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martes, 5 de diciembre de 2017

escuchando paisajes de arte rupestre. hearing rock art landscapes.

¿Se os ha ocurrido pensar alguna vez que la localización de abrigos rupestres puede estar relacionada con la capacidad de estos abrigos de recepcionar sonidos lejanos? A mí tampoco, la verdad. Sin embargo hace unas semanas mi amigo tintinófilo Juanma, sabedor de mi afición por las pinturas rupestres, me hizo llegar un artículo cuyos autores, Tommaso Mattioli y Margarita Díaz-Andreu, trataban de demostrar mediante una serie de estudios la relación entre ciertos abrigos y la mayor capacidad de registrar sonidos de estos lugares que otros.

En dicho artículo, titulado Hearing rock art landscapes: a survey of the acoustical perception in the Sierra de San Serván area in Extremadura (Spain), como digo, sus autores tratan de establecer que los hombres que dejaron esas curiosos y a veces enigmáticos dibujos en los lugares más inaccesibles de las sierras, no escogieron esas paredes por casualidad. Al parecer hay paredes, farallones, acantilados rocosos que pueden aumentar reflejos y refracciones de sonidos aumentando a su vez la velocidad de los sonidos que suceden alrededor.

El abrigo Palomas 2 según el estudio, es el que mejores resultados
acústicos obtuvo en la Sierra de San Serván. Además, es de difícil acceso
y desde él hay una gran visibilidad del entorno.
Abrigo Palomas 2. 

El artículo en sí es bastante técnico, empleando a veces terminología difícil de entender para los profanos. Además está en inglés, algo subsanable empleando un traductor. Por ello, no pretendo hacer una exhaustiva y detallada descripción del mismo, sino simplemente llamar la atención sobre esta teoría, que básicamente trataría de demostrar "que los abrigos en los que aparecen representaciones de arte esquemático tienen mejor acústica que los abrigos no decorados, y que dentro de los decorados, los que tienen mayor número de motivos pictóricos tienen mejor acústica que los que presentan escasos esquemas". Tal vez, la capacidad de transmitir discursos, oraciones, o quizás música vocal o instrumental, desde estos lugares, fue lo que motivó, según opinan los autores citados, que hubiera abrigos más decorados que otros. Es decir, estaríamos por tanto ante lugares desde donde alguien se dirigía a un grupo de personas en algún tipo de acto ritual o ceremonia...

Por ultimo señalar que dicho artículo, realizado en la Sierra de San Serván, fue posible gracias a la colaboración, entre otros, de José Julio García-Arranz, Hipólito Collado-Giraldo y sobre todo, gracias a la ayuda de campo del inquieto, incansable y experto Alejandro González Pizarro.

Más información;

://www.academia.edu/31641844/Hearing_rock_art_landscapes_a_survey_of_the_acoustical_perception_in_the_Sierra_de_San_Serv%C3%A1n_area_in_Extremadura_Spain_

https://www.researchgate.net/publication/282755910_Arqueoacustica_un_nuevo_enfoque_en_los_estudios_arqueologicos_de_la_Peninsula_Iberica

Sierra de San Serván. Badajoz.
Abrigo Palomas 2. Un abrigo especial por la belleza y profusión de sus
pinturas, pero también por su situación privilegiada y su percepción
acústica.




pinturas rupestres del abrigo de las palomas. arroyo de san serván. badajoz. Como en otras ocasiones, durante un buen rato disfrutamos fotografiando y observando los esquemas, e intentando descifrar el significado que hace algunos milenios los hombres que los hicieron quisieron dar a los dibujos que ahora teníamos ante nosotros, en bastante buen estado de conservación.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes, pues mira, sí.
    Tuve la oportunidad de experimentarlo en dos excavaciones distintas, ambas en cuevas sobre valles de rios. Desde la boca de las mismas se podía escuchar perfectamente todo lo que pasaba por abajo de ellas, el agua de los rios, los sonidos de los animales... a pesar de estar varias decenas de metros (incluso en una de ellas puede que hasta ciento y pico metros) por encima. Una de ellas con arte rupestre, la otra en una zona de paso entre cordilleras, con evidencias de haber constituido un puesto de caza de cápridos: taller de silex y sólo restos parciales de Rupicapra, (sin carcasas ni grandes huesos) como si las hubieran cortado lo sobrante y el resto ae lu hubieran llevado a un sitio más habitable.
    Me pareció que ni siquiera comentarlo merecía la pena, si las grandes personalidades de la especialidad presentes no habían reparado en ello, posiblemente era una comedura de tarro de una principiante.
    Más tarde leí algo relacionado con los sonidos y el uso del campo. Alguna vuelta le dí más, pero no tenía ni herramientas para medir ni posición suficiente en el ámbito académico para lanzar esa hipótesis.
    Y ahora, mira...

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    1. Bueno Marta. Me alegro que el haber leido esto te haya refrescado esos momentos, que tuvieron que ser muy emocionantes. Un abrazo, donde quieras que estés.

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