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jueves, 15 de diciembre de 2022

agua.



Las abundantes lluvias de la última semana y el consiguiente aumento de la capacidad de los embalses no deben hacernos olvidar que el problema de la sequía es un problema estructural al menos en la mitad sur peninsular. Muchos, la mayoría, somos conscientes de ello e intentamos en la medida de lo posible evitar el despilfarro del agua. 

Sin embargo, las autoridades son las que tienen en su mano un uso racional y sostenible del agua por parte de confederaciones hidrográficas, centrales hidroeléctricas y demás para evitar las penosas y deprimentes imágenes que suponen ver los embalses vacíos. 

Dicho esto, os dejo algunas fotografías del río Guadiana a su paso por Medellín tomadas unos días atrás. 






lunes, 12 de diciembre de 2022

encina la terrona, 800 años viendo pasar el tiempo...



Afirman los expertos que su edad es de unos 800 años. De hecho desde hace un tiempo necesita muletas para evitar el desgajamiento de sus enormes ramas principales, a la vez que una valla perimetral de madera impide el pisoteo de los senderistas que se acercan hasta allí y la consiguiente muerte de las raíces superficiales. 

El caso es que es probable que cuando se produjo la germinación de la bellota que dio lugar a tan bellísimo y grandioso ejemplar de Quercus Ilex, los ejércitos castellanos y las ordenes militares todavía no habrían ocupado lo que hoy es la provincia de Cáceres. O tal vez sí. Recordemos que la conquista de Cáceres se produjo en 1229 y la de Trujillo en 1233.

Después es posible que La Terrona viera desfilar -por el camino que une Salvatierra de Santiago y Zarza de Montánchez- tantos y tantos ejércitos que lamentablemente han pisado estas tierras; partidarios de Isabel de Trastámara o de la Beltraneja, comuneros o leales a Carlos I e incluso a algunos de los que se dirigían al puerto de Sevilla para posteriormente marchar a las Indias en busca de honor, poder y gloria.

Años después, tropas napoleónicas o pertenecientes al Ejercito de Extremadura, combatientes carlistas e isabelinos, o más recientemente soldados de uno y otro bando de la cruenta e injustificable guerra civil de 1936 quizás desfilaron junto a ella y/o descansaron bajo su sombra mientras sus monturas pastaban en la dehesa. Igualmente sería testigo de la huida atropellada de multitud de inocentes que tantas guerras -y también desastres naturales- conllevan. 

Pero, ¿quién sabe? Bajo su copa también habría consejos de padres a hijos, reuniones del concejo y yendo aún más lejos, palabras y declaraciones de amor. Ochocientos años dan para mucho...