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viernes, 14 de noviembre de 2014

extremadura; turismo cultural y patrimonio natural. la serena desconocida.

Como os contaba hace unos días, el próximo 22 de Noviembre se va a celebrar en Trujillo, concretamente en la sede de la Fundación Xavier de Salas, una reunión de blogueros, con objeto de debatir sobre la relación existente entre turismo cultural y patrimonio natural, y sobre la importancia de ambos como recursos turísticos. Durante este encuentro tendrá lugar la intervención de varios blogueros cuyos blogs están relacionados, de alguna manera, con el medio ambiente y/o la cultura.

Además, a lo largo de la jornada, la Dirección General de Turismo va a presentar el libro Extremadura; turismo cultural y patrimonio natural, confeccionado con las aportaciones de los blogueros que han querido colaborar en dicha publicación, entre los que me encuentro. En dicha publicación se han incluido más de 30 artículos. A continuación podéis leer un resumen de los dos artículos que envié para dicha publicación. 



La Serena desconocida. La presa antigua de Zalamea de la Serena.

Habitualmente solemos aprovechar los fines de semana para conocer mejor los numerosos tesoros que esconde la tierra extremeña. De esta manera,  poco a poco, hemos descubierto que la comarca de la Serena, cuenta con un patrimonio natural bastante destacable y con ciertos lugares que bien merecen una visita. No olvidemos que las llanuras, dehesas y sierras que conforman su territorio, son cada vez más frecuentadas por los aficionados a la fotografía de aves. Nosotros mismos hemos podido ver varias veces, los bandos de grullas bajo las encinas de las hermosas dehesas de Monterrubio de la  Serena. Además, en cierta ocasión durante alguna ruta senderista por la abrupta Sierra de Tiros, tuvimos la suerte de observar una pareja de cigüeña negra en la proximidades de Castuera.

Pero esta vasta comarca, además de esa riqueza natural, posee también un variado y rico patrimonio cultural, que se nos ha ido mostrando durante estos años. Pinturas rupestres, yacimientos tartesios, fortificaciones romanas, o castillos de origen árabe salpican su geografía, proporcionando a esta comarca un importante valor añadido.

Entre éste patrimonio quiero destacar, quizás por desconocido, una preciosa presa situada en las cercanías de Zalamea de la Serena, que descubrimos hace ya algún tiempo y de manera casual, una soleada tarde de octubre. Porque, lo en principio era un simple paseo por las inmediaciones de aquél embalse nos deparó una agradable y monumental sorpresa. Ante nuestro ojos se erguía una enorme pared, apoyada en poderosos contrafuertes, y una edificación adosada a la presa, que parecía albergar un molino hidráulico en su interior. Cuatro arcos de desagüe completaban el conjunto. De nuevo la casualidad nos había llevado a encontrar, en medio de la insólita comarca pacense de la Serena, una presa no menos insólita.

Por la noche, ya en casa, todavía sorprendido por la belleza del conjunto puede encontrar, con bastante dificultad, algunos datos sobre esta magnífica obra de ingeniería hidráulica. Parece ser que esta presa fue construida entre 1780 y 1816, para embalsar el río Ortigas y mover las piedras de varios molinos construidos aguas abajo. Los impulsores de la obra fueron el Marques de Casamena y las Matas y el Conde de Torre Arce. 

Manuel Díaz Mata y José A. García-Diego clasifican esta presa en el apartado de presa extremeña de contrafuerte construida entre los siglos XVI y XVIII, dándoles una altura de 17 metros y una longitud de 113 metros. Así mismo estiman el volumen de agua embalsada en 0.2 hectómetros cúbicos y la describen como la más hermosa de todas las del siglo XVIII. Debería ser declarada cuanto antes bien de interés cultural.



La tremenda sorpresa que nos llevamos aquella tarde no hizo más que confirmarnos el enorme potencial turístico que posee la comarca de la Serena. La hermosa presa de la Charca de Zalamea era otro ejemplo a sumar a los muchos elementos que ya conocíamos. Y a otros muchos que nos quedaban por conocer...

La Serena desconocida. Dos yacimientos tartesios en un paraiso ornitológico.

La inmensa comarca de la Serena, situada en el Este de la provincia de Badajoz, cuenta con dos importantes recursos turísticos; el turismo ornitológico y el turismo cultural centrado en las antiguas construcciones o turismo arqueológico.

