Dicen que la cabra tira al monte. Por eso una de mis aficiones es subir a los riscos de las comarcas de la Serena y de la Siberia y saltar entre las piedras y los restos de las antiguas fortalezas islámicas que habitualmente ocupan estas cimas.
Hace unas semanas subimos a la sierra de Lares buscando los restos de Al Laris, una ciudadela bereber de 8 hectáreas de superficie que permanece semienterrada en lo alto de dicha sierra. Habíamos sabido de su existencia y de los restos de una iglesia templaria gracias a un bonito articulo aparecido recientemente en el diario Hoy. (Ya en diciembre de 2010 se hizo un comentario en este mismo blog que hacía referencia a los restos de un castillo situado en la cima de la citada sierra)
Una vez allí, tras dar buena cuenta de los consabidos bocadillos y contemplar el enorme embalse de la Serena y las lejanas sierras que lo rodean, intentamos imaginar durante un rato como sería aquella población construida en un lugar tan irregular, tan inexpugnable y tan alto.
Creo que por un momento lo conseguimos y vimos los torreones asomándose al vacío, las estrechas y empinadas callejuelas, las escaleras de piedra que salvaban los acusados desniveles y los típicos arcos que delimitaban las distintas zonas... Vimos también como gente de distintas razas pululaban por un pequeño mercado donde los mercaderes, a gritos, ofrecían esencias y especies, carnes y salazones, lujosas ropas y los más diversos utensilios... Todo ello ante la atenta mirada de algunos fornidos y bien pertrechados soldados que hacían la ronda para evitar posibles altercados. Fueron unos segundos, pero valió la pena.
Tal vez así fueran las callejuelas de Al Laris. |
Al parecer, es más o menos constatable la existencia de un núcleo islámico en este promontorio desde el siglo VIII hasta el siglo XIII. Posteriormente el lugar fue ocupado sucesivamente por los monjes guerreros templarios y por la Orden de Alcántara, hasta que finalmente tuvo lugar el abandono de la fortaleza cuando desapareció la necesidad de mantener un enclave militar en la zona.
Hoy día se pueden ver trazas de murallas y los arranques de distintos torreones aunque es difícil precisar si dichos restos pertenecen a la época islámica. Igualmente quedan en pie algunos paredones de una iglesia atribuida a la Orden del Temple y un aljibe bastante bien conservado.
Galizuela y la sierra de Lares. |
Arranque de las defensas, asomándose al vacío. |
Aljibe. |
Restos de la iglesia templaria. |
Pero quizás, lo más atractivo de esta elevación es el increíble panorama que en todo momento se divisa desde allí arriba. Por un lado, buena parte de la comarca de la Siberia. Por el otro, las calmas aguas del interminable embalse de la Serena y las lejanas sierras azules por donde resbalan los caseríos de Capilla, Benquerencia o Magacela, nacidos a partir de los asentamientos establecidas por las distintas tribus bereberes que arribaron a estas tierras allá por el siglo VIII...
Embalse de la Serena. |
Embalse de la Serena y Cerro Masatrigo. |
Al fondo, Esparragosa de Lares y el castillo de Puebla de Alcocer. En primer plano, Galizuela. |
En la Serena, como en toda Extremadura, los territorios conquistados fueron cedidos a las ordenes militares, las cuales ocuparon las fortalezas que permanecían en pie y construyeron otras. Hoy día seis de aquellos castillos permanecen aun visibles desde la lejanía, orgullosos del papel que la Historia les reservó. Otros, como los de Lares y Arsa, cayeron en el olvido...
Era costumbre de la época castillos y poblaciones en lugares altos y escarpados para así a segurar su defensa.
ResponderEliminarUn buen paseo por la Naturaleza, para realizar un estupendo trabajo de investigación.
Que pases un buen fin de semana!
Un beso
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
muy bonitas las vistas! me gusta también la foto del callejón, llena de color, de vida y de un ambiente íntimo!
ResponderEliminarun abrazo
Uf, visité la fortaleza casi veinte años ha y compruebo, con pesar, que los paramentos de la iglesia (que era el único edificio reconocible como tal) han mermado considerablemente; se me cae el alma a los pies. Por aquel entonces, aún se distinguían en el suelo algunos enterramientos, dizque de los defensores templarios. Ignoro que queda de ellos.
ResponderEliminarConozco -o conocí- a un cierto flipado que aseguraba haber pasado una noche entre las ruinas del templo y las tumbas y haber tenido experiencias que llamaba paranormales. Vete a saber, a lo mejor es cuestión de probar (por mi parte, los experimentos, con gaseosa y en mi casa). El caso es que siempre se ha dicho en la comarca que el vecino cerro Masatrigo es un enclave privilegiado para el avistamiento de ovnis y esas cosas, en fin, allá cada cual; recuerdo, incluso, en la otrora revista municipal Zújar la publicación de un artículo: "Humanoides en la Serena", en que un intitulado ufólogo local -que aún pervive sin haber sido abducido- teorizaba sobre ello. Gente hay para todo, ya se sabe.
Verdaderamente, algo tiene de sobrenatural el enclave, dominado por la perfecta silueta cónica del cerro Masatrigo, que no parece obra de la naturaleza. Los que lo conocimos antes de la construcción del embalse de La Serena, recordamos un cono perfecto de altura doble de la que hoy puede verse emergida. Sobrecogedor en verano, vislumbrándose entre la calígine.
Muy curioso lo de los humanoides en Higuera de la Serena. Sorprendentemente hay bastante información sobre este caso en la red. Incluso Iker Jimenez le dedicó algunos minutos en su programa "Cuarto milenio"
Eliminarhttp://www.facebook.com/video/video.php?v=314851598595605
http://www.ikerjimenez.com/blog/mayo2012.html
http://twicsy.com/i/mmHtmb
Por cierto, el lugar donde supuestamente apareció el ovni se encuentra muy cerca de la ermita de Alta Gracia de la citada población.
http://extremosdelduero.blogspot.com.es/2012/03/ermita-de-alta-gracia-higuera-de-la.html
Y, por cierto, que el nombre de la aldea de Galizuela (= "pequeña Galicia") no es baladí, pues La Serena reconquistada a los muslimes se repobló, en gran parte, con gentes de Galicia, y así tienen claras reminiscencias galaicas los propios topónimos Masatrigo y Lares (posiblemente, la castellanización de la localidad orensana de Allariz -por cierto, una de las etapas del camino mozárabe hacia Santiago). Tampoco es difícil encontrar la ascendencia gallega que pervive, incluso, en apellidos tan exclusivos de La Serena como los muy villanovenses Barrantes (localidad de Pontevedra) o Tejeda (bosque de tejos, árbol sagrado de los pueblos célticos y que no se encuentra en Extremadura).
ResponderEliminarHola Jesús,
ResponderEliminarUn abrazo
Cristina