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martes, 18 de junio de 2019

juromenha. vigilando el guadiana. alentejo. portugal.




Portugal no cesa de sorprendernos. Hace unos días, un poco por casualidad y gracias también a los consejos de la técnico que nos atendió en la oficina de turismo de Alandroal, nos acercamos a Juromenha, sin saber muy bien que nos íbamos a encontrar. Por eso la sorpresa fue mayúscula cuando, tras rebasar la puerta principal de la fortaleza, nos fuimos adentrando en un impresionante recinto abaluartado en ruinas situado en un alto, desde el cual se ejercería un control absoluto sobre el río Guadiana.  

Lo más asombroso es que la citada fortaleza acoge en el interior una iglesia, una ermita, una cisterna, las murallas y la torre del homenaje de un castillo medieval, así como los restos de numerosos edificios con función militar (barracones, prisión, residencia de oficiales, etc). Por supuesto, todo el sistema abaluartado responde a la tipología propia de este tipo de fortalezas tan en boga durante los siglos XVII y XVIII, con planta estrellada, y consta por ello de los mismos elementos (garitas, cañoneras, revellines, etcétera) que se pueden ver en los recintos de Badajoz, Elvas o el Fuerte de Gracia.

Puerta de acceso, baluarte y torre medieval.
Ermita e iglesia. 
Interior de la iglesia. Algunos de sus
elementos todavía conservan restos de pinturas.

El impresionante recinto abaluartado fue abandonado en 1920, acabando así una larga trayectoria de episodios bélicos y convulsos periodos desde que en el siglo IX tan estratégico lugar fuera ya ocupado por pobladores islámicos. Entre ambas fechas, la historia viva de Portugal representada en ese montón de piedras y escombros que ahora conforman la plaza fuerte de Juromenha...

Fuente; https://miscastillos.blog/2017/10/21/castelo-e-fortaleza-de-juromenha/

Baluartes en el exterior de la fortaleza. 
Puertas de acceso a la iglesia y escudos. 
Baluarte, cañoneras y garita. Bajo ellos el río Guadiana y
cultivos intensivos de regadío. 

viernes, 7 de junio de 2019

tio pepe





De vez en cuando, tengo la suerte de recibir, vía correo electrónico, los preciosos dibujos de José María Sáenz Almeida, para nosotros el tío Pepe. Muchos de ellos, la mayoría, son de su tierra natal, Extremadura. En ellos representa con sencillez algunos de los numerosos castillos o iglesias que podemos encontrar por aquí. Así, a través de su visión particular podemos visitar los castillos de Capilla, Castilnovo o Belvis de Monroy, pasear por Medellín y los alrededores de Abadía o Santa Cruz de la Sierra o recorrer algunos de los monumentos más emblemáticos de Villanueva de la Serena (Ermita de Santa Ana, Iglesia de san Francisco y la parroquia de la Asunción).

La verdad es que para confeccionar sus pequeñas obras de arte, José María no necesita mucho, solo una humilde ermita románica, un coqueto chalet de algún barrio de Madrid o una casita de campo. Su peculiar e inconfundible estilo y su destreza hacen el resto...