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miércoles, 10 de octubre de 2018

el castillo de matrera (villamartín. cádiz) y otras restauraciones polémicas.



Es indudable que no podemos dejar caer nuestro patrimonio para que quede convertido en un montón de piedras, pero también es verdad que, a veces, las restauraciones dejan mucho que desear, al menos ante los ojos de los no expertos, entre los que me incluyo. Sin embargo, en ocasiones, el desacierto es tan evidente que cualquiera puede ver las desagradables consecuencias estéticas que conllevan.

Hace ya bastante tiempo tuvo mucha repercusión en los medios de comunicación la restauración que se realizó sobre los restos de la torre del homenaje del castillo de Matrera (Villamartín. Cádiz), conocida en la zona como Torre de Pajarete. Partiendo de la base de que el verdadero error estuvo en dejarla caer, algo que era más que previsible desde hace años, la restauración fue para muchos un verdadero disparate, ya que consideraron las obras demasiado agresivas. Al menos, para bien o para mal, el castillo de Matrera, olvidado y expoliado durante siglos ocupó mucho espacio en los distintos medios escritos y audiovisuales.

El problema, como digo, fue la falta de atención y mantenimiento que dicha torre tuvo, a pesar de que el conjunto está considerado como BIC y Monumento Nacional desde hace décadas, y a pesar también de que ocupa un lugar especial en el corazón de los villamartinenses, pues para ellos tiene un gran valor sentimental la estampa que conforma (o conformaba) la vieja torre de Pajarete recortada sobre la espectacular Sierra de Cádiz. A ello hay que añadir el papel tan importante que el castillo de Matrera jugó durante la Edad Media, por estar inmerso en la difusa y amplia frontera que separaba los reinos  nazaríes y  cristianos.

Castillo de Matrera desde el dolmen de Alberite. (Marzo de 2016)
En 2013, se derrumbó la mayor parte de la torre del Homenaje, algo
totalmente previsible dado la falta de conservación y el estado
que presentaba desde hacía años.. 
Castillo de Matrera desde el dolmen de Alberite. (Marzo de 2016)
Este dolmen, uno de los más antiguos de la península, fue descubierto en 1993.
En primer plano, un ortostato exento del conjunto. 
Tras el derrumbe de la torre, durante 2014-2015 tuvo lugar su
 polémica restauración, ocupando un gran espacio en los medios de
comunicación nacionales e internacionales. Después, la controvertida
actuación ha conseguido algunos premios en
 restauración del patrimonio.
El castillo de Matrera (siglo IX) tiene un perímetro amurallado de 500 metros
aproximadamente. En dicha muralla, de varios metros de grosor, se
posicionan también varias torres y dos puertas. En primer plano, parte
de la muralla. Al fondo, entre las nubes, se vislumbra la siempre espectacular
Sierra de Cádiz. 

Este, sin embargo, no es el único caso de restauraciones que, digámoslo así, no parecen las más adecuadas. En Extremadura, por ejemplo, en los últimos años han sido objeto de polémica las actuaciones efectuadas sobre el Fuerte de San Cristóbal o la Alcazaba, ambas en Badajoz, a las que yo añadiría, por ejemplo, las intervenciones efectuadas en la alcazaba de Reina.

Seguramente, en estos y en otros casos, se han tenido en cuenta aspectos técnicos que los profanos desconocemos, y las actuaciones han ido dirigidas a consolidar estructuras que amenazaban derrumbes. Tal vez el ejemplo más evidente de este tipo de intervenciones que llaman la atención sea el caso de la antes citada alcazaba de Reina. No obstante, el evidente y progresivo deterioro que presentaba debido a los materiales y técnicas utilizadas durante la época islámica y a la acción de elementos meteorológicos adversos, quizás justifiquen las acciones que se llevaron a cabo.

En cualquier caso, opiniones encontradas sobre una complicada cuestión. 

Fuerte de San Cristóbal. Badajoz. Una de las actuaciones más controvertida
 fue la implantación de una zona de restaurantes en el patio del fuerte,
actualmente en desuso.
La Alcazaba de Badajoz tampoco escapó de la polémica, debido sobre todo
al enlucido que se aplicó, demasiado claro para algunos, que sustituyó al
anterior enlucido rojizo. 
La Alcazaba de Reina, de origen almohade, fue ocupada posteriormente
por la Orden De Santiago. Para su construcción se utilizaron
sillares procedente de la ciudad romana de Regina Turdulorum.
En su interior se levanta una ermita. 
La Alcazaba de Reina es otro de los monumentos que sorprende al
visitante, por la aparente agresividad de las obras acometidas.
Sin embargo, observando el mal estado de los restos originales puede
entenderse que estas obras tuvieron como objetivo ralentizar
su progresivo deterioro. 

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