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miércoles, 16 de septiembre de 2020

la presencia de muñoz torrero y del duque de alburquerque en cádiz.

Monumento a la Constitución de Cádiz de 1812. Un atento análisis
nos muestra la huella extremeña durante ese crucial periodo.


Dos importantes y apasionantes acontecimientos de la Historia de España, la redacción y proclamación de la Constitución liberal de 1812 en Cádiz, y la contención de los ejércitos napoleónicos extramuros de dicha ciudad, donde se había refugiado la Junta Central, tuvieron como protagonistas respectivamente a un ilustre extremeño, Muñoz Torrero, y a otra persona muy relacionada con Extremadura, el Duque de Alburquerque. En realidad, este último habría nacido en Madrid, pero estaba al mando del Ejército de Extremadura. Paradójicamente, mientras miles de hombres y mujeres se jugaban la vida y su hacienda ante el invasor francés por todo el territorio peninsular, los borbones Carlos IV y su hijo Fernando protagonizaban en Francia uno de los episodios más vergonzosos que se recuerdan. 

Lo cierto es que la figura de Muñoz Torrero (Cabeza del Buey) parece cobrar cada vez más importancia. Así, desde octubre de 2018 el Congreso de los Diputados cuenta con un busto del político extremeño, obra del gran escultor villanovense Ricardo García Lozano. Además, recientemente, los investigadores José Antonio Ramos Rubio y José Luis Pérez Mena han publicado un interesantísimo y completo libro sobre esta figura clave. (Diego Francisco Muñoz Torrero. Cura liberal y padre de la Constitución liberal de 1812)

A la izquierda el busto realizado por García Lozano para el Congreso. 
A la derecha la portada del libro recientemente publicado sobre Muñoz Torrero.
(
José Antonio Ramos Rubio y José Luis Pérez Mena)

El caso es que el pasado mes de julio, aprovechando una estancia en Cádiz, me acerqué al imponente monumento que en 1912 se levantó en homenaje a dicha Constitución, con la intención de encontrar allí rastros de los personajes citados. Y en efecto, enseguida encontré, en la parte trasera del monumento, junto a otras importantes personalidades participantes en su composición, el nombre del sacerdote Muñoz Torrero. Igualmente pude ver y fotografiar el nombre del emeritense José María Calatrava, que llegó a ser más tarde Presidente de las Cortes y Ministro de la Gobernación. 

En la parte trasera del monumento, entre Mexía Lequeríca y Alcalá Galiano 
aparece el nombre del sacerdote caputbovense. 

A nuestra derecha, podemos ver una placa con una mención al emeritense José María Calatrava.
A la izquierda, vemos a Hércules, a un grupo de diputados americanos y de una alegoría de la
 Agricultura. Además se pueden leer algunos de los avances que supuso la Constitución de 1812.

Igualmente, en el grupo escultórico situado en uno de los laterales citado monumento, entre un nutrido grupo de personajes de la época, podemos ver la figura de un sacerdote que, según las fuentes consultadas, representa a Muñoz Torrero. Recordemos que este personaje, firme defensor de las ideas liberales, fue de importancia capital en la proclamación de la Constitución. 

A nuestra izquierda, detrás del personaje que jura la Constitución ante la Biblia, 
aparece la figura de un sacerdote, que representa a Muñoz Torrero. 

Detalle de la escena anterior, en la 
que aparece Muñoz Torrero.

Además, en el otro gran grupo escultórico, situado en el otro lateral, que representa el momento en que se decide no entregar la ciudad a las tropas napoleónicas, podemos ver según las fuentes consultadas, al Duque de Alburquerque. Recordemos que este militar era el jefe del Ejército de Extremadura, el cual acudió en ayuda del gobierno cuando huía de Sevilla a Cádiz, perseguido muy de cerca por los franceses. Finalmente, el Ejército pudo entrar en la Isla de León por el Puente de Suazo permaneciendo dentro de sus murallas hasta la retirada del invasor y prestando por tanto, un apoyo fundamental en la defensa de Cádiz. 

En este caso, sin embargo, no he podido encontrar ninguna referencia que indique con exactitud cual de las figuras corresponden al Duque de Alburquerque, aunque a mi juicio se trataría del militar que, situado de espaldas al espectador, tiene la mano izquierda sobre el sable.

Esta escena representa el momento en que se comunica a la población la decisión 
de no entregar Cádiz al invasor.

El Duque de Alburquerque, 
de espaldas al espectador. 

Sin embargo, estas referencias no son las únicas que podemos encontrar en Cádiz a estos personajes tan relacionados con Extremadura, de modo que vayamos ahora al Oratorio de San Felipe, lugar de reunión donde se discutían los artículos y el contenido de la Constitución liberal de 1812 y en cuyo exterior fue proclamada. En la fachada de este edificio, podemos encontrar una placa que homenajea al sacerdote de Cabeza del Buey. 

Oratorio de San Felipe Neri. 

Homenaje al religioso y político extremeño.


Igualmente es posible encontrar algunas referencias en el Museo de las Cortes de Cádiz, edificio aledaño al anterior. Así, podemos ver la figura del Duque de Alburquerque, en un cuadro de grandes proporciones. Hay que tener en cuenta que su llegada a Cádiz, al mando de los diez mil hombres que componían el Ejército de Extremadura, fue crucial en el desarrollo de la guerra. 

En este gran cuadro de Salvador Viniegra, La Promulgación de 1812, podemos ver la alegría
 del pueblo gaditano congregado en la puerta del Oratorio de San Felipe 
ante el grito de ¡Viva la Pepa!


Entre la multitud, con casaca roja, José María de 
la Cueva y de la Cerda, Duque de Alburquerque 
y principal responsable del Ejército de 
Extremadura. 

Sendos carteles informativos dan cuenta de la presencia del
Ejército de Extremadura en Cádiz desde el 4 de febrero 
de 1810 hasta la retirada francesa. 


Por último no quiero dejar de mencionar dos de las cosas que más me llamaron la atención en este viaje a la España de 1812. La primera, un lienzo que se encuentra en el interior del Museo de las Cortes, en el que aparece el rey Fernando VII, en cuyo pie se puede leer la dedicatoria que un cuerpo de voluntarios hacía en 1814 a "nuestro amado soberano por su feliz regreso". Todos sabemos el modo tan ruin con que posteriormente se comportaría el rey tras su vuelta con los que tanto habían arriesgado durante esos trágicos años. El mismo Muñoz Torrero, sufriría años después persecución por sus ideas liberales por parte de los absolutistas, muriendo en Portugal en 1829, después de ser perseguido y torturado.  

Y la segunda, también relacionada con el carácter de dicho rey; la existencia de un sillón de piedra vacío presidiendo el monumento con que empezaba este artículo, simbolizando la ausencia de poder durante ese periodo tan negro y trágico para la mayoría de los españoles, puesto que Fernando VII se hallaba en Francia. Un ejemplo más de una constante, que se repite hasta la saciedad, como es la falta de altura de miras y de vergüenza que muestran nuestros mandatarios ante las situaciones adversas. 

Retrato de Fernando VII, encargado por los cuerpos 
de voluntarios de Cádiz.

El sillón vacío al pie del monumento a la Constitución 
de 1812, simboliza la ausencia del rey durante ese periodo
tan conflictivo.



extremeños en la constitución de cádiz de 1812
Bromas y anécdotas aparte, ese era el sombrío panorama que ofrecía España, mientras se elaboraba en Cádiz la primera Constitución española, bautizada como La Pepa, por haber sido promulgada el día de San José, en la que establecían principios como la libertad de imprenta o la soberanía nacional.




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