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sábado, 7 de octubre de 2023

las ocho gárgolas de villanueva de la serena y las más de doscientas de la provincia de badajoz.


Acostumbrados a caminar con nuestras preocupaciones diarias a cuestas, la mayoría de las veces no somos conscientes de que ahí arriba existen cosas en las que apenas hemos recurrido. En esta ocasión me refiero a las gárgolas, esas curiosas figuras de piedra que adornan edificios religiosos y en menor medida edificios civiles, con función de desaguar tejados y cúpulas pero con intención ornamental y por supuesto simbólica, pues en ocasiones representan -por ejemplo- los pecados capitales o la lucha del bien contra el mal.

Así, muy pocos habrán caído en la cuenta de que, desde hace siglos, en Villanueva de la Serena ocho gárgolas nos vigilan; seis en la fachada del Ayuntamiento, bajo la pétrea sirena del escudo, y dos desde los altos de la Parroquia de la Asunción. Tengo que confesar que, así como conocía la existencia de las dos gárgolas de la Parroquia y las había fotografiado, solo supe de las seis pequeñas gárgolas del Ayuntamiento villanovense cuando mi amigo Samuel Rodríguez Carrero me comentó esta circunstancia. Aun viviendo a escasos metros de dicho edificio, nunca hasta ese momento me había fijado en las seis cabecillas que adornan la fachada, probablemente la más interesante de Villanueva. 

En la fachada renacentista del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena
se encuentra "el segundo conjunto gargolístico más numeroso vinculado
a un edificio civil de la provincia de Badajoz."

La sacristía de la Iglesia de la Asunción esconde
dos gárgolas. "Una de ellas muestra los senos
desnudos y podría hacer referencia a la lujuria.
Otra muestra una cabeza aparentemente 
masculina provista de dos alas de carácter 
angelical." 

Esto pone de manifiesto, más si cabe, la dificultad y el mérito de la empresa, y el titánico esfuerzo que ha tenido que realizar mi amigo Samuel -gran divulgador y estudioso del patrimonio extremeño- para escribir el libro "Gárgolas de la provincia de Badajoz", pues para ello tuvo que recorrer la extensa geografía pacense y estudiar meticulosamente todos y cada uno de los edificios religiosos o civiles susceptibles de contener gárgolas. A todo esto hay que sumar un arduo trabajo posterior de documentación y de escritura que le llevó varios años hasta completar un trabajo, seguramente único no solo en Extremadura, sino también en Europa. 

Este singular estudio merece, por tanto, estar en la librería de cualquier persona interesada en el mundo de la cultura y amante del patrimonio, tanto para consulta como por el mero hecho de disfrutar del papel, del trabajo bien hecho y del curioso mundo de estos pétreos seres. 

Esta es la reseña de dicho libro, que podéis adquirir en la Librería Colón de Badajoz o en la web de Editamás;

Desde su aparición en torno al año 1.220 en la catedral gótica de Laon, el elemento arquitectónico-escultórico conocido como gárgola no tardaría en poblar las principales construcciones religiosas y civiles ejecutadas a lo largo de la Baja Edad Media francesa, propagándose por toda Europa y alcanzando, junto a la expansión del arte gótico, los reinos cristianos de la Península Ibérica, justo cuando el dominio político sobre la misma se decantaba definitivamente a favor de los norteños en detrimento del poder musulmán. La repoblación y la catequización de las regiones tomadas a los sarracenos, entre ellas Extremadura, conllevaría la erección de nuevos templos católicos donde la gárgola no demoraría su presencia en pos de efectuar sus funciones arquitectónicas y escultóricas como desagüe pluvial y ornamento, así como una particular labor moralizante heredada de los elementos escultórico-arquitectónicos del Románico que la harían diferenciarse de los caños artísticos ya existentes entre las construcciones clásicas. Alcanzando su punto álgido de creatividad entre los siglos XV y XVI, despuntarían en la región extremeña series como las inscritas en las catedrales cauriense y placentinas, así como en entramados urbanos como el cacereño. La provincia de Badajoz, sin embargo, no carecería de las mismas. Investigada su existencia en la Baja Extremadura a través del presente trabajo, se ofrece éste como una simbiosis entre estudio y catálogo a través del cual poder acercar al lector este elemento tan particular del patrimonio pacense y extremeño, recorriendo las cuarenta y cuatro localidades badajocenses donde se da su preservación y disfrutando de los más de doscientos ejemplares que engrosan un compendio que nada ha de envidiar a otras colecciones gargolísticas de mayor reconocimiento y popularidad, tanto dentro como fuera de nuestra fronteras.


3 comentarios:

  1. no he podido conocerlas, ya que no he visitado ese municipio, aunque si he visitado su capital.
    Si por casualidad, voy alguna vez, lo tendré en cuenta.
    Feliz domingo.

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  2. Finally got the time to sit down a goo over number of your last posting. I love seeing the buildings, love the arches. Probably should have been an architect but know I am in my heart. Thanks for the photos and the information. Very nice.

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  3. Un libro que me parece muy interesante, me lo apunto. Besos.

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