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viernes, 8 de marzo de 2013

elvas. alentejo. portugal.



Hay veces que cuando te estas yendo de un lugar, de alguna manera, sabes que vas a volver. Elvas es, por varias buenas razones, uno de esos lugares. Es Patrimonio de la Humanidad, presenta un sistema abaluartado defensivo que puede estar entre los mayores del mundo y conserva un acueducto, construido al parecer entre 1498 y 1622, de varios kilómetros de longitud. Además, podemos encontrar en sus calles todo el sabor de la arquitectura portuguesa y está casi a tiro de piedra de Badajoz.

Elvas perteneció a la Lusitania romana y posteriormente al reino de Taifa de Badajoz, incluido en ese inmenso, lejano y desconocido territorio que los cristianos llamaban Extrema Dorii. Después la Historia modificó las fronteras y la ciudad quedó en el lado portugués. Pero fue precisamente su cercanía a la frontera española lo que cambió definitivamente la fisonomía de su arquitectura ya que fue dotada de un impresionante sistema defensivo en forma de estrella para proteger la ciudad de los asedios de los ejércitos españoles. 

Castillo de Elvas, de origen islámico. 
Picota del siglo XVI, ante la Puerta del Trempe, una de las puertas de acceso
 al recinto amurallado  medieval.

Dicho conjunto, construido alrededor del viejo castillo y del centro histórico, data de principios del siglo XVII y es un tremendo sistema defensivo de gruesas murallas diseñado por ingenieros holandeses para resistir las embestidas del ejercito más potente. De hecho, Elvas nunca fue tomada a pesar de que durante siglos se fueron sucediendo, una tras otra, diversas guerras entre portugueses y españoles y la ciudad fue sometida a varios asedios. Además, en los alrededores se levantaron varios fortines, situados sobre puntos elevados y estratégicos. Entre ellos destacan los fuertes de Santa Luzia y y de Nossa Senhora da Graça.

Garita del conjunto de baluartes.
Una de las puertas del entramado defensivo. Los portugueses llaman
a este cinturón de murallas  Muralhas Seiscentistas.
El  conjunto recibe el nombre de Praça-forte de Elvas.
Fortin de Santa Luzia.

Otro de los elementos constructivos destacados en Elvas es el acueducto de Amoreira. Como podéis ver en las siguientes imágenes, es una obra monumental que mide, según la web de la Cámara Municipal de Elvas, más de cinco kilómetros. Además tiene 1367 metros de galerías subterraneas.

José Saramago lo describe de esta manera; Es imposible hablar de Elvas sin hablar del acueducto de Amoreira. Hable, pues, hable de él el viajero para decir que es una asombrosa obra, con sus ochocientos cuarenta y tres arcos de albañilería, dispuestos en ciertos tramos en cuatro ordenes. Más de cien años se tardó en construir (ciento veinticuatro para ser exactos) y siempre el pueblo de Elvas pagó su real de agua. Cuando en 1622 la Fuente da Vila empezó al fin al correr, se pudo decir que los habitantes de Elvas habían sudado bien ese agua. (Viaje a Portugal)





Después de leer a Saramago, ¿qué más añadir? Solo que la noche se nos echó encima y el frío nos empujo a los coches, de modo que no pudimos disfrutar de esta obra como se merecía. Otra razón para volver.

4 comentarios:

  1. Recuerdo muy bien esta ciudad.Fue la última que visitamos en un Circuito Galicia-Portugal.

    En esta ciudad fue donde me gustó más la comida de todos los restaurantes que vistamos dentro de la zona portuguesa, lo que no recuerdo es el nombre.

    Besos

    http://ventanadefoto.blogspot.com.es/

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  2. Allí cerca hay un pueblo muy bonito, que es Estremoz. Y en Elvas en su momento, había una Pousada, equivalente a Paradores, en la que se podía probar la gastronomía portuguesa propia de la zona.

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  3. hermoso paísaje y bellíssimas tomas!
    un abrazo

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  4. Sigo, como ves, tus andanzas. Que, aparte de los sabrosos y eruditos comentarios, vienen siempre acompañadas de un material gráfico muy sabroso. Qué envidia, queridos Anabel y Jesús, poder caminar por esos campos, contemplar esas ruinas que vosotros rescatáis del olvido, callejear por esas entrañables poblaciones... Un abrazo

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