Páginas

jueves, 30 de junio de 2016

capela dos ossos. évora. alentejo. portugal.

               

Dos de los lugares que más me han sorprendido en los últimos meses se encuentran casualmente en la ciudad portuguesa de Évora aunque la verdad es que eran asignatura pendiente desde hace años. Cierto es también que ambos tienen en común que pueden catalogarse como lugares misteriosos y a la vez singulares.

Del primero de ellos, el Cromlech dos Almendres, hay que decir que está considerado como el más grande de la Península Ibérica y que consta de 95 menhires. 

El segundo, la Capilla de los Huesos, es una pequeña construcción forrada con los cráneos y huesos de miles de cadáveres, levantada a raíz de la ocurrente idea que tuvo un fraile franciscano para recordar a todos el fugaz paso del hombre por este mundo. Huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos, dice la simpática inscripción que se puede leer en la puerta del tétrico espacio. 




Al parecer, en el interior de este peculiar edificio se encuentran al menos cinco mil calaveras, procedentes de Monte Maior, donde en 1736 se produjo una fuerte explosión en un polvorín que produjo decenas de muertos. Treinta años después de aquel triste acontecimiento, fueron desenterrados y colocados cuidadosamente en el interior de la capilla. 



Por último, recordar que Évora se encuentra a solo 105 km de Badajoz y que es uno de los quince bienes culturales de Portugal declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. (Recordemos que a tiro de piedra de la ciudad pacense se encuentran las fortificaciones y baluartes de Elvas, también incluidos en esta lista) seguramente gracias a su bonito y cuidado casco histórico y a la existencia de ciertos edificios, entre los que se encuentran la catedral, el templo de Diana o el acueducto de Prata.

Cromlech dos Almendres. 
Imagen nocturna del Templo de Diana, construcción de época romana
situada en la parte más alta de Évora.

Parte alta de la catedral de Évora. La visita a esta catedral incluye
el acceso a los tejados, de manera que se pueden observar
elementos constructivos normalmente vetados al público.
Claustro gótico de principios del siglo XV.
Catedral de Évora.
Acueducto de Água de Prata, del siglo XVI. 

1 comentario: