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viernes, 30 de noviembre de 2012

dos palacetes modernistas en tierra de barros.


El silencio era absoluto. De hecho, el punto kilométrico de la vía donde me encontraba está considerado como el tramo menos transitado de la región extremeña. Al día pasan dos coches y un camión pero en aquellos momentos yo desconocía ese dato y el silencio me parecía inusual. 

Aquella mañana las fuertes lluvias habían provocado el corte de algunas carreteras y tuve que desviarme por la carretera Palomas-Almendralejo para llegar a mi destino. Entonces recordé que una amiga me había hablado en cierta ocasión de un curioso edificio cerca de Palomas que durante un tiempo había sido hospital de enfermos de tuberculosis. De modo, que cuando lo vi entre la espesa niebla, paré el coche y desde lejos, hice algunas fotos del fantasmagórico paisaje.

A la vuelta, por suerte, la niebla se había levantado y paré de nuevo. Por un momento estuve a punto de saltar la valla o de buscar algún agujero por donde entrar pero finalmente el angelito bueno pudo con el malo, tiré de zoom y a través del visor, pude observar mejor el bonito edificio que de lejos parecía un castillo. La verdad es que aquel palacete rodeado de palmeras me recordaba mucho el estilo mudéjar- modernista de los edificios de la Sevilla de la Exposición de 1929. Tal vez por eso, el conjunto parecía desentonar en mitad del duro paisaje extremeño de retamas y pastos. 



Ya en casa, pude comprobar que, en contra de lo que yo pensaba, en la red hay bastante información sobre esta construcción. Así, pude averiguar que la finca y el palacete tienen por nombre Las Poyatas y que dicha construcción es atribuida al importante arquitecto sevillano Aníbal González, autor entre otras maravillas de la Plaza de España de Sevilla. En principio estaba destinado a lugar de recreo de una adinerada familia, pero después de la guerra civil, ante una grave epidemia de tuberculosis, fue cedido por los dueños para que fuera utilizado como sanatorio, al parecer hasta los sesenta del pasado siglo. Es de suponer que sus paredes encierran, por tanto, muchas historias de sufrimiento y dolor...

En el articulo Las Poyatas, un palacete rural acastillado con elementos eclécticos de fortificación de José Maldonado Escribano, podéis encontrar más datos sobre este curiosos edificio. Yo os adelanto algunos, como por ejemplo, la existencia de una capilla y de un cierto número de gárgolas en la fachada principal  o de una serie de azulejos que representan escenas de caza y de luchas entre caballeros que todavía se conserva en su interior. En las imágenes se puede apreciar también un torreón central con almenas y la presencia de garitas en las esquinas,  lo que da al conjunto un cierto aspecto de fortificación medieval  En el diario ABC también se puede encontrar información referente a los sucesivos dueños que ha tenido esta finca.


Pero aquella tarde, mientras buscaba información sobre las Poyatas pude comprobar que a unos 15 km de allí, no muy lejos de Oliva de Mérida, existe un palacete con muchas similitudes que recibe el nombre de Las Zapateras, de manera que aprovechando que hace unos días me encontraba de nuevo por la zona, me acerqué hasta el lugar, y desde la distancia, pude hacer algunas fotos.

En las imágenes se puede apreciar que aunque existen algunas diferencias en cuanto a ciertos elementos constructivos, los dos palacetes presentan almenas, garitas y una torre central que demuestran que fueron diseñados por la misma persona o que al menos, uno sirvió de modelo al otro. De Maldonado Escribano, el mismo autor señalado anteriormente, podemos encontrar otro interesante articulo sobre esta y otras construcciones rurales en el entorno; Vivir en el campo extremeño. Destacados cortijos y palacetes rurales en Oliva de Mérida (Badajoz)



Logicamente no pude acceder a ninguno de los dos palacetes ya que son propiedad privada y tienen restringido el acceso pero eso me hizo pensar en cuantos tesoros puede haber, muchos todavía por descubrir, en las enormes fincas particulares que la mayoría solo podemos ver desde las ventanillas de nuestros coches...

jueves, 22 de noviembre de 2012

festival de las grullas 2012.


