A menudo, cuando se recorren las sierras y campiñas extremeñas es frecuente encontrar viejos olivares o ejemplares aislados de enormes troncos y pronunciadas arrugas en su corteza. Muchos de estos olivos pueden tener varios cientos de años y sin embargo, no gozan de ningún tipo de protección, de manera que cuando el propietario de la finca decide implantar un nuevo olivar o establecer otro tipo de cultivo estos formidables seres vivos son trasplantados y acaban adornando rotondas, urbanizaciones o parques.
Hace unas semanas, sin embargo, tuve la oportunidad de pasear por uno de estos viejos olivares centenarios, de enormes y torcidos troncos, en ocasiones huecos, incluido en el año 2014 en la lista de Árboles Singulares de Extremadura. Me estoy refiriendo al olivar que, según aparece en el Decreto que declaró en el citado año 17 nuevos árboles singulares, ocupa las Parcela 299 del Polígono 2 y la Parcela 334 del Polígono 8 del término municipal de Orellana de la Sierra (Badajoz).
Al motivo por el que este olivar ha sido incluido en esta lista, la monumentalidad de algunos de sus olivos así como el alto valor paisajístico y etnográfico, hay que añadir la gran superficie que ocupa; según he podido comprobar mediante las herramientas que ofrece el Visor SigPac, las dos parcelas citadas suman un total de 75 hectáreas aproximadamente. Estamos, por tanto, ante una enorme plantación presumiblemente varias veces centenaria compuesta por decenas de retorcidos y vetustos ejemplares que se extiende por la falda de la sierra, convirtiéndola a su vez en un lugar singular.
El paso inexorable de los años, las técnicas de poda inapropiadas, el actual abandono en que se encuentran algunos ejemplares, las sequías o los fuertes vientos se han unido para regalarnos este legado repleto de belleza, esa ajada corteza que muestra huecos y protuberancias, esos rugosos y torcidos troncos, que en ocasiones, aparecen unidos al suelo apenas por un trozo de madera seca aparentemente muerta...
El paso inexorable de los años, las técnicas de poda inapropiadas, el actual abandono en que se encuentran algunos ejemplares, las sequías o los fuertes vientos se han unido para regalarnos este legado repleto de belleza, esa ajada corteza que muestra huecos y protuberancias, esos rugosos y torcidos troncos, que en ocasiones, aparecen unidos al suelo apenas por un trozo de madera seca aparentemente muerta...
encina la nieta. torre de santa maría. cáceres. La Nieta está viva, aunque presenta irreparables y evidentes daños tras aquella noche de fuertes vientos. Además, se ha instalado una valla de madera alrededor de su perímetro para evitar el pisoteo de los curiosos. Igualmente se han eliminado los matorrales que tanto afeaban el entorno del monumental ejemplar y algunos restos de vallas de alambre de espino, que impedían acceder a la parcela.
el jardín de las antigüedades
Hay un jardín en Mérida, escondido y desconocido por la mayoría de los turistas, que recibe el sugerente nombre de "jardín de las antigüedades". Este lugar fue creado a principios del siglo XVIII por el historiador Agustín F. Forner y Segarra y por fray Domingo, un fraile del Convento de Jesús, para preservar las numerosas muestras arqueológicas que ofrecía el subsuelo emeritense.
Pero yo me quedo unos segundos observando sus gruesos y tortuosos troncos, los huecos que el paso del tiempo ha ido socavando en ellos, las rugosidades de la corteza y las caprichosas formas que esta ha ido adquiriendo...
encina la terrona. cáceres.
Atendiendo a la definición expuesta anteriormente está claro que la Encina La Terrona tiene bien merecido pertenecer a este grupo puesto que supera con creces las características exigidas. Lo más llamativo sin duda es la edad que se le atribuye, 800 años, convirtiéndola en la encina más longeva. En cuanto a su tamaño, resulta espectacular.
árboles singulares y casi singulares de extremadura.
Recordemos que se consideran árboles singulares aquellos ejemplares o formaciones vegetales que sean representativos por su rareza numérica, dimensiones excepcionales o pro su interés histórico o cultural.
roble de la nava. El Roble de la Nava es un monumental ejemplar de Quercus pyrenaica que se encuentra en una preciosa dehesa situada en la bonita y estrecha carretera que une Berzocana y Logrosán. Según la cartelería próxima este roble melojo o rebollo tiene una edad aproximada de 400 años, un diámetro de copa de 29 m. y un perímetro de tronco de 4.55 m. La altura total es de 19 m.
roble de la nava. El Roble de la Nava es un monumental ejemplar de Quercus pyrenaica que se encuentra en una preciosa dehesa situada en la bonita y estrecha carretera que une Berzocana y Logrosán. Según la cartelería próxima este roble melojo o rebollo tiene una edad aproximada de 400 años, un diámetro de copa de 29 m. y un perímetro de tronco de 4.55 m. La altura total es de 19 m.