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domingo, 31 de julio de 2011

el constructor de catedrales. uno



Un poco por casualidad, aquél caluroso domingo de octubre, tras dar un bonito paseo por Trujillo, fuimos a parar a una iglesia abandonada en las afueras de esta localidad. Mi amigo Jose, uno de mis compañeros de "aventuras" y yo, accedimos con recelo al interior del templo y tras avanzar por los escombros pudimos subir por una escalera a la parte media de la torre, pero en seguida el sentido común nos hizo descender ante el evidente peligro de derrumbe. Como podéis ver en las imágenes, el estado del edificio es lamentable, lleno de cascotes, invadido por la maleza y desprovisto de la techumbre.

Posteriormente, a través de una pequeña escalera pudimos entrar también, en la sacristía, donde sorprendentemente todavía se conservan algunos esgrafiados. He de decir que no nos entretuvimos mucho en fotografiar ni en admirar, gracias a la luz de un mechero, estos esgrafiados ya que cuando nos dimos cuenta que lo que crujía bajo nuestros pies eran huesos salimos a toda prisa del recinto.

Después, cuando llegué a casa, pude leer que este edificio había sido construido durante la segunda mitad del siglo XVI gracias al obispo Gutierre de Vargas Carvajal, cuyo escudo se puede observar sobre la puerta de la sacristía, y que fue dedicado a Santo Domingo. El motivo de su ruina, una vez más, la invasión de las tropas napoleónicas y las sucesivas desamortizaciones de los siglos XVIII y XIX. El autor, Francisco de Becerra, cristiano viejo y natural de Trujillo; de oficio constructor de iglesias, palacios y catedrales...

Pues eso. Que Ken Follet pudo haber situado por aquí parte de "Los pilares de la tierra" porque en Trujillo nació, se crió y se formó profesionalmente Francisco Becerra, uno de los más importantes "arquitectos" que hubo en las Indias. A Francisco Becerra se deben, por ejemplo, las catedrales de Lima y de Cuzco además de otras numerosas obras en otros lugares de lo que actualmente conocemos como México, Perú o Ecuador. Eso si, estas catedrales se levantaron algunos siglos más tarde que la trama novelada por el británico.

Pero, volvamos a Trujillo y situémonos en 1566. Francisco Becerra suda bajo su ropa mientras comprueba el trabajo que realizan los alarifes que su padre ha contratado. Algunos de ellos llevan toda la vida con su progenitor y aunque llevan nombres y apellidos castellanos todos saben que su sangre y su procedencia son bien distintas. Desde el lugar elegido para construir la iglesia de Santo Domingo se pueden ver, a su espalda, las imponentes murallas de Trujillo y al frente, los interminables berrocales de la llanura, de donde se extraen las piedras que servirán para levantar los numerosos palacios y templos que se están construyendo en la ciudad. Todo marcha a la perfección y quizás por ello se deja llevar por unos momentos y recuerda la piel morena y suave y la sonrisa de Juana Gonzalez de Vergara, su joven esposa, con la que se ha casado hace unos meses y a la que ha prometido que en cuanto tengan ocasión viajarán a las Indias...

Los chirridos de las pesadas carretas cargadas de materiales y los gritos de los boyeros devuelven a Francisco a la realidad. Su padre se halla muy enfermo y pronto será el responsable de todo, piensa mientras comprueba que los andamios de madera se hallan bien sujetos y no se desplomarán. Llevará a cabo importantes obras. Tendrá a muchos hombres a su cargo. Se convertirá en un maestro respetado y tal vez envidiado. Viajará a Sevilla por el interminable camino empedrado que construyeron los romanos siglos atrás y subirá con su mujer a una de esas imponentes naves que cruzan el océano para reunirse con otros maestros trujillanos que partieron hacia las Indias hace ya algún tiempo.

Francisco nunca ha visto el mar. Apenas se ha alejado de Trujillo, todo lo más ha estado en Herguijuela donde su padre levantó hace unos años la iglesia parroquial, a partir de los precisos dibujos que había confeccionado una tarde en que se hallaban guarecidos en un establo de una torrencial lluvia. Estamos de suerte, Francisco, murmuraba mientras trazaba con destreza las lineas de lo que iba a ser su próximo trabajo. Esta iglesia nos asegura el sustento durante muchos meses...

Pero ahora Francisco, el Mozo, como es conocido en el gremio por acompañar a su padre desde temprana edad, está bien ocupado en que las obras de Santo Domingo sean del agrado de los descendientes del prelado y acaben antes de que el otoño traiga las negras nubes cargadas de agua...

Puerta de la sacristía. Iglesia de Santo Domingo.

Escudo del obispo Gutierre de Vargas Carvajal, impulsor de las obras. Al parecer este religioso falleció antes de ver acabada la Iglesia.

Friso de esgrafiados a la cal en el interior de la sacristía de Santo Domingo.

Mensula. Arranque de los nervios que sostenían las bóvedas, hoy desaparecidas.

Interior del templo de Santo Domingo, invadido por la maleza y por los escombros.

