No pudo ser. La frase más repetida por los miles de béticos que nos desplazamos a Polonia para animar a nuestro equipo. Al final decepción, aun sabedores de la dificultad de la empresa.
Pero antes del partido pudimos tomarnos unas cervezas, hacer unas fotos y pasear por el casco histórico de la bonita y sufrida ciudad, repleta de banderas y camisetas verdiblancas. Y digo sufrida ciudad porque al final de la IIGM padeció intensos bombardeos por parte de la artillería soviética ya que pertenecía a Alemania. Desde entonces, tras los acuerdos de Yalta, pertenece a Polonia, contando en la actualidad con casi 700.000 habitantes.
Hoy día Breslavia es un importante núcleo industrial, financiero y cultural que acoge también numerosos eventos deportivos, entre ellos el que congregó allí a cientos y cientos de béticos y béticas de todas las edades, que no dudaron en salvar los 3000 km que separa Breslavia de la ciudad del Betis para mostrar su incondicional apoyo
Como decía decepción final, aunque no tanta como la de los aficionados de otros clubes, inmersos en luchas intestinas que suspiran por no descender de categoría, mientras que el Real Betis Balompié mira desde hace años a Europa y tiene en sus filas a algunos de los mejores jugadores de la LFP. Por ello, en semanas, estaremos otra vez con la ilusión por bandera, apoyando de nuevo a nuestro equipo.
(Va por María, la chica sentada detrás de mí que levantó los brazos y miró al cielo cuando en el minuto 9 Ez Abde introdujo el balón en la portería rival)
¡Qué bonito reportaje!
ResponderEliminar¡Viva el Betis!