El pasado verano tuve la oportunidad de viajar a la ciudad italiana de Bolonia (la roja, la docta, la grasa) y de comprobar la huella que dos personajes muy relacionados con Extremadura dejaron en esta bonita ciudad; el gramático Antonio de Nebrija y el emperador Carlos V.
Del nexo de Carlos V con Extremadura apenas es necesario añadir algo, puesto que es muy conocido el retiro del hombre más poderoso de su tiempo a un remoto monasterio rodeado de castaños y robles, donde encontró su muerte. Sin embargo, mucho antes de retirarse a la Vera, el nieto de los Reyes Católicos era un hombre todavía ambicioso y deseoso de ser coronado emperador por el Papa, y por eso hizo que Clemente VII se trasladara a Bolonia, en cuya catedral tuvo lugar la coronación canónica. Carlos tenía entonces 30 años. Recordemos que tres años antes, en mayo de 1527, había tenido lugar el Saco de Roma, durante el cual las tropas castellanas y alemanas de Carlos de Gante perpetraron toda clase de fechorías entre la población y los militares que defendían la ciudad, apoderándose de muchas de las riquezas que guardaban templos y palacios romanos.
Cuentan las crónicas que aquella ceremonia de coronación fue probablemente una de las más fastuosas del Renacimiento. Bolonia, la ciudad de las torres inclinadas, los soportales y los edificios rojizos fue testigo, por lo tanto, del desfile triunfal de Carlos V. Tal acontecimiento sucedió un 5 de noviembre de 1529:
Rompían la marcha 200 hombres de armas con sus caballos bien enjaezados y haciendo sonar sus trompetas. Era el anuncio jubiloso del magno desfile. Seguía un tren artillero de 16 cañones. A continuación la infantería, con 4000 soldados, y en su centro su capitán, el hombre de leyenda, Antonio de Leiva, llevado en silla, pues que los achaques sufridos en tantos combates así le habían dejado. Luego otro buen golpe de caballeros borgoñeses y flamencos muy bien armados. Le seguía parte del séquito imperial anunciando ya la presencia de Carlos V, en muy grande caballo encubertado, bien acompañado de los magnates de todas las partes del Imperio, que se habían sumado a su gloria. Cerraba el desfile la guardia imperial y tres mil veteranos de los temibles tercios viejos.
En la plaza de San Petronio y en lo alto de las gradas de la iglesia, estaba ya Clemente VI, rodeado del colegio cardenalicio, ante el cual Carlos V pronunciaría su salutación en español.
(Fuente: Carlos V, el César y el Hombre. Manuel Fernández Álvarez)
El caso es que años antes de ese periplo extremeño de más de dieciséis años, Nebrija fue enviado desde Lebrija, siendo todavía muy joven, al Colegio Español de San Clemente de Bolonia. Allí, con todo seguridad, adquirió gran parte del bagaje que luego le permitiría convertirse en adalid de la batalla contra la barbarie que imperaba en ciertos ambientes culturales, léase Universidad de Salamanca.
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Monumental puerta de acceso
al Colegio Español. |
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Y el omnipresente escudo de Gil de Albornoz, su fundador. |
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Patio porticado. Colegio Español de Bolonia. |
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Carolus V Impetator. Medallón. Patio del Colegio Español de Bolonia. |
Dicho colegio, fundado en 1364 por el cardenal Gil de Albornoz con la finalidad de alojar a jóvenes españoles desplazados a Bolonia para estudiar en su universidad, sigue funcionando nada menos que seiscientos cincuenta y cuatro años después. Nosotros, previa cita, pudimos entrar en él y tuvimos la oportunidad de departir un buen rato con su director, de hacer algunos fotografías y de recorrer parte del edificio que acoge la institución. Respecto a este edificio, apuntar que desde el exterior semeja un inexpugnable palacio de altos muros con marcado carácter defensivo que guarda celosamente la vida de los estudiantes "bolonios". Por su parte, el interior esconde un precioso patio porticado, una interesante capilla y lógicamente, salas de estudio y habitaciones. En una de las escaleras de acceso a las galerías superiores, y no en lugar principal como era de suponer, un retrato de Elio Antonio de Nebrija, muy poco o nada conocido para la mayoría de las personas ajenas a la institución.
Después de una prolongada y fructífera estancia en el Colegio Español de Bolonia, su "más insigne colegial" marchó a Salamanca, a su universidad. Años después, tras la llamada del noble plasentino Juan de Zúñiga, Nebrija se asentó en el territorio que actualmente conocemos como Extremadura, donde con toda seguridad, escribió la primera gramática de la lengua castellana...
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La novela histórica "Nebrissen", un facsímil de la primera Gramática
cedido por la Asociación Cultural Dystilo y el libro "Antonio de Nebrija
y sus hijos. Relaciones con Extremadura" de Dionisio Martín Nieto
forman parte de la Biblioteca del Colegio Español desde julio de 2017. |
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Nebrissen en Bolonia. |