Siempre me han atraído los viejos molinos harineros, abandonados, invadidos por las zarzas y expoliados de su maquinaria, que todavía subsisten en las orillas de nuestros ríos... Por toda Extremadura hay valiosas muestras de estos molinos, cada uno de ellos construidos con distintos materiales y con una tipología diferentes según la zona. Muchos, demasiados, apenas conservan restos de sus muros. Otros todavía se conservan bastante bien aunque lógicamente están en desuso o cumplen una función distinta de la que fueron concebidos.
Normalmente estos molinos se construían en el cauce de un río o arroyo y aprovechaban la fuerza del agua para mover una compleja maquinaria que con el tiempo se iría perfeccionando. Para poder controlar el agua, en ocasiones se levantaban presas, como en Campanario (Badajoz), donde aguas abajo de la Presa del Paredón, de origen romano, existían al menos catorce molinos. Estas construcciones incluso dieron nombre al cauce de agua donde se construyeron; Arroyo del Molar.
No muy lejos de allí, en el río Zújar, existen todavía algunos molinos harineros, pero otros muchos desaparecieron para siempre cuando se construyeron los grandes embalses que ahora riegan las fértiles vegas del Guadiana. Las imágenes que siguen a continuación corresponden respectivamente al molino de Santa María del Zújar y al Molino del Capellán, ambos en el río Zújar.
Las fotografías siguientes muestran un molino, del cual no conozco su nombre, situado en un paraje singular y poco conocido, concretamente en el río Ortigas, muy cerca de Don Benito (Badajoz). Como se puede apreciar en la fotografía, aguas arriba existe un azud o presa construida seguramente con el fin de abastecer, de manera controlada, de agua al molino. (Azud, aceña, acequia...que bonitas palabras de inequívoco origen árabe, cada vez menos usadas y todas relacionadas con el agua...)
Este otro también está situado en el término municipal de Don Benito, concretamente en la finca municipal de Doña Blanca. Como se puede observar ha sido objeto de diversas restauraciones.
Otro lugar que debe su nombre a la existencia de los molinos es Arroyomolinos de Montanchez (Cáceres). No he podido constatar si existen molinos de este tipo en algún otro lugar. Estos curiosos ingenios, a los que se les podría denominar "de montaña", aprovechaban el desnivel de la sierra para conducir el agua mediante acequias, que finalmente al caer desde una cierta altura, movería las piedras de moler.
www.extremosdelduero.blogspot.com/2010/04/montanchez-caceres
Pero otras veces la maquinaria era movida por el viento. Al parecer hubo varios molinos de viento en Castuera (Badajoz). Creo haber reconocido la planta circular y restos de muros de algunos de estos molinos en una ladera del cerro donde se asienta esta localidad. Desconozco si en algún otro lugar de la geografía extremeña se ha documentado la existencia de molinos de viento.
El caso es que el hombre, desde tiempo inmemorial, se las ingenió para poder moler el grano. Bien mediante la energía eólica o gracias a la energía hidráulica, y anteriormente de modo manual, nuestros antepasados se valieron para realizar la molienda y obtener la harina, sustento principal del hombre durante cientos de años. Aquí y ahora, donde todo nos resulta tan fácil y donde nos impacientamos si un archivo tarda unos segundos en descargarse de la red, deberíamos detenernos, de vez en cuando, a pensar que no hace tanto tiempo todo era bastante distinto. Tal vez, de esta manera, sabríamos valorar mejor lo que tenemos.
Piedra de moler. Castro vetón de Villaviejas de Tamuja (Cáceres)
Santa Cruz de la Sierra (Cáceres). Zahúrda construida sobre posible chozo prerromano. En primer término se puede ver un hueco en la piedra utilizado hasta no hace muchos años como abrevadero para el ganado. ¿Pudo ser utilizado para moler el grano?
Gracias por la información, el molino de Capellan lo conozco y alguno que ya esta abandonado, pero no conozco el de Don Benito, ire a verlo.
ResponderEliminarSaludos
Ana. No te pierdas el molino que está situado en la finca la Serrezuela de Don Benito. Está situado en un sitio que te encantará.
ResponderEliminarHasta pronto.
Hola JEsús, yo también siento desde siempre una especial atracción por los miolinos y no puedo resistirme a entrar en ellos cuando los tengo cerca. Cerca de Villanueva, en el Zújar, también está el Molino de Felipe. En el Arroyo Molar está el Molino del Matarratas (que es el más cercano a Villanueva), que tuve la suerte de conocer casi recién abandonado, con sus utensilios colgados en las paredes, la maquinaria, etc...Después, he ido viendo como se fue deteriorando hasta convertirse en una ruina. Mi abuelo, que tenía una parcela al lado, intentó comprarlo, pero no pudo (creo que por haber sido expropiado cuando se hizo la concentración parcelaria y quedó en "tierra de nadie"). Un abrazo!
ResponderEliminarCuanta vida e historia entre esos muros y en esas piedras!
ResponderEliminarUn saludo
Cristina
Gracias por tu comentario, Cris.
ResponderEliminarAtanasio. Gracias a ti también. Tengo pendiente recorrer el Arroyo del Molar desde la presa del Paredón a su desembocadura en el Zújar "en busca de los molinos perdidos". No se si será posible con tantas obligaciones.
Un saludo y hasta pronto.