Respecto al primero se puede decir que dicha comarca toma cada vez más relevancia dentro de los destinos turísticos, centrándose dicha actividad en clara expansión. La existencia de grandes embalses, de algunas pequeñas sierras y de ciertas manchas de dehesas hacen posible la observación de muchas especies de aves. Sin embargo, desde este punto de vista, el mayor atractivo reside en la existencia de grandes extensiones de estepa antropogenica y la presencia de aves asociadas a dicha estepa.

Pero desde el punto de vista de los recursos turísticos, la Serena presenta también otros atractivos menos conocidos pero igual de interesantes. Me refiero en concreto a la existencia de dos yacimientos arqueológicos excepcionales, construidos y habitados hace dos mil quinientos años por una aristocracia de ascendencia tartesia muy influenciada por griegos y fenicios.

El santuario de Cancho Roano se encuentra en el término municipal de Zalamea de la Serena, mientras que el edificio protohistórico de la Mata pertenece al término municipal de Campanario. Ambos distan entre sí dieciocho kilómetros en linea recta, presentando entre ellos muchas similitudes, como su orientación este, su cronología, sus dimensiones y su planta cuadrada, los fosos que rodean sus murallas y el carácter aristocrático de las construcciones.

Cancho Roano, sin embargo tuvo un uso religioso y comercial, mientras que la Mata estaría más orientado al aprovechamiento agrícola, ganadero y cinegético. La Mata sería, por tanto, una hacienda señorial, que tendría el aspecto de una fortaleza de dos plantas, rodeada de una muralla y un foso. En el interior, ademas de la correspondiente zona residencial, habría estancias dedicadas a almacén y a la realización de las labores de transformación de los productos.


   

Por su parte, el santuario de Cancho Roano estaba construido en piedra y adobe, presentando en su fase final un enlucido exterior e interior de arcilla. Su planta era cuadrada y utilizaba las aguas del arroyo Cagancha para surtir a sus pobladores y al foso excavado alrededor de la sacra construcción. La existencia de una estela decorada a modo de escalón en la entrada al templo hace pensar que probablemente, el origen del santuario sería la tumba de un guerrero indígena. Sobre este enterramiento los nuevos pobladores construirían un santuario, modesto y pequeño, del que se conserva un altar, y sobre él, un tercer edificio. Sobre este, a su vez, un cuarto, que el que podemos ver en gran parte hoy día. Finalmente el santuario fue incendiado, enterrado y abandonado tras los augurios de lso sacerdotes o brujos, motivo por el cual el edificio nos ha llegado en muy buen estado. Las excavaciones, no obstante, no han podido determinar con exactitud los dioses que se veneraban en el interior del palacio, aunque algunos investigadores dan a la mujer un papel muy importante. Tal vez sus moradores fueran sacerdotisas consagradas a alguna deidad desconocida. Otros estudiosos destacan también la presencia de numerosas estatuillas de caballos y objetos relacionados con su monta, lo que hace pensar en la diosa Astarté, representada habitualmente junto a este animal.

Como se puede observar, Naturaleza e Historia se unen para hacer de la comarca de la Serena un destino más que interesante.

5 comentarios:

  1. ¡Hola Jesús!

    Ya queda menos para el V Encuentro. Para el encuentro, pero también para conocernos en persona, para presentar nuestros blogs conjuntamente, para charlar y debatir con multitud de blogueros más y, en defnitiva, para pasar una estupenda y entrañable jornada en Trujillo.

    En cuanto a tus artículos, me han gustado mucho. No conocía en absoluto la presa sobre la que has centrado uno de ellos. Te entiendo y comprendo tu sorpresiva reacción al dar con ella mientras paseabas por La Serena. Es parte de la magia que tiene Extremadura: guardar mil monumentos desconocidos entre sus sierras y dehesas, que esperan pacientemente al visitante que quiera llegar hasta ellos, en plena simbiosis entre cultura y naturaleza. Justamente ésa es la temática del encuentro, y la idea que seguramente salga respaldada tras la celebración del mismo. Esperemos ayudar a ello, en pro de esta magnífica región.

    ¡Nos vemos en Trujillo! ¡Un abrazo!

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  2. Pues si. En Trujillo nos veremos y tendremos posibilidad de intercambiar opiniones e inquietudes en lo que promete ser una mañana para enmarcar.

    !Saludos y un abrazo!

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  3. Envidiono poder estar en ese encuentro...seguro que el ambiente de convivencia será fantástico. Trujillo la pude visitar hace dos años y es un lúgar precisoso.

    Besos

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  4. ¿Dónde se puede conseguir el libro? Gracias

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