Hornachos es uno de los lugares donde es más perceptible la huella que los moriscos dejaron en Extremadura, ya que durante cientos de años acogió una de las morerías más numerosa. Pero en 1609, tras varios siglos de estancia, los moriscos tuvieron que partir hacia el norte de África, provocando un importante vacío cultural, económico y social y dejándonos a su vez una valiosa herencia. Lógicamente el tiempo ha borrado gran parte de esa herencia aunque todo allí gira en torno a ellos; todo te lleva a la historia de los mudéjares que resistieron la presión de las autoridades eclesiásticas cristianas hasta que finalmente fueron expulsados. Muchos marcharon, pero otros, ya convertidos y con apellidos castellanos, se mezclaron con los cristianos viejos...
Un recorrido por Hornachos no debería obviar los siguientes edificios y construcciones:
La iglesia. Fue construida tras la puesta en marcha por parte de las autoridades cristianas de una campaña para convertir al cristianismo a los rebeldes moriscos, y está dedicada a la Purísima Concepción. Los propios moriscos intervinieron en su construcción. Es considerada por los especialistas como una joya del arte mudéjar, pero esto no es una excepción de Hornachos. Los moriscos dejaron en la comarca de Tierra de Barros varias
iglesias mudéjares de gran interés.
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Una joya del mudéjar. |
El pósito. Este edificio, utilizado durante muchos años como almacén de grano, actualmente acoge bajo sus bóvedas de ladrillos un centro de interpretación de la cultura morisca. En su interior varios paneles explicativos ilustran sobre diversos aspectos de esta cultura y sobre la curiosa historia de
los piratas de Hornachos y la República morisca de Salé. En él se exponen también las copias de varios manuscritos árabes religiosos del siglo XV, escondidos sin duda por el temor de sus propietarios ante la prohibición por parte de las autoridades de la tenencia de libros. Estos escritos fueron encontrados en el año 2003, tras la realización de una obras en una vieja casa hornachega.
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Centro de Interpretación. |
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Copia de manuscrito árabe. |
El castillo. Construido por los árabes en un lugar privilegiado, fue ocupado posteriormente por los monjes guerreros de la Orden de Santiago. Hoy día se encuentra bastante deteriorado pero debió ser una fortaleza inexpugnable. Bajo su flanco oeste se extienden los tejados rojos de Hornachos y la interminable llanura de Tierra de Barros.
El convento. El perro de San Roque si tiene rabo, por lo menos el que acompaña al santo que aparece en el interior del convento franciscano de San Ildefonso. Este edificio fue levantado para acoger a los monjes encargados de la conversión de los moriscos, conservándose todavía en su interior algunos frescos originales y antiguas imágenes. La fachada principal, como otros lugares
de Hornachos, luce el orgulloso y prepotente
escudo de Carlos V.
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San Roque y su perro. |
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El escudo de Carlos V. |
Las fuentes y los escudos. Repartidas por el casco urbano y por sus alrededores existen varias fuentes de evocadores nombres y de muy antigua construcción; la fuente de los Moros, la fuente de los Cristianos, el pilar de Palomas, la fuente de los Cuatro Caños...Me llamó mucho la atención la existencia de otros escudos de Carlos V tallados en piedra en las cabeceras de dos de estas fuentes. Creo que esto debería ser interpretado como una demostración de poder ante los moriscos. Curiosamente en ambos es notorio que la parte superior, correspondiente al águila bicéfala, es bastante más reciente que el resto del escudo.
Las imágenes que aparecen sobre estas líneas corresponden a la fuente de
los Cuatro Caños. Debajo,
el pilar de Palomas, llamado así por estar situado en el camino que llevaba a la cercana localidad. El agua llegaba a él desde el Valle de los Moros, conducida a través de canales y acequias, de los que todavía quedan algunos restos.
Estas acequias conducían el agua desde la
Fuente de los Moros hasta el pilar antes mencionado. En su recorrido a través del Valle de los Moros regaban también las
huertas moriscas arrebatadas a la sierra mediante terrazas y bancales. El microclima con ausencia de heladas (o al menos con menor probabilidad) que presenta este valle permitía el cultivo de ciertas especies sensibles a ese elemento meteorológico, como el naranjo o el limonero. Desconozco si se ha hecho algún estudio genético sobre los cítricos que actualmente podemos ver en el Valle de los Moros para comprobar si son descendientes de los árboles frutales que cultivaron los propios moriscos...
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Fuente de los Moros |
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Noria en el Valle de los Moros. |