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jueves, 17 de noviembre de 2011

cancho roano. un lugar de culto.



Independientemente del origen, más o menos incierto, de los constructores y moradores de Cancho Roano, los hallazgos arqueológicos han permitido a los investigadores recrear con bastante exactitud como sería la última fase del santuario tartésico. Construido en piedra y adobe y enlucido con arcilla, el conjunto tiene planta cuadrada (23x23 m.) y está situado en un terreno llano, rodeado de viejas encinas y algunos olivos, junto al arrroyo Cagancha. Este curso de agua surtiría de agua a sus pobladores y al foso que excavaron alrededor de la sacra construcción. Actualmente el yacimiento se encuentra cubierto por una antiestética pero necesaria cubierta que lo protege de los elementos meteorológicos adversos.




En realidad, Cancho Roano son cuatro construcciones superpuestas. Al menos así lo afirman los distintos arqueólogos que desde 1978 han intervenido en las excavaciones. El origen, según algunas hipótesis, podría ser el túmulo o enterramiento de un importante guerrero, a juzgar por los restos encontrados y por la estela funeraria que se encuentra formando parte de la escalera de acceso. En dicha estela aparece un guerrero situado junto a una serie de círculos concéntricos, similar a esta que veis a continuación, encontrada en el mismo marco geográfico.




¿Podrían estos círculos representar a la legendaria Atlántida, descrita por Platón como una serie de canales concéntricos en cuyo centro se encontraría un templo erigido para el culto a Poseidón?

Posteriormente se construiría un santuario, modesto y pequeño, del que se conserva un altar y sobre él un tercer edificio. Sobre este, a su vez, un cuarto, que es el que podemos ver en gran parte hoy día. Finalmente el santuario fue incendiado, enterrado y abandonado. Se desconoce el motivo exacto de este abandono aunque es de suponer que formaría parte de un ritual motivado por los augurios de los sacerdotes o brujos, que tanta influencia ejercerían sobre los pobladores autóctonos. Precisamente este enterramiento y posterior abandono es lo que ha propiciado que el edificio nos llegara en tan buen estado.

Estas fotos muestran el primitivo altar donde se celebraban las ceremonias religiosas, relacionado por algunos estudiosos, como M. Maira Gil Camarón, con la imagen de la diosa egipcia Tanit.




El hecho de que hubiera cuatro fases constructivas diferentes a lo largo del tiempo dificulta bastante la descripción del edificio. Las dos primeras fases, el enterramiento citado anteriormente y el santuario del altar circular, son poco conocidas por los arqueólogos puesto que su estudio implicaría la destrucción de las construcciones superpuestas. A estas le seguirían dos santuarios bastante complejos, con distintos niveles y con zonas bien diferenciadas de distintos usos; de almacén, de residencia y de uso religioso.

Las estancias dedicadas a este último uso, es decir, a la realización de los diferentes rituales y ofrendas, son las más interesantes y las que más pueden aportar para entender las inquietudes y creencias de este fascinante pueblo, que habitó esta zona de Extremadura hace unos 2500 años. Y sobre todo, para entender que llevó a estos hombres a levantar un santuario tartésico-fenicio en mitad de la Serena...




3 comentarios:

  1. Qué interesante!.
    Búsqueda incesante, sin cejar.
    Feliz fin de semana
    Un abrazo
    Cristina

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  2. A ver si alguién algun día nos sabe explicar por qué se construyó ahí ese templo.
    Un beso.

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  3. Busca la presencia del agua en el santuario y sus cualidades para explicar por qué se construyó ahí

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