11 comentarios:

  1. Hola Jesús! Qué sorpresa me he llevado al ver tu nueva entrada! Y es que en esta iglesia he estado, y tenía preparada las fotos para publicar una entrada en un futuro próximo. Parece que te has adelantado, pero me alegro, sobre todo al leer la maravillosa entrada que nos has dejado, con esa narracción tan documentada y tan bien compuesta. Efectivamente los huesos que inundan la sacristía provienen de la cripta, que está debajo. Yo entré allí abajo, por las escaleras que parten al fondo de la sacristía, con la luz de una linterna, y sorprendentemente en la cripta no quedan huesos algunos. Parece que todos los profanaron y sacaron, tirándolos después en la planta superior. Sobre los esgrafiados intenté, respetando los restos de aquellos pobres difuntos que allí permanecen, tomar el mayor número de imágenes posibles. El calvario que allí permanece es precioso. Uno de los mejores esgrafiados que he visto, y muy parecido a otro que se conserva en los restos de la iglesia de San José, en el cementerio trujillano. Y a la torre, subí, hasta la espadaña. Muy peligroso sí que es, pero quien me conozca ya sabe que parezco "perico sin miedo". Las vistas, únicas, sobre el castillo, el camino de Cáceres, etc.
    Una vez más, mi enhorabuena por tan buena entrada, por tan buena narración, y sobre todo por publicar algo sobre este monumento que desgraciadamente está olvidado, abandonado y en ruina progresiva, pero que aún conserva parte de su esplendor y belleza.
    Un saludo!

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  2. Hola, Samuel, siento haberme adelantado pero seguro que podrás aportar importante información sobre esta iglesia o enfocar el tema desde otro punto de vista.

    Respecto a la iglesia; no vimos la escalera que baja al osario. No fue agradable sentir los huesos bajo nuestros pies y salimos literalmente, corriendo. Hice también algunas fotos de los esgrafiados, con sorpresa incluida. Te puedo adelantar que a Iker Jimenez y a los aficionados a Cuarto Milenio le gustaría mucho...Bueno en realidad es una tontería que publicaré en la segunda o tercera entrada de esta entrada, dedicada a los esgrafiados de Santo Domingo.

    Hasta pronto Samuel, y gracias por tus visitas y tus amables comentarios.

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  3. Gracias, Jesús

    He visto esta iglesia varias veces desde la distancia pero nunca me he acercado. Ahora has reavivado mi interés con este documento.

    Estoy deseando ver la segunda parte

    Un abrazo

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  4. Hola Jesús, me ha impresionado la foto de los esgrafiados, ¡qué calidad!, es una pena que se pierda todo esto. Un saludo.

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  5. Hola de nuevo Jesús! Creo que sé a qué te refieres con lo de las sorpresas en las fotos... Je je je! A mí me pasa bastante a menudo, y en este lugar especialmente, que en las fotos de interiores oscuros, como esta sacristía, salen pequeños puntos de luz, algunas veces llegan incluso a asustar. Uno de los mejores ejemplos que tengo lo puedes ver en la tercera foto de la primera de las entradas que publiqué sobre los azulejos de la Capilla del Espíritu Santo de Olivenza, con un enorme punto de luz en medio de la capilla. Yo quiero pensar que son las partículas de polvo que hay suspendidas por la estancia, que se reflejan con el flax de la cámara. Pero digo eso, "quiero pensar...". La verdad, no la sé, y si sumamos que suele ocurrir en sitios donde sabemos que hay enterramientos, otras personas podrían dar otra respuesta... Ya estoy esperando esa entrada sobre los esgrafiados. Si hiciste pocas fotos, puedo pasarte algunas. No tienes más que decírmelo y ya lo hablamos.
    Un saludo!

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  6. Hola Samuel.

    Efectivamente se trata de una luz muy parecida a la que aparece en la foto que hiciste en Olivenza. Pronto la verás por que ya casi tengo lista la entrada de los esgrafiados. Creo que es como dices, una mota de polvo aunque ¿quién sabe...? Que casualidad que aparezcan en esos sitios ¿verdad?

    Gracias por ofrecerme alguna foto pero como digo ya tengo la entrada casi preparada y creo que las que hice me pueden valer por que salieron aceptables para la oscuridad que había. Además he recortado y ampliado ciertos detalles y como digo pueden valer. Si tienes alguna que pueda aportar algo más me lo dices, vale?. Gracias de todos modos.

    Un saludo y hasta pronto, Samuel.

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  7. Hola Jesús!
    Ok, como tú quieras. Ya tengo ganas de ver la siguiente entrada y las fotos de los esgrafiados. Si veo que tengo alguna que pueda aportar algo, como me mencionas, descuida que te lo haré saber. Por cierto, la iglesia abandonada y anexionada al cementerio trujillano no es de San José, sino de la Vera Cruz. Error mío. Allí sobrevive un esgrafiado bastante parecido a los de Santo Domingo. Esta semana quería publicar una nueva entrega de los tesoros del camino, y no sabía qué poner. Quizás me decante por este esgrafiado, para que lo conozcas y complemente en cierto sentido tu próxima entrada.
    Un saludo!

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  8. La próxima vez que vaya a Trujillo intentaré ver la iglesia a la que te refieres. Pero esta vez iré bien documentado si publicas tan bien como sueles hacerlo...

    Saludos, Samuel.

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    Respuestas
    1. Hace tiempo que leí Los Pilares de la tierra. Desde entonces cada vez que vamos a una catedral o iglesia me imagino su construción y admiro más aquella gente que con tan pocos adelantos hicieron esas magníficas obras. La Catedral del mar, también nos mete en ese ambiente.
      Un beso

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  9. Yo vi estas ruinas y saqué fotos de los esgrafiados en el otoño de 1995. Soy norteamericana y estaba en Trujillo de visita con un grupo de estudiantes. Me aparté de mis compañeros para ver la iglesia...en aquella época ya se habían sacado los huesos de la cripta y estaban amontonados en medio de la sacristía. Bajé a la cripta, pero me daba miedo y subí corriendo. Según las fotos que veo aquí, los esgrafiados han cambiado muy poco desde entonces...menos mal que el deterioro ha sido lento, al menos hasta ahora. Espero volver a verlas algún día.

    Muchísimas gracias por subir las fotos, llevaba varios años buscando información en internet sobre esta iglesia. Un abrazo desde EEUU.

    Natalia

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