El próximo 1 de diciembre se va a celebrar en la dehesa  Moheda Alta de Navalvillar de Pela (Badajoz) el Festival de las Grullas 2012. Han volado 4000 kilómetros para llegar a Extremadura y por eso espero veros por allí. 

Podéis acceder al programa del Festival pinchando aquí.

viernes, 9 de noviembre de 2012

castillo de alange. badajoz.


La verdad es que el tiempo no nos acompañó. Estábamos en octubre pero hacía bastante calor. Además el día no estaba demasiado claro, de modo que la calima nos impidió una visión más completa de la comarca de Tierra de Barros desde lo alto del Cerro de la Culebra. Pero el esfuerzo valió la pena. Ante nosotros se extendía, por un lado, el enorme embalse de Alange y por otro, el mar de olivos y viñas sobre la arcilla roja mientras imaginábamos como debía ser la fortaleza cuando esta alcanzó su máximo esplendor, es decir, entre los siglos IX y XIII. Bien es cierto que el cerro donde se encuentra el castillo ya fue habitado durante la Edad del Bronce y que existe en la solana un abrigo que acoge algunas pinturas esquemáticas. Es más, probablemente algunos de los muros que se atisban por todo el cerro corresponden a algún recinto prerromano.

Pero como os decía, el lugar alcanzó su máximo esplendor cuando los árabes construyeron en lo alto del cerro una gran fortaleza para controlar la enorme extensión de tierra que desde allí se domina, convirtiéndose en un punto estratégico codiciado por los que anhelaban ser dueños de las fértiles tierras de barro. 

Para el arqueólogo José Ramón Mélida, esta fortaleza, "distante tres leguas de Mérida y situada en un alto a orillas del río Matachel, donde la naturaleza misma, con peñascos y quebraduras, forma ya un lugar eminente de defensa. (...), fue fundada por el rey moro Alagio, como punto defensivo avanzado contra el califa de Córdoba."

Uno de los acontecimientos más conocidos que tuvo lugar en el castillo de Alange fue protagonizado por Ibn Manwan, al que se le atribuye la fundación de Badajoz y del impresionante enclave  portugués de Marvao, que en el año 875 tuvo que refugiarse durante algún tiempo entre sus murallas. Aquél episodio formaba parte de las sublevaciones de los nobles de Mérida ante el poder cordobés. 

Con posterioridad, tras la llegada de las tropas castellanas, el castillo pasó a manos de la todopoderosa Orden de Santiago, a la que perteneció durante un buen número de años. Después, poco a poco, fue decayendo hasta entrar en un lamentable estado de ruina progresiva...

El castillo y el embalse.
Alange, bajo el Cerro de la Culebra.

En la actualidad es difícil hacerse una idea de como era la fortaleza. Según la cartelería el castillo constaba de dos recintos amurallados con varias puertas. El primero era meramente defensivo mientras que el recinto que estaba situado más alto albergaba caballerizas, albercas, aljibes, varios patios empedrados y diversas dependencias. Para llegar a él había que atravesar varias puertas. Además, los fuertes desniveles en algunos de sus flancos hacían de defensa natural y convertían el lugar en inexpugnable.

Al parecer, la fortaleza tuvo varios torreones. Uno de ellos, conocido como Torre de la Campana, albergaba una capilla, probablemente construida por los santiaguistas, muy aficionados a la guerra pero también a maitines y vísperas.

Pero el elemento constructivo que mejor se conserva, aunque bastante deteriorada, es la Torre del Homenaje. Mélida la describió, alrededor del año 1910, como "un torreón cuadrado de 5 m. por lado con recios muros de ladrillos, perforados por ventanas en arcos de herradura, correspondientes a una cámara cerrada con bóveda por arista." Lamentablemente, como de otras muchas cosas, de los arcos de herraduras no queda ni rastro, pero, de verdad, merece la pena sentarse un momento en alguna vieja piedra y dejar que nuestros pensamientos vaguen por los infinitos campos que se extienden ante nosotros...

Torre del Homenaje.
Puerta de acceso al primer recinto.
Puerta del Este o del Corralejo.