Pero vamos por partes, y empecemos por el castillo, de planta pentagonal, murallas de mampuesto, y un torreón situado en cada una de las esquinas, provisto cada uno de ellos de un capirote o pináculo que imagino añadido tal vez recientemente. Y son precisamente estos elementos los que otorgan la singularidad al conjunto, dado que no es frecuente encontrar en la península torreones con estos remates, como tampoco es habitual el gran número de troneras de cruz y orbe repartidas por las torres. (Se llaman troneras de cruz y orbe a las troneras en las cuales aparece una cruz sobre un círculo que representa el orbe, es decir, el mundo. Como sabéis, la cruz sobre el mundo es un motivo muy repetido a lo largo de la Historia en el mundo cristiano siendo muy obvia su simbología)
Tampoco deja indiferente la gran iglesia matriz construida en su interior y mucho menos su espectacular portada frontal, de estilo manuelino. Y en un lugar central, un crucero, con la Virgen dando el pecho a su hijo.
Alentejo, donde siempre quieres volver.