooperativas para que sea más conocido y apreciado, por medio de campañas publicitarias y de asistencia a numerosas ferias de alimentación, se ha traducido en un aumento de las exportaciones a un gran número de países europeos.

Esta D.O. abarca una amplia zona de la comarca de la Serena en la que están incluidos 16 términos municipales. Son las variedades Picual y Cornezuelo las que, junto con ciertos factores climáticos y edáficos, confieren a este aceite un gusto especial y distinto. Por supuesto que el mimo con que los agricultores tratan al olivo, árbol sagrado para las antiguas culturas, es el factor que más influye en la calidad final del aceite.

En Monterrubio, además de olivos y molinos, hay mucha buena gente. Allí desempeñé durante un año mi actividad profesional y allí dejé algunos buenos amigos.

Nota. La idea de traer al blog las D.O. de Extremadura se la debo a un extremeño "exiliado" en Portugal, que me sugirió tratar temas grastronómicos. Esta entrada está dedicada a Romancillo.

domingo, 17 de octubre de 2010

conquista de la sierra. cáceres.

El pasado fin de semana, con la intención de visitar el Palacio de los Pizarro, nos acercamos a este pequeño y bien conservado pueblo, situado en la penillanura trujillana pero muy cerca de las estribaciones de las Villuercas.
Sabía el ruinoso estado de dicho palacio pero desconocía que actualmente es utilizado como establo y que no es visitable, por hallarse dentro de una propiedad privada. Además, según nos contaron, en los últimos años su deterioro se está acentuando de manera alarmante...De todas formas aún permanece en pie una torre de vigilancia con almenas y terminación en media boveda. Y en la portada de granito todavía se conserva alguna balconada y los dos osos y el árbol del escudo de los Pizarro. Da la impresión al observar los restos que más que un palacio fue una fortaleza levantada como defensa ante los previsibles ataques de otros nobles.
Fue, al parecer, Francisca Pizarro Yupanqui, en su momento una de las mujeres más ricas de su época, la impulsora de esta obra. Francisca era hija del conquistador Francisco Pizarro y de la princesa inca Quispe Sisa Yupanqui. Tras su llegada a España en 1550 a la edad de 16 años se casó con su tio Hernando Pizarro, treinta años mayor que ella. Este se encontraba recluido en la prisión del Castillo de La Mota por haber mandado asesinar a Almagro y allí permaneció una larga temporada. Eran tiempos turbulentos, de intrigas, venganzas y traiciones y entre ellas se movió con bastante habilidad el singular matrimonio. De hecho, Hernando fue uno de los pocos conquistadores que murió de muerte natural...Doña Francisquita, puesto que así era como se la conocía, fue una mujer amante del lujo y llevó, tras su segundo matrimonio, una vida cortesana pero también hizo numerosas obras benéficas.
Por aquellas fechas la hija del conquistador y de la princesa mandó levantar, en un lateral de la Plaza Mayor de Trujillo, el Palacio del Marques de la Conquista. La grandiosidad de este supera con mucho a la fortaleza que nos ocupa, así como su estado de conservación, pero ambos forman parte del rico patrimonio que la Historia con mayúsculas nos ha dejado.
Nos guste o no esa Historia, es indudable que todos nosotros, en parte, somos responsables de la conservación de este patrimonio y de que pueda ser disfrutado por las generaciones venideras...

Del citado palacio-fortaleza parte la ruta senderista "Camino del Roble", ruta que transcurre por las proximidades de la población. De esta ruta y de otras muchas podéis encontrar más información en el estupendo blog sendasdedescubrimientos.blogspot.com de la Asociación para el Desarrollo Integral de la Comarca de Miajadas - Trujillo (ADICOMT).
Muy interesante también resulta el vecino pueblo de Garciaz, al que corresponden las siguientes imagenes. Pero este y sus alrededores, sin duda merecen una Entrada completa.